Hernán Calderón R.
Presidente de Conadecus
En su edición del jueves 12 de febrero, El Mostrador publica una columna titulada “Concurso de la Banda 700 MHz y más…”, escrita por Geraldine González, que fue Jefa de la División Política Regulatoria de Subtel.
La columna de Geraldine González es sin duda una respuesta a la columna “Telecomunicaciones: ¿la Subsecretaría capturada?”, de Edison Ortiz, publicada en El Mostrador el pasado viernes 6 de febrero, que contiene una dura crítica a diversos directivos de Subtel y a su actual superior directo, el ministro Andrés Gómez-Lobo Echenique.
Para Edison Ortiz, sólo se salva el ex subsecretario Atton, que impulsó varias acciones efectivas para aumentar la competencia, como la portabilidad numérica, y que una vez que abandonó el cargo no se fue a trabajar a una de las empresas reguladas, sino que indicó que se jubilaba.
Para contrarrestar la grave denuncia de Edison Ortiz, Geraldine González ha recordado precisamente las principales acciones del ex subsecretario Atton (portabilidad numérica, fin de la larga distancia nacional, baja en las tarifas de interconexión, Reglamento de Servicios de Telecomunicaciones, licitación de 700 MHz).
Pues bien, esos logros del ex subsecretario Atton –con excepción de la licitación de 700 MHz, que lamentablemente fue mal hecha– no están en discusión. Son precisamente esos logros los que distinguen al ex subsecretario de sus dos predecesores y de su actual sucesor. No sólo lo reconoce Edison Ortiz, Conadecus también lo ha reconocido.
No quisiera aburrir a los lectores explicando por qué la licitación de la banda de 700 MHz fue mal hecha. Nuestros argumentos constan en la demanda que presentamos en marzo de 2014 ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (causa rol C 275-14), cuyo expediente es público, y quien quiera conocer una síntesis de nuestro punto de vista puede consultar la columna “¿Colapsará la Telefonía Móvil por Culpa de Conadecus?”, escrita por nuestro asesor Óscar Cabello, publicada en El Mostrador del 23 de diciembre de 2014.
Sólo quiero decir que el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago que rechazó un recurso del operador Telestar, en contra de la adjudicación de la banda de 700 MHz –que Geraldine González exhibe como prueba de que la licitación correspondiente se hizo bien–, señala que el rechazo no obedeció a la falta de argumentos de Telestar, sino a que los problemas de libre competencia que puedan afectar a la adjudicación de esa banda están siendo conocidos por el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, que es la instancia adecuada.
En diversas partes de su artículo, Geraldine González intenta exculpar a Subtel y señala que este organismo ha promovido la libre competencia, lo que desde el año 2000 a la fecha no es muy cierto (salvo en el período del ex subsecretario Atton y con la excepción ya citada: la licitación de 700 MHz). ¡Baste recordar cómo Subtel persiguió entre 2003 y 2009 a los operadores pequeños, que se atrevieron a desarrollar nuevos negocios como la telefonía IP o los conversores de llamadas! (y nunca persiguió a Skype, que hacía lo mismo). ¡Baste recordar cómo Subtel fijó tarifas de interconexión absolutamente sobrevaloradas para la telefonía móvil en 2003 y en 2008, que frenaron la competencia, al punto que la tarifa de 2008 pasó a ser, lejos, la más alta de la OECD! ¡Basta observar que el actual subsecretario Huichalaf ha señalado que diversas obligaciones que impone el nuevo Reglamento de Servicios de Telecomunicaciones a los operadores, y que favorecen a los consumidores, “no se aplican para los contratos antiguos”, o ver cómo se ha desentendido del grave atropello que un operador dominante acaba de cometer en contra de un operador muy pequeño!
Sin duda que en la historia de Subtel hay aciertos, pero lamentablemente son muchos más lo errores, especialmente en lo que dice relación con promover la libre competencia. La virtud del ex subsecretario Atton es que tiene más aciertos que errores que mostrar. Es más, los principales avances que puede mostrar el sector telecomunicaciones –que en los años 90 fue un ejemplo para el mundo y que, lamentablemente, dejó de serlo– no provienen de Subtel, sino que de la Fiscalía Nacional Económica, del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia y de la Corte Suprema, que en varios casos han echado por tierra los argumentos de Subtel.
Finalmente, quisiera referirme a la captura del regulador. Es probable que Geraldine González –como ex funcionaria de Subtel– haya escrito su columna para demostrar que en la Subsecretaría de Telecomunicaciones no hay corrupción. Al respecto, debo precisar que la captura no necesariamente es sinónimo de corrupción. La captura también se da cuando el organismo regulador se identifica con los intereses de los operadores regulados, porque piensa –de manera legítima, pero equivocada– que esos intereses coinciden con los del país, como ha ocurrido tantas veces en el caso de Subtel.
No es conveniente negar la captura ni tratar de exculpar a Subtel, ya que si las autoridades del futuro no toman conciencia de los problemas que aquejan a este organismo, nunca los van a corregir. Y desde ya quiero señalar que la solución no está en la creación de una Superintendencia, como muchos piensan.
Fuente: ElMostrador
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