Las autoridades chilenas no han logrado que se les revele quiénes están detrás. Aunque PlanVital administra más de US$ 5.000 millones de todos los chilenos y tiene casi el 8% del total de cotizantes, su actual real controlador se esconde en la más absoluta opacidad. Ganó las últimas dos licitaciones con las comisiones más bajas del mercado, pero se pone en duda su capacidad para ser rentable con lo que cobra. ¿Quiénes se harán cargo si PlanVital no logra ser rentable con ese nivel de cotizaciones? ¿O si comete otros actos que perjudiquen a sus afiliados?
El debate de las pensiones en Chile está al rojo vivo. Se cuestiona el rol y el poder de una industria que maneja US$ 167.000 millones, lo que equivale aproximadamente a dos tercios del PIB de Chile. La segunda multitudinaria marcha en contra de la industria en 6 semanas es un claro ejemplo de ello.
Pero existe un tema que, aunque genera menos ruido mediático, hace tiempo tiene a las autoridades con los pelos de punta: quiénes realmente controlan a AFP PlanVital.
Esta AFP ha estado en el centro de la noticia en los últimos años. Ha ganado las dos últimas licitaciones de cartera de afiliados, estuvo a punto de quedar bajo el control del grupo BTG Pactual en 2014, y la Superintendencia de Pensiones ha estado monitoreando su situación financiera por las dudas que genera el hecho de si será capaz de resistir la fuerte baja que han generado en sus ingresos las mentadas licitaciones de carteras. La última entró en vigencia hace pocas semanas y la comisión con que ganó la licitación fue de 0,41%,
Pero su historia es más antigua y enigmática, y en los últimos quince años ha dejado siempre la misma duda: quiénes están detrás de la propiedad de la compañía, quiénes la controlan.
Las autoridades han intentado conocer, sin resultados, la identidad de los socios de Atacama Investments Limited, el fondo de inversión que controla a la sociedad Asesorías de Inversiones Los Olmos, la cual, a su vez, ostenta el control de la AFP, que hasta ahora bordea el millón de afiliados (7,86%), que llegará en los próximos años a más de 1,5 millón y que maneja casi US$ 5.000 millones en ahorros de los chilenos.
Más aún, el origen de Atacama Investments Limited y el arribo de BSI (Banco de la Svizzera Italiana) al control de la propiedad de la AFP hace varios años, tiene a dos personajes polémicos: Orlando Sáenz Rojas y Leopoldo Enríquez Blanco. Ambos vinculados a BSI a comienzos de la década pasada y con controvertido pasado político.
Sáenz fue presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) cuando ocurrió el golpe (que él respaldó, para luego criticar la permanencia de los militares en el poder), mientras Enríquez ha sido encauzado –aunque con procesos que concluyeron determinando su inocencia– en investigaciones criminales en Perú por lavado de dinero y vínculos con el ex jefe de inteligencia peruana de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos.
BSI tiene un historial vinculado al Banco del Vaticano. Por su parte, Atacama Investments Limited nunca ha revelado la identidad de sus socios y verdaderos controladores.
Aunque BTG Pactual se hizo del control de BSI por algo más de un año, dados los problemas que tuvo su fundador, André Esteves, por sus vínculos con el caso Petrobras, el gigante brasileño tuvo que vender BSI para enfrentar la crisis de liquidez que golpeó a BTG y que se hizo sentir con fuerza en la filial chilena, la ex Celfin, que tiene como socios a Juan Andrés Camus (Presidente de la Bolsa), al mediático Jorge Errázuriz, Juan Guillermo Agüero y a Alejandro Montero. Y estos nombres son relevantes, ya que este medio pudo establecer que al menos dos de estos socios saben con certeza los nombres detrás de Atacama Investments, pero aduciendo a la ley de secreto bancario suiza no los revelaron a las autoridades chilenas.
BSI está vinculado con los escándalos del Banco del Vaticano. Compró Banco Gottardo, que a su vez había comprado Banco Ambrosiano (Opus Dei y el P2 Italiano). El banco Ambrosiano tenía al Banco del Vaticano como accionista clave y a Roberto Calvo (o Calvi) como gerente general, quien era el que operaba. Le decían el banquero de Dios. Terminó ahorcado en un puente de Londres.
Según fuentes vinculadas a PlanVital, existen dos series de acciones en el fondo Atacama Investments Limited. La serie A, que tiene los poderes políticos de la empresa, estaría en manos de lo que quedó de BSI –posterior a la compra y venta de este banco por parte de BTG Pactual–, y que ahora estaría en manos de la aseguradora italiana Generali, aunque nominalmente, ya que no influiría en sus decisiones; mientras la serie B, solo con derecho a cobrar dividendos y sin poder político en el manejo del fondo, estaría en manos de empresarios chileno-peruanos, pero cuya identidad jamás ha sido realmente develada, al amparo del secreto bancario suizo, que hasta ahora ha sido un cortafuegos contra el interés del Estado de Chile por conocer sus nombres.
La aseguradora Generali, como dice la memoria de PlanVital, es una sociedad italiana que mantiene una estructura de propiedad altamente atomizada, sin que existan participaciones individuales representativas de control, lo que hace más difícil rastrear el origen y motivo de sus decisiones.
La razón para que ahora el tema cobre mayor relevancia es que se cuestiona la capacidad de AFP PlanVital para ser rentable con las comisiones que cobra y la pregunta del millón entonces es: ¿quiénes se harán cargo si PlanVital no logra ser rentable con ese nivel de cotizaciones? ¿O si comete otros actos que perjudiquen a sus afiliados?
La historia de PlanVital
PlanVital se creó en 1981 –cuando partió el sistema– al igual que gran parte de las administradoras de fondos de pensiones. Sin embargo, desde el año 2001 su historia toma un rumbo sinuoso.
El control de la AFP estaba en manos del polémico empresario y ex candidato presidencial Francisco Javier Errázuriz.
La última polémica pública respecto a la administradora ocurrió bajo cuerdas en 2014, pero la desató en febrero de este año la ya desvinculada superintendenta de Pensiones, Tamara Agnic, quien renunció en enero pasado tras percibir falta de respaldo político de la Presidenta Bachelet.
En una entrevista concedida a El Mercurio, la ex autoridad señaló que bajo su gestión se impidió que BTG Pactual adquiriera la AFP PlanVital, porque se detectaron las sanciones que a nivel internacional había tenido Andre Estéves, importante socio del grupo brasileño BTG Pactual, y que a comienzos de año había sido apresado por el caso Petrobras en el país carioca.
Y así lo reflejaron otros medios, que siguieron dicha línea.
Sin embargo, la historia es más compleja. Según las versiones recabadas por este medio, la superintendencia no solo impidió la llegada de BTG Pactual a la AFP por el motivo anotado, sino que también porque le surgieron –en medio del proceso de evaluación en 2014– inquietudes respecto de la real propiedad de PlanVital.
Según las fuentes consultadas, la autoridad planteó a BTG Pactual la necesidad de conocer la identidad de los accionistas de Atacama Investment Limited, pero dicha gestión se vio interrumpida cuando el grupo brasileño retiró su solicitud de compra de la administradora, quedándose con los activos del banco BSI, aunque expresamente excluida la parte de dichos activos que permiten controlar a la AFP (esto es, Atacama Investments Limited).
Fuentes cercanas a la sociedad Los Olmos, que formalmente figura en los registros oficiales chilenos como dueña de PlanVital, aseguran que dicha versión es falsa y que, si bien en el pasado le han solicitado antecedentes sobre la propiedad a la administradora, este no fue el caso y que, de hecho, fue BTG Pactual el que se desistió de tomar el control de PlanVital, pues los negocios del banco se topaban legal y estratégicamente con los de la AFP, según dicen.
Incluso aseguran que las propias administradoras locales le advirtieron a BTG Pactual que habría explícitos conflictos de interés por los negocios que tiene el banco, a través de su corredora u otras filiales, ya que se vinculan con las gestoras de fondos en el país. No solo eso, afirman las fuentes vinculadas a Los Olmos que, en el acuerdo firmado entre BTG Pactual y BSI, la primera explicitó que no quería incluir las acciones de PlanVital entre los activos.
Cercanos al directorio de BTG Pactual Chile confirman que la Superintendencia de Pensiones pidió información sobre los verdaderos controladores, y que ellos no se la entregaron, aduciendo el secreto bancario suizo.
El origen del entuerto
Lo cierto es que la duda sobre la propiedad de PlanVital tiene un largo peregrinar. Desde Francisco Javier Errázuriz en los 90, pasando por Inverlink en 2001 y luego, en 2004, con la ratificación de Atacama Investments Limited como controlador, en representación de BSI. Para culminar, en 2014, con la exclusión de Atacama Investment Limited, que tiene las acciones clase A que permiten controlar Planvital, de la compra de BSI por parte de BTG Pactual.
Este medio acudió por Ley de transparencia ante la Superintendencia de Pensiones, la que denegó la petición de información, aduciendo como causal la negativa de BTG Pactual para entregarla, así como de Generali, la aseguradora italiana que se habría quedado con las acciones de la AFP (a través del control de Atacama Investment Limited), luego que el banco BSI pasara a manos de BTG; todos quienes intentan, a todo evento, mantener la información del verdadero controlador de PlanVital en secreto.
De hecho, al reclamar este medio por la resolución denegatoria de la superintendencia, ante el Consejo para la Transparencia, este falló en favor de lo resuelto por la autoridad, arguyendo la ausencia de acto administrativo en este proceso (BTG retiró la solicitud), por lo que no correspondería entregar la información.
Respecto de las familias chilenas, dos figuran entre los más probables accionistas. Una es la familia Saval, vinculada a los laboratorios de mismo nombre. La otra es la de Ricardo González Alemany, cuya familia es ex socia de Agsa inmobiliaria, que junto a la familia Abalos lanzó el primer proyecto inmobiliario Lomas de Lo Aguirre en los 90. Dicha familia está vinculada al actual vicepresidente de PlanVital, Óscar Spoerer, casado con la hija de Ricardo González Padre.
Así las cosas, en los hechos, la institucionalidad chilena permite que sigan existiendo entidades de carácter financiero –en este caso, una que administra casi US$ 5.000 millones, de casi un millón de afiliados–, cuya propiedad no se conoce en plenitud y frente a lo cual la autoridad parece estar amarrada de manos.
Las fuentes vinculadas a la AFP afirman que la autoridad hizo las consultas y revisión a la administradora para verificar su capacidad financiera y que las dudas fueron despejadas. Incluso, como señal de respaldo, afirman, el propio grupo Generali habría ratificado por escrito su disposición a respaldar patrimonialmente a la AFP si fuera necesario.
Leopoldo Enríquez
Una larga revisión de escrituras, mandatos, contratos, actas y comunicaciones a la autoridad, permite desentrañar parte del recorrido que ha tenido la propiedad de la firma, develando una compleja trama de cruces de accionistas, acuerdos, compromisos y financiamientos.
En todo el camino se encuentra un protagonista principal: Leopoldo Enríquez Blanco, quien en Perú lleva como segundo apellido Faschnat. Un personaje de gris identidad, acusado de vínculos con lavado de dinero, en particular, con cercanía al ex mano derecha del ex mandatario peruano Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos. Aunque en los procesos judiciales que se le conocen ha sido liberado de culpas.
El enigmático BSI se constituye en Chile y realiza su primera reunión de directorio el 7 de octubre de 1991, acta que es reducida a escritura pública por el señalado Leopoldo Enríquez, quien vive en Miami y tiene importantes vínculos con Perú y Suiza.
En la constitución de la sociedad y con la elaboración de sus estatutos, Enríquez logra total autoridad para representar a BSI en Chile. Puede comprar vender y prendar acciones, acudir a asambleas, representar a la firma, obtener créditos e incluso contratar cajas de seguridad.
A él se une Orlando Sáenz Rojas, quien desarrolló importantes vínculos con bancos europeos, entre ellos BSI, donde se desempeñaban ex ejecutivos de Creedit Suisse como Alfredo Orelli, italiano, ex gerente de Credit Suisse. En los 70 y 80 Saenz generó lazos con dichos personajes, que luego serían claves para lograr el aterrizaje en PlanVital.
Hasta el 2001, el controlador de la AFP era Francisco Javier Errázuriz, quien pasaba por una compleja situación financiera, la que le obligó a generar liquidez, cuentan cercanos.
Las fuentes comentan que, a través de una de sus sociedades, Empresa Nacional de Pesca, Errázuriz recibió un préstamo de BSI, por lo que sus acciones en PlanVital (que estaban a nombre de esta sociedad) quedaron prendadas a favor del banco suizo, en garantía del pago de la deuda.
Distintas movidas ocurren en paralelo en esos meses de 2001. En mayo de ese año, se crea la sociedad Asesorías e Inversiones Los Olmos. Dos abogados desconocidos la constituyen con un capital de 100 mil pesos y sin aportar mayores antecedentes de sus dueños, aunque incluyen un nombre que recorrerá la historia de la sociedad hasta su muerte, poco después: Manuel Casanova Demarchi, mano derecha de Orlando Sáenz Rojas.
Pasados dos meses, el 12 de julio, aparece en acción Leopoldo Enríquez. Actuando a nombre de BSI, reafirma –por escritura pública– la prenda sobre las acciones de PlanVital, en manos de Empresa Nacional de Pesca.
La movida es clave, pues poco menos de un mes después, el 2 de agosto, Empresa Nacional de Pesca traspasa la propiedad de la AFP a Menimax Corporation (también del ex senador de “centro centro”), la que posteriormente venderá el control de la AFP a Los Olmos. Como las acciones estaban prendadas a favor de BSI, es evidente que este (representado, como hemos visto, por Enríquez), autorizó y aceptó estas transferencias.
Pocas semanas después y poco antes de que Los Olmos (que en ese momento figura representada por Sáenz) adquiriera PlanVital, el 30 de octubre de 2001, Menimax y Renta Nacional Compañía de Seguros Generales, ambas de Errázuriz, acuerdan otorgar la oferta exclusiva de venta de las acciones de Planvital a BSI Servicios Internacionales, filial de la firma suiza BSI, y por la cual firma nuevamente Enríquez.
BSI va rumbo a ser el dueño de los papeles de la AFP. El 16 de noviembre de 2001, se reúnen en oficinas de calle Manuel Montt, el estadístico Sergio Chapuzzeau Larraín y Manuel Casanova. El primero por AFP Magister y Casanova por Los Olmos.
En esa reunión aparece un nuevo actor en la jugada. Se informa que BSI Servicios Internacionales –que representa Enríquez– decidió cederle a Asesorías e Inversiones Los Olmos la opción de aceptar la oferta de venta de las acciones de PlanVital (de las firmas de Errázuriz, Menimax Corporation SA y Renta Nacional Compañía de Seguros Generales), que superan los 9,9 millones de acciones y representan casi el 100%de la propiedad.
Agrega que se pagarán US$ 22 millones por la propiedad de PlanVital, pero que dicho aporte lo hará la AFP Magister, que en ese momento está en manos del grupo Inverlink, el que es liderado por Eduardo Monasterio, fallecido hace poco y que sería encarcelado tras el escándalo que afectó a su grupo desde comienzos de 2003 por la extracción ilegal de $ 84 mil millones de Corfo.
En la reunión, se explica que el pago a Menimax y Renta Nacional lo hará Magister “por cuenta de Los Olmos” y que será pagado “en la forma señalada en el convenio suscrito entre el grupo BSI y el grupo Inverlink según lo establecido en la oferta de venta aludida de la que es titular BSI-Los Olmos”.
Es decir, Los Olmos aspira a comprar PlanVital a través de AFP Magister (que no es suya sino de Inverlink), pero con fondos provenientes de BSI.
Este medio pudo verificar algunos detalles del mentado convenio entre Inverlink y BSI, el cual, sin embargo, está firmado el 27 de noviembre de 2001, el mismo día que se efectúa el traspaso de las acciones desde Menimax a Los Olmos.
La historia tiene otro ingrediente y que lo revela una fuente conocedora del proceso. BSI deseaba comprar PlanVital y así fue previsto en un acuerdo firmado con el Comité de inversiones Extranjeras.
No obstante, los ejecutivos de BSI decidieron idear una fórmula distinta para evitar el pago de patentes comerciales y otros pagos. Esa es la versión que dan cercanos a la firma para explicar por qué siguieron el alambicado camino de crear Atacama Investment Limited y Leventina, otra sociedad que también tendrá algo que decir en esta historia.
Señalan las fuentes consultadas, que el Estado chileno y Leventina firmaron un contrato bajo el DL 600 –que fue derogado con la reforma tributaria de Michelle Bachelet y era el régimen bajo el cual entraba la inversión extranjera a Chile–, pero que luego fue resciliado por recomendación de Manuel Casanova, quien sostenía que, ingresando el dinero como deuda y no como capital, se evitaría el pago de impuestos municipales y otros pagos.
No obstante, distintas fuentes consultadas para este artículo señalan que el objetivo del banco BSI era ocultar el origen de los recursos y la identidad de los verdaderos inversionistas.
Las fuentes creen que BSI llegó al país por los vínculos que tiene en Europa ese banco con el, en su momento pólemico, Banco Vaticano. Esta versión no pudo ser confirmada y nadie se atreve a decirlo públicamente. Tampoco la validan los cercanos a BSI.
Pero un alto ejecutivo de la banca suiza, con vínculos profundos en la región, asegura que el banco BSI no tiene ninguna razón ni motivo de negocios para estar en Chile, y menos en una AFP, y que son los vínculos políticos de banqueros del Vaticano con personajes de la derecha latinoamericana la razón clave para seguir involucrados en el sistema previsional chileno.
Es más, internacionalmente el banco BSI se concentra solo en manejar activos para clientes de alto patrimonio. En 1998 pasó a ser parte de la aseguradora italiana Generali, y en julio de 2014 se vendió a BTG Pactual por US$ 1.700 millones (aunque nunca pudo tener control de PlanVital y eventualmente la AFP quedó fuera de la operación, aunque por los problemas que tuvo su fundador, André Esteves, por sus vínculos con el caso Petrobras, el gigante brasileño tuvo que vender BSI para enfrentar la crisis de liquidez que golpeó a BTG)
El compromiso de BSI e Inverlink era que una vez adquirida PlanVital por Asesoría e Inversiones los Olmos, gracias a los recursos de AFP Magister (de Inverlink), se fusionaran ambas AFP, dividiéndose el activo en 50% cada una. Lo que en definitiva no ocurrió, como se verá más adelante.
Por eso es que en la escritura se explica que Los Olmos deberá pagarle a Magister la totalidad de los US$ 22,39 millones, monto que al perfeccionarse la compraventa de acciones –entre Los Olmos como vendedor y Magister como compradora– quedará “totalmente pagado a través de la compensación en virtud del pago de Magister, actuando por cuenta de Los Olmos, a los actuales accionistas de Planvital”.
La nota extraña adicional es que no es Inverlink el que aportará los recursos para que Magister pague por Los Olmos los US$ 22 millones. Según distintas escrituras públicas revisadas por este medio, Orlando Sáenz y su mano derecha, Manuel Casanova Demarchi, crean la sociedad Leventina Holding.
El 13 de noviembre de 2001 se reúnen en junta de accionistas y se eleva el capital de los escuálidos $ 100 mil con que partió a US$ 15.000 millones. Casanova, que hasta ese momento figuraba con casi el total de las acciones, no concurre al aumento y sí lo hace Atacama Investment, representada por Sáenz, con lo cual desde ese momento pasa a controlar Leventina.
Leventina es clave, pues es esa sociedad la que recibe (gracias a ese aumento de capital) los recursos para prestarlos a Magister y concretar así la compra de Planvital para Los Olmos.
Atacama Invesment Limited, en tanto, nació antes, pero no en Chile, pues es una sociedad offshore constituida bajo las leyes de las Islas Vírgenes Británicas, con un capital de US$ 21,05 millones y que tiene dos tipos de acciones: 50 mil A, con derechos políticos, y 21 millones clase B, solo con derecho a dividendos.
Atacama aporta vía deuda a Leventina los dineros que posteriormente fueron prestados a Magister y que esta, a su vez, usará semanas después para pagar por Los Olmos las acciones de Planvital. Según explican las fuentes, los dineros fueron ingresados a través de la glosa correspondiente del Banco Central y cumplieron con todas las exigencias legales locales. Ni el Banco Central ni el Servicio de Impuestos Internos (SII) revelan información de este tipo, lo que, hasta ahora, permite mantener la opacidad del negocio.
En la reunión de Leventina, Manuel Casanova, quien actúa como secretario de la junta, explica que hay un acuerdo previo. “El secretario dice que están en condiciones de hacer un aumento de capital, pues en conversaciones sostenidas con antelación arribaron a un principio de acuerdo para que las 15.499 acciones sean suscritas por Atacama Investment”. El aumento se da por pagado en dinero efectivo.
No solo eso. Pese a que aun BSI no figura como dueño de Atacama, son sus representantes y los de Inverlink los que ingresan al directorio de Leventina, con la creación de cuatro suplentes. Así, Sáenz queda como presidente y cierran la mesa titular Manuel Casanova, Yves Gaven y Eduardo Monasterio, el presidente de Inverlink. Esta es la primera vez que Monasterio aparece vinculado a PlanVital y Atacama Investments.
Como suplentes figuran Alfredo Orelli (quien continúa hasta ahora en la mesa, hoy como presidente), Nicole Cárcamo, el conocido Leopoldo Enríquez e Ignacio Wulf, este último quien también sería enjuiciado en el escándalo del grupo Inverlink de 2003.
El 26 de noviembre, un día antes de que se concretara la compra de las acciones de PlanVital, se reunió la junta de accionistas de Los Olmos, con Saenz a la cabeza. Allí se acuerda otorgar garantía prendaria a favor de Leventina Holding, “asociada al financiamiento otorgado en cuenta corriente a AFP Magister destinado a pagar acciones que adquirirá de Los Olmos y correspondiente a acciones de AFP Planvital”.
La figura y el enredo que genera el cruce de sociedades es fácilmente entendible: BSI (Banco de la Svizzera Italiana) no quiere entrar abiertamente como accionista de PlanVital ni ingresar el dinero directamente.
Para ello, crean en un paraíso fiscal una sociedad –Atacama Investments Limited– con el capital para enviarlo como deuda a Chile. Dicho dinero es ingresado a Leventina Holding, donde Atacama queda como controlador. Leventina pasa el dinero a Magister y la AFP de Inverlink paga a Errázuriz los US$ 22 millones a nombre de Asesorías e Inversiones Los Olmos.
Atacama Investments Limited tenía entre sus principales accionistas, aunque sin derechos políticos, justamente a Inverlink, con un tercio de las acciones serie B. Y Orlando Sáenz tenía el 14%. El resto de los accionistas nunca han sido conocidos.
Si el negocio fructificaba, ambas AFP serían fusionadas e Inverlink –supuestamente– pasaría a tomar el control de ellas.
Las fuentes consultadas vinculadas a PlanVital se niegan a informar quiénes son los verdaderos socios controladores de Atacama Invesments Limited. Niegan que entre sus accionistas esté el peruano Fernando Ceballos, ex controlador de la polémica y sancionada aerolínea Aerocontinente.
Respecto de las familias chilenas, dos figuran entre los más probables accionistas. Una es la familia Saval, vinculada a los laboratorios de mismo nombre. La otra es la de Ricardo González Alemany, cuya familia es ex socia de Agsa inmobiliaria, que junto a la familia Abalos lanzó el primer proyecto inmobiliario Lomas de Lo Aguirre en los 90. Dicha familia está vinculada al actual vicepresidente de Planvital, Óscar Spoerer, casado con la hija de Ricardo González Padre.
Respecto de ambas familias, las fuentes cercanas a PlanVital se niegan a confirmar su participación en el fondo de inversión, resguardados en la confidencialidad que les permite el secreto bancario y la normativa suiza.
Serían estos socios y supuestamente el banco BSI los que aportan los dineros en Atacama Investments fuera de Chile, para comprar PlanVital. No obstante, ninguno de estos pasos pudo ser verificado por este medio con las fuentes consultadas, siempre con la excusa de la reserva de la identidad de los socios.
La segunda vuelta
Extrañamente, a fines de febrero de 2002, Sáenz habla a nombre de Magister y señala que la fusión con PlanVital no pudo realizarse, pues no se habían cumplido requisitos excluyentes. Dice que la operación fracasó, pero no se dan explicaciones públicas de ello, no se entregan detalles.
El 20 de abril de 2002 se realiza una Junta Ordinaria de PlanVital. En dicha ocasión, la mesa estuvo integrada por Sáenz, Casanova, Carlos Mario Saporito, el hoy columnista de Pulso, Roberto Darrigandi Chadwick, y el enigmático inversionista sancionado en el caso Cascadas, Alberto Le Blanc Donaldson. Reducen el acta los abogados Francisco Serqueira Abarca y José Valenzuela Marin. Sin embargo, menos de cuatro meses después Le Blanc deja la mesa.
El 21 de octubre de 2002, ingresa a la misma Cristian Solís de Ovando, quien luego será socio de KPMG.
Según la documentación en manos de la SVS, el 6 de noviembre de 2002, Sáenz responde a dudas planteadas por la autoridad, quien le pregunta sobre la propiedad de la AFP. Sáenz indica que Los Olmos es directamente titular de las acciones de PlanVital y señala que Los Olmos no es controlada por Atacama Investment.
El 4 de febrero de 2003 fallece Casanova. Un mes después, el 12 de marzo de 2003, renuncia a la mesa Solís de Ovando, en medio del estallido del escándalo Inverlink.
El 2 de mayo de 2003, se realiza una Junta Ordinaria de PlanVital, presidida por Orlando Sáenz y con Darrigandi como vicepresidente. Integran la mesa también Saporito, Tomás Amenábar Araos y Raymond Burucker Araos. El 22 de julio renuncia a la mesa Amenábar.
Luego, el 30 de julio de 2003, cuando ya estaba declarada la quiebra de Magister, renuncia Burucker a la mesa. Ingresan para llenar los cupos vacantes Luis Aspillaga Fajardo y Rodrigo Hinzpeter Kirberg, quien luego asumiría como ministro del Interior del Gobierno de Piñera.
El 29 de septiembre de 2003 había renunciado Darrigandi y el mismo día deja la mesa Sáenz. El 17 de noviembre sale Aspillaga y Saporito y se concreta el ingreso de Hinzpeter. Cuatro días después, el 21 de noviembre, el directorio designa como presidente a Antonio Ortúzar del Solar. Como vicepresidente se designa a Alfredo Francesco Luigi Orelli.
Ese dia se reúne en forma extraordinaria la Junta de Accionistas, donde asumen Ortúzar, Orelli, Saporito, Sergio Muñoz Leiva y Leopoldo Enríquez.
El Rol de Hinzpeter
Cabe mencionar que Hinzpeter tiene un rol central en concretar la postergada fusión de la AFP de Inverlink, Magister, con PlanVital, en ese momento ya en manos de BSI.
El abogado, a través del estudio que tenía con Andrés Jana, un profesional con vínculos hacia la Concertación, obtuvo la representación de la junta de acreedores –con mayoría de la Corfo– de Inverlink Capitales, sociedad que controlaba el 74% de la AFP Magister.
En ese rol le correspondió ser parte determinante en la venta de Magister a PlanVital, pues Corfo era el principal interesado en el proceso de quiebra del grupo liderado por Monasterio, debido a la sustracción millonaria de fondos a la entidad que lideraba el yerno de Ricardo Lagos, Gonzalo Rivas, quien terminó dejando su cargo por el impacto de la crisis política generada en el llamado caso del ‘jarrón’, como lo describió el ex Mandatario.
Hinzpeter, representando a Corfo, valida el acuerdo entre el síndico a cargo de Inverlink Capitales, Marcos Sánchez, y los representante de Los Olmos, Leopoldo Enríquez y Antonio Ortúzar; el interventor de Empresas Inverlink, el síndico Herman Chadwick Larraín, hoy envuelto en el caso Caval, y el entonces gerente general de Planvital, José Valenzuela Marín.
En dicho convenio, firmado el 16 de diciembre de 2003, Inverlink otorga opción irrevocable de compra a favor de Planvital del 64,6% de Magister, además de la cesión a Planvital del crédito que tenía Inverlink Capitales en contra de Magister por una deuda pendiente de $ 2.165 millones entre ambas y que debió asumir Los Olmos.
Adicionalmente, se acuerda dar a Los Olmos la opción irrevocable para adquirir un tercio de las acciones serie B de Atacama Investments Limited que era propiedad de Inverlink y que es justamente la sociedad donde se alojan los accionistas que nunca han podido ser auscultados por las autoridades.
El precio por el control de Magister, además de la cuenta corriente mercantil referida, llegó a la escuálida cifra de $ 51 millones en efectivo y US$ 250 mil (unos $ 150 millones actuales) a pagar en junio de 2004.
“Magister estaba quebrada, no valía nada”, recuerda una fuente que conoció del proceso, intentando explicar el mínimo valor. A Hinzpeter, además, le correspondió sentarse en el directorio de Magister entre junio y noviembre de 2003, previo al acuerdo señalado.
Nota de la Redacción: Este medio intentó en numerosas ocasiones entablar conversaciones con Leopoldo Enríquez y con algunos de los nombres asociados a Atacama Investments y a PlanVital, pero no obtuvo cooperación.
Fuente: ElMostrador