Todos los días consumimos energía; para conectar nuestros aparatos electrónicos y hasta para alimentarnos. ¿Pero cómo logramos que nuestro consumo se vuelva más sustentable y no contaminante?
Asegurar nuestro acceso a una energía verde, a bajo precio, con buenos mecanismos de funcionamiento, que cumpla con los estándares de energía y que está a disposición de la ciudadanía.
¿Por qué es importante?
Los servicios energéticos se han vuelto imprescindibles para nuestra vida cotidiana, como humano siempre buscamos que este tipo de bienes sean eficaces y que dispongan de la tecnología adecuada para asegurar su buen funcionamiento.
Es importante que los sistemas energéticos estén bien establecidos, para apoyar a todos los sectores de la sociedad: como instituciones y empresas, medicina, educación y agricultura.
La falta de acceso al suministro de energía y a sistemas de transformación, se vuelve un obstáculo para el desarrollo de las naciones, afectando en la economía y el desarrollo humano.
Yo tengo acceso a electricidad. ¿Por qué debería importarme este objetivo?
En la historia del desarrollo humano, el combustible extraído de fósiles como el carbón, petróleo y el gas, son las principales fuentes de producción de electricidad.
Pero la producción y la combustión de estos fósiles genera altos contenidos de carbono, generando altos grados de gases de infecto invernadero.
Esta problemática afecta directamente al cambio climático, por lo tanto, ataca la calidad de vida de todos.
Asimismo, los avances tecnológicos requieren de más electricidad, por lo tanto, aumenta nuestro consumo de energía diaria.
¿Cuántas personas viven sin electricidad?
En el mundo se estima que 1.200 millones de personas viven sin electricidad, que se traduciría que una de cada cinco personas vive sin suministro eléctrico.
Las personas que viven sin electricidad están obligadas a depender de la leña y el carbón para cocinarse y resguardarse del frio, se estima que 2.800 millones viven en esta situación.
En efecto, provoca 4 millones de muertes prematuras al año por la contaminación del aire en locales cerrados.
¿Cuánto costaría pasar a una energía más sostenible?
En la actualidad se invierte 400 millones de dólares, pero para mejorar la infraestructura de energía sostenible es necesario 1,25 billones de dólares para lograr los objetivos al 2030.
África Subsahariana y Asía Meridional, tiene el mayor déficit energético del mundo, esto incluye hacer mayores esfuerzos para encontrar alternativas limpias y eficientes para la población.
¿Qué podemos hacer para solucionar estos problemas?
Los países pueden acelerar la transición a un sistema energético, invirtiendo en recursos renovables, dando prioridad a las prácticas de alto rendimiento energético y adoptando tecnologías no contaminantes.
Las empresas pueden mantener y proteger los ecosistemas para poder desarrollar fuentes hidroeléctricas de electricidad y bioenergía.
Los empleadores pueden incentivar los modos de transporte de menor consumo energético como el transporte ferroviario y las bicicletas.
Todos podemos ahorrar energía apagando aparatos electrónicos en desuso, reduciendo nuestro consumo energético en nuestro hogar.
Objetivos
7.1 De aquí a 2030, garantizar el acceso universal a servicios energéticos asequibles, fiables y modernos
7.2 De aquí a 2030, aumentar considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas
7.3 De aquí a 2030, duplicar la tasa mundial de mejora de la eficiencia energética
7.a De aquí a 2030, aumentar la cooperación internacional para facilitar el acceso a la investigación y la tecnología relativas a la energía limpia, incluidas las fuentes renovables, la eficiencia energética y las tecnologías avanzadas y menos contaminantes de combustibles fósiles, y promover la inversión en infraestructura energética y tecnologías limpias
7.b De aquí a 2030, ampliar la infraestructura y mejorar la tecnología para prestar servicios energéticos modernos y sostenibles para todos en los países en desarrollo, en particular los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares en desarrollo y los países en desarrollo sin litoral, en consonancia con sus respectivos programas de apoyo