Este lunes 3 de julio a las 8:30 horas, en el Hotel Crowne Plaza, se realizó el primer conversatorio sobre “El Acuerdo de Asociación Chile – Unión Europea del 2002 al 2017 – Logros y Desafíos” . La instancia fue organizada por la Delegación de la U. E y la DIRECON y fue iniciada con las palabras de bienvenida del Subsecretario de Relaciones Exteriores, Edgardo Riveros, y de la Embajadora de la Unión Europea en Chile, Stella Zervoudaki.
Chile y la Unión Europea tienen un desafío común: modernizar el Acuerdo de Asociación firmado el 2002 y dar paso para que la historia de éxito entre ambas partes continúe en el futuro. Si bien este acuerdo fue uno de los más ambiciosos de su época, tanto la UE como Chile han firmado otros acuerdos más modernos con otros socios y han surgido nuevas temáticas en la economía mundial.
En la actividad se realizaron tres paneles donde participaron distintas autoridades nacionales, presidentes de organizaciones sociales y empresarios. En el primer panel: “Marco Institucional”, los invitados respondieron algunas preguntas como ¿Cuál es ese marco? ¿Cómo integra la transparencia y los aportes políticos y de la sociedad civil en el proceso de toma de decisiones y monitoreo? Entre los participantes estuvo: Paulina Nazal, Directora General de Relaciones Económicas Internacionales, DIRECON; Alejandra Guerra, Directora del Departamento de Europa, Ministerio de Relaciones Exteriores; Isabel Allende, Presidente del Comité de Asociación Parlamentario y Etiel Moraga, representante del Comité Consultivo Conjunto Chile-UE.
Las palabras de apertura del Panel 2: Resultados Económicos, estuvieron a cargo del Ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes. En esta sección se expusieron distintas visiones respecto de los beneficiarios del acuerdo, el peso de varios sectores de la economía en la relación con la UE, la participación de las PYMEs en el comercio con la Unión Europea y los efectos en el crecimiento y la creación de empleo, entre otros temas. Los participantes de esta sección del conversatorio fueron: Alfredo Moreno, Presidente de la CPC; Pablo Urria, Director de Asuntos Bilaterales de DIRECON y Vicente Caruz, Presidente de Eurochile.
Desde la entrada en vigencia del acuerdo en 2003, los intercambios comerciales se han duplicado en volumen y valor. El análisis del Panel 3: “Exportar a la Unión Europea, importar desde la Unión Europea”, estuvo a cargo de Rafael Sabat, Subdirector Internacional de ProChile; Ronald Bown, Presidente de la Asociación de Exportadores de Frutas (ASOEX); Jorge Quintanilla, Gerente General de la Cooperativa Coopeumo; Felipe del Río, representante Grupo Derco; Jörg Schroerlücke, representante de STC Sunbelt SpA, y Hernán Calderón, Presidente de CONADECUS y representante del Comité Consultivo Conjunto UE-Chile.
En la jornada, Calderón manifestó que “la sociedad civil discutió y debatió intensamente este acuerdo en el año 2012 y creo que fallamos cuando no tuvimos ninguna oportunidad de colocar temas relevantes que quedaran en el acuerdo. Existe una frustración de la sociedad civil porque muchos de los impactos de este acuerdo comercial no los conocemos y son reservados”.
Además, el presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y usuarios expuso tres puntos respecto al acuerdo entre las dos partes. En primer lugar, señaló que “hemos tenido un impacto en la homologación”. Asimismo, indicó que”la industria nacional y europea no ha tendido a homologar y estandarizar los productos con el fin de que los consumidores chilenos accedan a la misma calidad de lo que se exportan”.
Del mismo modo habló sobre el cumplimiento de las regulaciones: “La industria tanto de Chile como en Europa debe cumplir las mismas regulaciones. No puede ser que Chile exporte productos que cumplan los estándares europeos, pero internamente tengamos productos de bastante menor calidad, los consumidores chilenos no debiesen ser de segunda categoría. Asimismo, cuando en el país se aprueban legislaciones que tiene que ver con mejoramiento de la calidad de productos, no es admisible que empresas europeas no quieran cumplirlas. Debemos avanzar en la homologación y estandarización para que en ambos lugares consumamos los mismos productos.
“Las inversiones de la unión europea se han focalizado en empresas estatales privatizadas en dictadura y gobiernos democráticos. Como por ejemplo, en el área financiera, energía, electricidad, agua y gas. No se crearon nuevas industrias, se compraron empresas que eran parte del estado lo que ha significado una menor competencia. Hoy tenemos un mercado oligopólico o monopolio natural. Los consumidores hemos sufrido estos efectos. Las empresas que han invertido en Chile nos han dañado al involucrarse en colusiones, malas prácticas, cláusulas abusivas, etc. Esto nos preocupa profundamente porque hay un doble estandar, en sus países cumplen con una regulación más estricta, pero en Chile no”, recalcó el presidente de CONADECUS.
Por último, planteó los efectos del acuerdo en la sociedad civil, principalmente, en las asociaciones de consumidores. “En el acuerdo venía establecido un capítulo especial para el desarrollo, cooperación e intercambio de estas asociaciones. Esto no ocurrió, a pesar de que la UE sí hizo un esfuerzo. Finalmente, no se concretaron porque los acuerdos y convenios fueron con el Estado Chileno, cosa que el estado no le transmitió a la Sociedad civil.