Rolando Chateauneuf
Recientemente se ha producido un grave accidente en un bus de dos pisos de la empresa Turbus. No es el primer accidente que se producen en estos buses, los que son muy altos y pueden llevar más pasajeros que los de un piso. La gran mayoría de ellos, en el piso superior. El accidente mencionado se generó en la Panamericana Norte aproximadamente en el kilómetro 335; en él fallecen 4 personas y se mencionan unos 50 heridos. De ello se desprende que pocos pasajeros resultaron ilesos.
La empresa informó que el vehículo iba a 94 Km por hora, en un sector que se permite hasta los 100 Km. De creerle a la empresa, no iba a exceso de velocidad. Su conductor llevaba un tiempo de manejo dentro de los valores aceptables. No se explica todavía las causas del accidente. Algo se ha señalado que quien lo conducía, pudo haberse quedado dormido.
Es extraño que eso sucediera, por las pocas horas de viaje y además se ha señalado que es un sector de la carretera algo accidentado que hace al conductor normalmente estar más alerta y por ello más despierto. Llama la atención que en un sector de ruta algo anormal, se permita a vehículos de transporte de pasajeros velocidades de hasta 100 Km/hora.
Recuerdo otro caso en el Sur, cerca de Concepción, que un bus de dos pisos tuvo un accidente similar, en camino recto, sin tener una clara causa del accidente. En otra oportunidad de volcarse, se culpa a un animal que habría atravesado la ruta.
Probablemente estos buses tienen menos capacidad de maniobrar.
Desde hace algún tiempo que me he preocupado de este tema. En una oportunidad, después de haber comprado un pasaje en Turbus desde Santiago(Pajarito) a Viña del Mar en un bus de un piso, ya que siempre hemos preferido en la familia viajar en un vehículo de este tamaño, nos encontramos con mi esposa que el bus que llega a la hora convenida era de dos pisos. Reclamamos en la ventanilla, donde nos señalaron que ese vehículo debía de haber ser de un piso; no hubo más explicación del por qué el bus fue cambiado de característica.
Teníamos los asientos 15 y 16, procurando ir cerca del centro de bus de un piso, evitando los primeros asientos; pero en el vehículo de dos pisos que ahora nos llevaba, habríamos ocupado los primeros asientos del segundo piso.
No era fácil conseguir en un momento como ése otro vehículo; después de reiterados reclamos, nos dan cupo en el primer piso, donde se encontraban solo sillones cama. Si mal no lo recuerdo, el primer piso contaba con 14 de esos asientos. Es probable que esas ubicaciones sean de mayor precio, especialmente en viajes de mayor distancia.
Reclamé posteriormente de esto en un par instituciones públicas. Me ayudó en eso Conadecus; pero se “pasaban la pelota” de una a otra institución, para que llegaran a la conclusión final de que debía hacer una denuncia en el Juzgado de Policía Local del Municipio que correspondía, de lo que sería una infracción.
Desde luego no lo hice, ya que aquello con toda seguridad iba a ser más pérdida de tiempo, con alta probabilidad de que nada iba a conseguir. Sin duda que la defensa de una empresa tan poderosa, también lo era.
A raíz de eso dejamos de viajar en esta empresa. Además de formarme la impresión de ser una empresa irresponsable, llegamos a la creencia que ellos procuran colocar más buses de esta mayor capacidad, posiblemente por razones lucrativas.
He llegado a apreciar que cada vez parece ser mayor la proporción de buses altos, lo que contribuye a agravar posiblemente la frecuencia de accidentes en las carreteras y éstos de ser de mayor gravedad
El 10 de mayo de 2015 escribí en mi página web www.rochade.cl el artículo titulado:
“Los peligrosos buses de dos pisos en las largas distancias y altas velocidades, ¿no se debiera prohibir su uso para estos fines?”
Presento algunos párrafos de ese artículo; al final de éste, lo incluyo completo.
Oí hace unos meses a un competente ingeniero que planteaba en televisión los riesgos de estos vehículos de dos pisos, principalmente por dos razones. Una la que su centro de gravedad está más alto que en los de un nivel y la otra, que su estructura es más débil, para evitar su peso excesivo.
En caso de accidente hay mayores posibilidades de daños a los viajantes. Ese mismo ingeniero señalaba que en muchos países ya se estaban prohibiendo el uso de estos vehículos para viajes en carretera a alta velocidad, como es lo que habitualmente lo hacen en Chile.
Es conveniente analizar otros factores a favor de riesgos de estos buses. Por su configuración además de tener el centro de gravedad más distante del suelo, este centro má se eleva al llevar muchos más pasajeros en el piso superior; ello facilita más el volcarse. Por otra parte al tener más masa total, el daño de una colisión puede llegar a más interiormente del bus y al volcarse, la fuerza de la caída se hace ser mayor, toma más velocidad y más se ven afectado los pasajeros del segundo pisos, al tener el giro un brazo más largo.
Estos buses tienen además menos capacidad de maniobra, por el riesgo de volcar y por tener una masa mayor.
Llama la atención que teniendo cada vez más ingenieros del tránsito y ganando éstos mayor experiencia con los años de ejercicio, no se perciba una preocupación por el tema. Esto debería también ser materia de preocupación del Colegio de Ingenieros, y como señalo al final del artículo primero que publiqué, de los ministerios de Salud y del de Transporte y Comunicaciones.
Se suma a los riesgos de graves accidentes, la falta de control de velocidades en autopistas y carreteras. Tengo la continua experiencia al conducir por el Camino a Lonquén sobre la falta de respeto a las velocidades máximas. Si uno las respeta, es preocupante como el que te precede se acerca a uno; no sólo se aprecia de automóviles sino que también de camiones pesados y de microbuses. Uno capta la molestia que está generando al respetar velocidades máximas y siente una presión para aumentar la distancia trasera de seguridad, superando la velocidad permitida.
Desde luego hay nulo control del cumplimiento de las distancias entre vehículos que seguramente están reglamentadas o deberían estarlo. En Chile los accidentes por alcance son muy comunes, y habitualmente afectan a varios vehículos. Recuerdo haber visto en carretea de Corea del Sur, que la pista de la izquierda era solo para buses y la distancia entre ellos era considerable.
Llama la atención el alto porcentaje de vehículos que no respetan la velocidad máxima en el Camino a Melipilla(Avda. Pedro Aguirre Cerda). No faltan los que a altas velocidades cambian bruscamente de pistas, generalmente sin señalizarlo.
A continuación presento mi primer artículo sobre el tema que lo escribí en mayo del año pasado.
Los peligrosos buses de dos pisos en las largas distancias y altas velocidades, ¿no se debiera prohibir su uso para estos fines?
Domingo 10 de mayo de 2015, www.rochade.cloUALIDAD Y MEDICINA NATURAL.
Hace varios días atrás se accidentó uno de estos buses en Mulchén y fallecieron dos de los 22 pasajeros, y otros diez quedaron heridos, con distintos grados de gravedad. La razón sería que un animal, un vacuno, se atravesó en el camino. Se dice que el bus iba a menos de 90 km por hora. Será importante que se investigue la razón del volcamiento y especialmente por qué dos pasajeros, que habrían ido en el primer piso, fallecieron. Cabe preguntarse qué hubiera pasado si el bus hubiera ido a 100 km por hora y con más pasajeros siendo que para ambas circunstancias está autorizado.
Oí hace unos meses a un competente ingeniero que planteaba en televisión los riesgos de estos vehículos de dos pisos, principalmente por dos razones. Una la que su centro de gravedad está más alto que en los de un nivel y la otra, que su estructura es más débil, para evitar su peso excesivo.
En caso de accidente hay mayores posibilidades de daños a los viajantes. Ese mismo ingeniero señalaba que en muchos países ya se estaban prohibiendo el uso de estos vehículos para viajes en carretera a alta velocidad, como es lo que habitualmente lo hacen en Chile.
Es importante saber si el accidente se debió principalmente al choque con el animal o fue por el viraje con que se pretendió esquivarlo. Es probable que un vehículo de un piso no se hubiese volcado por un accidente de esta naturaleza, ya que podría tener más capacidad de viraje sin volcarse, por tener su centro de gravedad menos alejado del nivel del suelo. Un choque con este animal tendría menos repercusión en la estructura más sólida del vehículo de un piso. Además debe tenerse en cuenta que un bus de dos pisos debe tener una masa mayor, por lo que a la velocidad que sea lleva una potencia más elevada, y por lo tanto el impacto es de mayor magnitud, impacto que lo recibe principalmente el primer piso.
No es el primer accidente que se verifica en estos buses de dos niveles. Tiempo atrás fue otro que se accidentó en camino recto sin saberse inicialmente las razones del accidente. El bus en esa ocasión llevaba poco tiempo de recorrido desde su origen y era camino recto. En el caso del accidente de Mulchén, eran varias horas transcurridas de viaje, entiendo que más de cuatro horas.
La entrada de estos buses se ha ido ampliando en Chile; seguramente son más rentables, ya que con un conductor y el funcionamiento de un solo motor se puede llevar más pasajeros. Estamos en presencia de un sistema autorizado en que se bajan los costos, se obtiene más rentabilidad pero se aumentan los riesgos de accidentes, los que tienden a ser de mayor gravedad, de más posibilidades de daño para los viajantes.
Cabe preguntarse si con las negativas experiencias que se han tenido y con los conocimientos de reglamentaciones de otros países, no sería conveniente prohibir el uso de estos vehículos u obligarlos a ser conducidos a menores velocidades.
Además uno puede preguntarse: ¿sus conductores no requerirán tener una capacitación especial?. ¿No será conveniente estudiar sus riesgos a diferentes velocidades y posiblemente ser más exigente en el límite de ellas?, ¿No será conveniente sólo permitir su uso en viajes panorámicos a menores velocidades y en trayectos especiales?
Creo que estas inquietudes las debieran analizar tanto el ministerio de Transporte como el de Salud.
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19 Dic 2024