El fallo del jueves de la Corte Suprema de Estados Unidos que valida los subsidios federales a seguros de gastos médicos para casi 6,4 millones de estadounidenses fue un gran alivio para los consumidores al sentir que podrán pagar sus pólizas, pero la reacción fue marcadamente diferente entre gobernadores y legisladores en estados que han luchado contra la Ley de Protección al Paciente y Cuidado de Salud Asequible de Estados Unidos.
Muchos de ellos reforzaron su llamado a que se revoque la ley, estableciendo el tono de lo que probablemente será un estribillo común del Partido Republicano en la campaña presidencial del próximo año.
“La Corte Suprema abandonó la Constitución para resucitar una fallida ley de servicios médicos”, dijo en un comunicado el gobernador de Texas Greg Abbott, un republicano. “La acción de hoy subraya por qué es ahora más importante que nunca asegurar que elijamos a un presidente que revoque el Obamacare y promulgue reformas de atención médica reales”.
Texas, al igual que muchos de los 34 estados gobernados por los republicanos que dependen del mercado de seguros federal, no tenía plan de emergencia si el máximo tribunal del país hubiera cancelado los subsidios. Abbott no tenía interés en establecer un mercado estatal de seguros para los 832.000 texanos que dependen de los créditos fiscales federales que disminuyeron sus primas mensuales de seguro.
Él y otros gobernadores republicanos señalaron que hubiera sido responsabilidad del presidente y del Congreso arreglar el asunto.
Florida hubiera sido el estado más afectado, con más de 1,3 millones de personas que dependen de los subsidios federales. El establecimiento de un mercado estatal de seguros no era una prioridad política para el gobierno del estado. El gobernador republicano Rick Scott y la cámara baja dominada por los republicanos se opusieron fuertemente a una iniciativa de ley del Senado que hubiera creado uno, así como expandido el Medicaid.
Scott y el senador federal de Florida Marco Rubio, un precandidato presidencial republicano, reafirmaron el jueves su empeño en revocar la ley.
“Es una ley mala”, dijo Scott a reporteros. “Ha hecho promesas tras promesas”.
El punto tratado por la Corte Suprema fueron los subsidios otorgados por el gobierno federal a consumidores en los 34 estados que dependen del mercado de seguros federal. Algunas palabras en la ley de cuidado de salud asequible indican que los subsidios serían únicamente para consumidores que utilicen mercados de seguros operados por los estados. En su fallo por votación de 6-3, la corte dijo que esos subsidios no dependían del lugar donde vive la gente.
La decisión de la Corte Suprema de permitir que continúen los subsidios fue un alivio para muchos que habían adquirido pólizas de seguro de gastos médicos a través del mercado de seguros federal.
Entre ellos está Jennifer Greene, una residente de 58 años de Boca Ratón, Florida, quien temía que se quedaría sin seguro si perdía su crédito fiscal de 547 dólares mensuales.
Ella tenía seguro a través de su empleo en una cadena grande de supermercados, pero lo perdió porque estuvo ausente mucho tiempo del trabajo debido a la larga recuperación por una cirugía de colon.
Greene contrató en febrero un plan de seguro de nivel medio, pagando 25 dólares mensuales luego del crédito fiscal. Ella pudo conservar a su médico de cabecera y ha dependido fuertemente del seguro para cubrir citas de seguimiento con especialistas y una cirugía por hernia.
“Esas cosas no se pueden pagar sin un seguro”, comentó el jueves. “Tener el seguro marca la diferencia entre mantenerse saludable o hacer caso omiso de los problemas de salud de uno”.
Muchos de ellos reforzaron su llamado a que se revoque la ley, estableciendo el tono de lo que probablemente será un estribillo común del Partido Republicano en la campaña presidencial del próximo año.
“La Corte Suprema abandonó la Constitución para resucitar una fallida ley de servicios médicos”, dijo en un comunicado el gobernador de Texas Greg Abbott, un republicano. “La acción de hoy subraya por qué es ahora más importante que nunca asegurar que elijamos a un presidente que revoque el Obamacare y promulgue reformas de atención médica reales”.
Texas, al igual que muchos de los 34 estados gobernados por los republicanos que dependen del mercado de seguros federal, no tenía plan de emergencia si el máximo tribunal del país hubiera cancelado los subsidios. Abbott no tenía interés en establecer un mercado estatal de seguros para los 832.000 texanos que dependen de los créditos fiscales federales que disminuyeron sus primas mensuales de seguro.
Él y otros gobernadores republicanos señalaron que hubiera sido responsabilidad del presidente y del Congreso arreglar el asunto.
Florida hubiera sido el estado más afectado, con más de 1,3 millones de personas que dependen de los subsidios federales. El establecimiento de un mercado estatal de seguros no era una prioridad política para el gobierno del estado. El gobernador republicano Rick Scott y la cámara baja dominada por los republicanos se opusieron fuertemente a una iniciativa de ley del Senado que hubiera creado uno, así como expandido el Medicaid.
Scott y el senador federal de Florida Marco Rubio, un precandidato presidencial republicano, reafirmaron el jueves su empeño en revocar la ley.
“Es una ley mala”, dijo Scott a reporteros. “Ha hecho promesas tras promesas”.
El punto tratado por la Corte Suprema fueron los subsidios otorgados por el gobierno federal a consumidores en los 34 estados que dependen del mercado de seguros federal. Algunas palabras en la ley de cuidado de salud asequible indican que los subsidios serían únicamente para consumidores que utilicen mercados de seguros operados por los estados. En su fallo por votación de 6-3, la corte dijo que esos subsidios no dependían del lugar donde vive la gente.
La decisión de la Corte Suprema de permitir que continúen los subsidios fue un alivio para muchos que habían adquirido pólizas de seguro de gastos médicos a través del mercado de seguros federal.
Entre ellos está Jennifer Greene, una residente de 58 años de Boca Ratón, Florida, quien temía que se quedaría sin seguro si perdía su crédito fiscal de 547 dólares mensuales.
Ella tenía seguro a través de su empleo en una cadena grande de supermercados, pero lo perdió porque estuvo ausente mucho tiempo del trabajo debido a la larga recuperación por una cirugía de colon.
Greene contrató en febrero un plan de seguro de nivel medio, pagando 25 dólares mensuales luego del crédito fiscal. Ella pudo conservar a su médico de cabecera y ha dependido fuertemente del seguro para cubrir citas de seguimiento con especialistas y una cirugía por hernia.
“Esas cosas no se pueden pagar sin un seguro”, comentó el jueves. “Tener el seguro marca la diferencia entre mantenerse saludable o hacer caso omiso de los problemas de salud de uno”.
Fuente: ElNuevoHerald