En el año 2013, luego de la ola de robos que afectó a los cajeros automáticos, el Ministerio del Interior implementó el decreto 222 que obligó a la banca a asumir mayores costos en altos estándares de seguridad.
Por lo mismo, la banca debió buscar canales alternativos de abastecimiento de efectivo a sus clientes y, tal como informó Pulso, lo logró exitosamente en los POS: terminales de punto de venta que dan vuelto en efectivo al pagar con tarjeta. Estos se han disparado en los dos últimos años.
Conforme el propio Transbank, eran 7.044 puntos a diciembre de 2015 y 7.373 a abril del presente año, lo que representa un incremento de 4,3%.
En tanto el número de cajeros automáticos en Chile sigue disminuyendo, alcanzando en julio su mínimo histórico con 7.469 unidades, marcando un retroceso de 3,3% en lo que va de 2017.
De todas maneras, según lo informado por la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) el efectivo sigue siendo el instrumento más usado del país como medio de pago (88%) y los cajeros (73%) siguen siendo el canal que más se utiliza a nivel nacional para obtenerlo.
Fuente: Pulso