Si bien en nuestro país no existe regulación de precios, el que los medicamentos vengan con un precio rotulado desde su fabricación en el laboratorio respectivo, permitirá conocer a los consumidores el precio oficial del mismo y contrastarlo con el sobreprecio que pueda ponerle la farmacia en la cual lo cotice, es uno de los principales beneficios que tiene la nueva Ley de Fármacos, según señala Hernán Calderón, Director de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios CONADECUS.
Otro punto a destacar según Calderón es la obligatoriedad que se impone al cuerpo médico de recetar los principios activos de los medicamentos y no los nombres de fantasía de los mismos, ya que así los pacientes pueden optar a versiones bioequivalentes o genéricas, más económicas que los originales.
Así mismo, el término de los incentivos en distintas partes de la cadena comercial de los fármacos impedirá que tanto los médicos como vendedores de las farmacias sugieran una marca por sobre otra más barata del mismo producto.
También beneficia a los consumidores la fragmentación de las dosis, ya que permite comprar justo lo necesario para un tratamiento, con el ahorro que ello implica y regula la automedicación de fármacos controlados. Además, el que los medicamentos sin receta puedan ser vendidos en góndolas en las farmacias, facilita la comparación de precios estos.
Queda pendiente a juicio de Calderón, la regulación de la integración vertical de las cadenas de farmacias; definir el rol del Estado y principalmente de la CENANBAST en la distribución de medicamentos y la regulación de la competencia entre farmacias independientes y cadenas. Paralelo a ello se podría implementar una red de farmacias comunitarias en hospitales, clínicas y consultorios y redes de almacenes farmacéuticos con administración municipal, Agregó.
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