El documento dice que ese sistema genera efectos negativos en todas las variables macroeconómicas analizadas y pone enorme presión en las arcas fiscales. Pero las AFP pueden respirar tranquilas: el muy esperado informe que Mario Marcel presentó ante el ministro de Hacienda concluye que, si el 5% adicional que propone el gobierno se destina al sistema de capitalización individual, aumentaría el ahorro, el crecimiento, la inversión y potenciaría el mercado laboral. El Banco también analizó un sistema de ahorro con redistribución intrageneracional, que fue una de las opciones debatidas en la Comisión Bravo. El impacto en la economía de esa opción, según el BC, depende de los incentivos a formalizar el empleo.
Los controladores y ejecutivos de las AFP probablemente no durmieron tranquilos el miércoles.
Sabían que el jueves por la tarde el Banco Central finalmente entregaría al gobierno el muy esperado estudio que analizó los impactos macroeconómicos de una reforma al actual sistema de pensiones. También se entregó a los partidos políticos.
Y el informe los deja tranquilos. El estudio que Mario Marcel presentó ante el ministro de Hacienda concluye que el sistema de capitalización individual aumenta el ahorro, el crecimiento, la inversión y potencia el mercado laboral.
Por otro lado Luis Messina debe estar rompiendo platos y tirándose los pelos, ya que el Banco Central es lapidario con el sistema de reparto. El informe concluye que genera efectos negativos en todas las variables macroeconómicas analizadas.
El banco también analizó un sistema de ahorro con redistribución intrageneracional, que fue una de las opciones discutidas en la Comisión Bravo. El impacto en la economía de esa opción, según el BC, depende de los incentivos a formalizar el empleo.
El informe servirá a la Presidenta Michelle Bachelet para decidir la propuesta que eventualmente Hacienda enviará al Congreso.
El ministro Rodrigo Valdés había solicitado en octubre, en representación de la Mandataria, que el Central “colabore en la evaluación de los impactos que las medidas específicas [en materia de pensiones] tendrían en variables económicas como el ahorro, la inversión, y sobre los mercados financieros.”
El ente emisor, en coordinación con el Ministerio de Hacienda, se propuso evaluar los efectos macroeconómicos de largo plazo de tres alternativas propuestas para el uso del alza de 5% de las cotizaciones con cargo al empleador anunciado por Bachelet.
Las opciones eran las mismas tres que emanaron de la Comisión Bravo: capitalización individual, ahorro con redistribución intrageneracional y reparto.
En el informe el Banco Central deja claro que este análisis “no debe ser entendido como una propuesta institucional de reforma ni como expresión de apoyo implícito o explícito a una propuesta específica” y que se focaliza solo en evaluar “las dimensiones macroeconómicas y financieras del sistema de pensiones”.
Y hace hincapié en que el informe no abordó el nivel y distribución de los beneficios previsionales ni del bienestar asociado a ellos. Tampoco evaluó los efectos de corto plazo, impactos durante la transición, o medidas transitorias. Y fue enfático en que no analizó el funcionamiento de las actuales administradoras de Fondos de Pensiones (AFP).
El documento explica que el funcionamiento de los sistemas de pensiones “influye y es influido por el comportamiento del mercado del trabajo, especialmente cuando las cotizaciones gravan de manera diferenciada a trabajadores o empleadores, asalariados y no asalariados”. Y explica que las cotizaciones de cargo de los empleadores “representan un incremento en el costo de contratación de la mano de obra que reduce la demanda por trabajo”.
Conclusiones
El Banco Central concluyó que con el 5% adicional que se destina al actual sistema de capitalización Individual el ahorro aumentaría (1,2%), tendría efectos moderados en mercado laboral y en el crecimiento (PIB largo plazo – 1%).
Si se opta por un sistema de reparto las consecuencias serían nefastas para la economía. Según el informe, el ahorro disminuiría en 1,3%, caería el empleo, aumentando la informalidad y disminuyendo el crecimiento a largo plazo.
Según el Banco, es el sistema que menos hace crecer las pensiones. Y además pone en peligro las arcas fiscales: “Aumento deuda pública podría llegar a alrededor de 40% PIB hacia 2050”. Y para no disminuir pensiones, eventualmente se requiere “aumentar las contribuciones y/o reducir los beneficios a generaciones futuras”.
El banco resalta que, dado que bajo el sistema de reparto las jubilaciones se pagan con las cotizaciones recaudadas en el mismo período, si la población de jubilados crece más rápido que la de los cotizantes, “se tiene que elegir entre aumentar la tasa o el período de cotización, aumentar la deuda pública o la carga tributaria, bajar el monto de las jubilaciones o postergar la edad de jubilación”.
Y agrega que el problema se intensifica “si cae el crecimiento potencial y si se ha comprometido un ritmo de crecimiento de las jubilaciones excesivo”. El documento dice que Reparto “genera dinámica deuda insostenible si beneficios están indexados a crecimiento de los salarios”.
Con respecto a la opción de Ahorro Intrageneracional, el ente emisor sostiene que es “clave incorporar incentivos a la formalización y definir con precisión los derechos de propiedad sobre los fondos generacionales”.
Si esa opción se hace con incentivo a la formalización el nivel de ahorro aumenta (1.2%). Con respecto al mercado laboral, lo efectos serían “heterogéneos (aumento formalidad para ingresos bajos)”. El impacto en el PIB largo plazo similar a capitalización individual (1%).
Ahora, si se opta por esa opción, pero sin incentivo a la formalización, el nivel de ahorro aumenta 1,1%, pero el impacto en el mercado laboral sería negativo: “Caída empleo formal disminuye impacto sobre PIB de largo plazo.”
Fuente: ElMostrador