El proceso de toma de decisiones no es exclusivo de las grandes empresas y los ejecutivos top, tampoco de los gobernantes y el parlamento de cada país, todas las personas son tomadoras de decisiones, y sea para bien o para mal, cada decisión repercute en sus vidas, validando lo que coloquialmente se menciona como “cada quién tiene lo que se merece” o “cada quien recibe el resultado de sus decisiones”.
Lo anterior enuncia de manera clara que independiente a la posición que cada persona tenga en la sociedad, una de sus atribuciones como tal es la de tomar decisiones, y por ende lo que cada uno es como persona hoy, corresponde al testimonio público de las decisiones que tomó incluso hace un minuto atrás. Por ende no es posible escapar a dicha atribución ni a la responsabilidad de su ejecución. Aunque algunos crean que sí.
Esta atribución exclusiva de los seres humanos, puede ser enriquecida y obtener mejores resultados, si es acompañada de información oportuna y veraz. Y justamente en la sociedad en la que vivimos hoy, la mayor parte de la información que optimizaría dicho proceso de toma de decisiones está disponible y en cantidades considerablemente altas. Por consiguiente, para que la ecuación se complete, debe existir la disposición personal a informarse y después de esto actuar.
A raíz de los grandes desfalcos financieros internacionales y nacionales, muchas personas fueron vulneradas en sus derechos de consumidores, algunos sin darse cuenta, otros alegando cándida inocencia o directamente ignorancia ante la sofisticada red de ejecutivos, que con mayor conocimiento técnico hicieron caso omiso a la ética profesional y causaron además de pérdidas monetarias, daño irreparable a la confianza en el mercado.
El Estado por su parte, delega en sus instituciones especializadas la defensa por la vulneración de derechos de consumidores y provee de instrumentos de fomento a la participación ciudadana para que las personas interesadas accedan a información oportuna y veraz y mejoren su proceso de toma de decisiones, y por ende, eviten ser parte de una nueva gran estafa.
La Ley del Consumidor en Chile faculta a asociaciones ciudadanas de consumidores para realizar actividades de apoyo a la toma de decisiones de consumo. Lamentablemente existen pocas de estas asociaciones en nuestra provincia, al menos una en Chillán Viejo y por lo mismo, dadas las circunstancias del mercado actual, las irregularidades y constantes denuncias son cada vez más necesarias. Invito a los lectores a motivarse para ser parte de la naciente Asociación de Orientación a los Consumidores de Ñuble (cuyo grupo en Facebook es Consumidores de Ñuble) y unir fuerzas y voluntades para que en conjunto ayudemos a los ciudadanos de nuestra provincia a tomar decisiones de consumo acertadas. La Asociación es un esfuerzo ciudadano colectivo sin color ni tendencia política, requiere solo el deseo genuino de ser un aporte en el proceso de ser mejor ciudad y país. Si usted considera que puede aportar con su granito de arena, no tenga reparo en escribir a mi mail [email protected] y gustosamente le daré a conocer las actividades que estamos realizando.
FUENTE: LADISCUSIÒN.CL
