Noticia | 25 Enero 2016

El frenesí de cambios a la ley del consumidor

sernac-paraguasEs realmente sorprendente, comparado con otras leyes, la cantidad y variedad de cambios que se proponen permanentemente a la ley del consumidor (Ley 19.496). Desde hace 5 años, he ido analizando casi uno a uno sus permutaciones, y es notable las modificaciones que ha tenido, y las muchas iniciativas parlamentarias (o mociones) para cambiar todo o alguna parte, sobre todo en lo relativo a más derechos de los consumidores o mayor capacidad fiscalizadora del SERNAC (Servicio Nacional del Consumidor).
Partamos, por ejemplo, con una de las modificaciones más relevantes: el Sernac Financiero. Esta fue, finalmente, ley a fines del 2011, comenzando su tramitación el 2010. Cuando se lee en mensaje del ejecutivo (de julio del 2010, durante el Gobierno de Sebastián Piñera), pone que “consideramos indispensable fortalecer la protección del consumidor de servicios financieros, de telecomunicaciones y de transporte público de pasajeros, entre otros, a través de la dotación de mayores atribuciones y competencias al referido Servicio Nacional del Consumidor”. Esa ley finalmente tuvo, al menos dos, propósitos:
1. Fortaler el ejercicio efectivo de los derechos de los consumidores de servicios financieros.
2. Hizo más poderoso al SERNAC (Servicio Nacional del Consumidor), con “la creación de divisiones especializadas y, particularmente, una unidad financiera”. Es decir, con más presupuesto y más gente especializada.
Si en la máquina del tiempo nos vamos al pasado, y leemos en ese contexto el mensaje sobre el Sernac Financiero del Presidente Piñera, hubiéramos pensado que era suficiente. Que tendríamos leyes e institucionalidad moderna y adecuada para muchos años. Pero no. La actual administración envió un mensaje pidiendo modificar nuevamente el Sernac, casi 4 años después. ¿Qué pasó? ¿Evolucionó tan rápido la sociedad? ¿Nos llenamos de abusos? ¿Estaba mal concebido el Proyecto? No lo sé, probablemente todas las anteriores.
Pero no sólo son modificaciones al Sernac. Actualmente hay en el parlamento más de 15 mociones más un mensaje del ejecutivo para modificar la Ley del Consumidor. Por ejemplo, el proyecto de ley que modifica nuevamente el Sernac, el que modifica la ley del consumidor para proteger la vida privada, para regular más la cobranza prejudicial, para permitir homologar precios con independencia de la forma de pago, para regular las tediosas llamadas telefónicas de las empresas de telecomunicaciones u otras que ofrecen productos o servicios, para prohibir modificaciones unilaterales en los contratos de adhesión, para certificar contratos ante el Sernac, etc, etc.
Si analizamos la cantidad de este tipo de iniciativas, de miembros de las Comisiones de Economía de ambas cámaras, y de otros parlamentarios, podemos aproximarnos a las 10 o más mociones. Estamos frente a un frenesí de cambios a la ley del consumidor. Produce como efecto que tengamos una normativa cuya única constante es el cambio. Ese arrebato se ve alimentado por la percepción de ganancia electoral. Sin embargo, finalmente puede alimentar otra visión, y que es peligrosa: que las reglas del juego, tanto para el proveedor de productos y servicios como del consumidor, cambian tanto, que en la práctica no existen. Y eso es un riesgo.
 
Fuente: ElDinamo

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Conadecus

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