En el mes de diciembre del año 2020, los consumidores y consumidoras propietarias de departamentos del edificio “Vista Ñuñoa” acudieron de forma organizada a Conadecus con la finalidad de denunciar una serie de desperfectos que afectaban a la Central Térmica que provee a los departamentos de agua caliente.
La demanda colectiva asciende a más de mil millones de pesos, los residentes acusan a las inmobiliarias Plaza Egaña (cuyos dueños son las inmobiliarias “Siena” e “Indesa”) y a la constructora Ingevec, de fallas constantes en la sala de calderas, que no fueron debidamente reparadas por la inmobiliaria y que provenían de un defecto en el diseño y construcción.
El edificio afectado cuenta de 26 pisos, con 282 departamentos de uso habitacional. Sus propietarios alegan que la inmobiliaria no respondió por el cambio necesario e íntegro de la sala térmica del edificio, la cual, presentaba serios desperfectos, dejando en total y absoluto desamparo a los consumidores.
La primera inundación
En julio del año 2018 ocurrió el primer evento, la explosión del tanque de expansión de una caldera del edificio ubicada en el piso 26 que produjo una severa inundación en la sala de Calderas.
Los consumidores se percataron que los drenajes de salida de agua de la misma sala se encontraban obstruidos por una losa exterior estructural. Esta situación ocasionó que el agua sobrepasara los niveles de la misma sala y se descargara por los pasillos hacia los ascensores, inundando una serie de departamentos desde el piso 25 hacia abajo.
La inmobiliaria procedió a la reparación de ascensores y el reemplazo del tanque de expansión, pero en caso alguno reconoció la instalación defectuosa, ni se hizo cargo del problema de fondo: la severa incrustación y corrosión presente en todos los artefactos que intervienen en la generación de agua caliente sanitaria.
Error en la implementación de la caldera
La deficiente instalación de los artefactos decantó en un colapso total y absoluto de la sala térmica, incluyendo la explosión de parte del circuito. Los equipos instalados y escogidos no eran aptos para operar en las condiciones que fueron instalados y, como si eso fuera poco, el diseño de la sala térmica en sí fue defectuoso e imposibilitaba una operación óptima de la misma.
Los equipos instalados en la sala de calderas funcionaron con agua cuyo nivel de mineralidad se encontraba fuera de los parámetros indicados por el fabricante, error solo atribuible a la instalación original. Aquello ocasionó una severa corrosión e incrustación al interior de los productos, mezclándose agua negra con agua potable, y posteriormente decantando en dos explosiones al interior del sistema.
Para Antonio Olivares, abogado de Conadecus, es evidente que existió un problema de elección de los productos a instalar, puesto que estos requerían durezas inferiores a las presentes en el lugar en que se emplazaron, es decir, se trataba de artefactos destinados a operar con aguas blandas, moderadamente duras, o incluso duras, pero en caso alguno destinados a operar con aguas muy duras o extremadamente duras como ocurre con las aguas capitalinas. “Aquello deja en evidencia el error en la elección por parte de los demandados”, enfatizó.
La segunda inundación
Lo anterior no solo afecta la integridad de los consumidores, sino que también produjo que todo el sistema colapsara. Aunque lo que ocurría al interior de calderas, acumuladores y estanques de expansión no era visible para los consumidores, aquello, finalmente, se manifestó en diferencias de presión en su interior incompatibles con los artefactos lo que desencadenó, en junio del año 2020, en una nueva explosión del tanque de expansión dejando fuera de funcionamiento la totalidad del sistema.
“Esta situación es claramente un error constructivo, pues la sala fue emplazada incorrectamente. Tal como lo señala la ley, son responsables la inmobiliaria, la empresa de arquitectura, la constructora, la empresa calculista, la proyectista, y todos los profesionales que operan por ellas” señaló Hernán Calderón, presidente de Conadecus.
Asimismo, desde el año 2017 en adelante se han presentado decenas de fallas en las matrices de agua caliente y en los sistemas de distribución de agua caliente sanitaria que la distribuye desde la sala de calderas hacia cada una de los departamentos.
“La falta de diligencia y profesionalidad queda en evidencia y da cuenta de la nula solución al problema de fondo. En otras palabras, los responsables solo buscaron dar soluciones momentáneas, practicando arreglos en roturas y filtraciones, pero sin hacerse cargo del problema real que consiste en un diseño, instalación y emplazamiento erróneo de la central térmica del edificio” recalcó Calderón.
Demanda indemnizatoria inmobiliaria
M.Paz Ibar S.
Periodista Conadecus
Imagen de referencia.
