Por Edison Ortiz
Ministerio de Energía solicitó al TDLC que rechazara y archivara las consultas presentadas por la Ilustre Municipalidad de Maipú y Conadecus por ser inoficiosas, pero el TDLC no acogió lo solicitado por dicha cartera y dio curso a la consulta. En la audiencia ante el citado Tribunal, la posición de Energía evitó un conflicto con Metrogas sobre la estructura de la industria por la integración vertical y horizontal y los efectos en la competencia que tendrá el ingreso de FNG, y presentó la misma línea argumentativa de la referida Metrogas.
Si aparentemente fue una sorpresa el regreso de Máximo Pacheco a Chile en 2013, dado su comentado éxito en el extranjero, lo fue aún más su designación en un Ministerio débil, como lo era el de Energía. Desde que comunicó urbi et orbi su decisión de volver al país, inmediatamente se lo sindicó como unministeriable, aunque nadie por aquella época lo asoció a Energía.
Y es que las verdaderas razones por las cuales regresaba al país parece que estaban en otra parte. Sin embargo, la aparente debilidad de la cartera no era tal: había proyectos emblemáticos en espera, como AltoMaipo, Hidroaysén y, por supuesto, la licitación del suministro energético. El propio Pacheco entregaría tiempo después la razón de ser de su aceptación en esa cartera: “Creo que es difícil encontrar en la economía chilena un sector donde haya más atractivo por invertir que en Energía”.
Como buen ministro de un Gobierno prorreformas, partió siendo políticamente correcto: se mostró, al igual que la Presidenta, crítico de HidroAysén, abogó por una mayor regulación del tarifario del gas, criticó la falta de competencia en el sector, citando a la propia Fiscalía Nacional Económica (FNE), y delante de los dirigentes de Conadecus, mientras les mostraba el mapa de la integración vertical y horizontal de las empresas en energía, sentenció “¡esto es una vergüenza para Chile!”.
Pero, luego, mudó de discurso: “El proyecto AltoMaipo cuenta con todo el apoyo del Gobierno”, así como “no está vedado el desarrollo hidroeléctrico de Aysén”. Y recientemente, en la disputa que hay ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC), por el aumento de rentabilidad de Metrogas sobre el 11%, que supera lo que permitía la ley en los años 2012 y 2013, su Ministerio indicó que no disponía de herramientas suficientes para llevar a cabo una fijación y envió un proyecto de ley al Congreso.
Tampoco se hizo parte de las consultas ingresadas al TDLC que buscan que se revisen los informes de rentabilidad emitidos por la CNE y se ordene la fijación tarifaria. Energía solicitó al TDLC que rechazara y archivara las consultas presentadas por la Ilustre Municipalidad de Maipú y Conadecus por ser inoficiosas, pero el TDLC no acogió lo solicitado por el Ministerio y dio curso a la consulta. En la audiencia ante el citado Tribunal, la posición de Energía evitó un conflicto con Metrogas sobre la estructura de la industria por la integración vertical y horizontal y los efectos en la competencia que tendrá el ingreso de GNF, y presentó la misma línea argumentativa de la referida Metrogas.
La CNE manifestó que tenía los instrumentos suficientes para realizar los estudios de rentabilidad, ratificó la validez de los mismos y agregó un dato más revelador: el año 2012 las conversiones de Metrogas significaban el 20% de la inversión y el año 2013 aumentaron en 50%, llegando al 30% sin que aumentaran las redes y los clientes. Por su parte, la FNE expuso claramente lo que está evitando discutir el Ministerio de Energía: la integración vertical y horizontal, la falta de competencia, la estructura de la industria, y el interlocking de directores de estas empresas, cuestiones consideradas gravísimas por Andrea Butelmann, ex ministra del TDLC. ¿Qué pasó entremedio?
Casi todos los que conocen la agenda del sector indican que un punto de inflexión en el discurso y el quehacer del Gobierno y del ministro fue la gira a España en octubre de 2014. Si bien las revistas de papel cuché destacaron la foto en que la Presidenta posaba junto al nuevo Rey de España, Felipe VI, y su esposa Leticia, y exhibía la medalla Carlos III. Eso sí, los medios se encargaron de señalar que el “objetivo era reforzar las conexión de Chile con este país”. Todos los especialistas indican que el verdadero motivo del viaje –también la justificación de las medallas– fue otorgarle la tranquilidad a los inversionistas españoles para que se hicieran con el control de CGE, así lo explicitó uno de los gerentes de la eléctrica que ya fue despedido con ocasión de una reunión con sindicalistas de la compañía: “Y esta cosa se solucionó gracias a las buenas relaciones con el Gobierno”.
No existe registro sobre una eventual reunión particular con Fenosa (GNF), pero en la web oficial del Gobierno sí se muestran algunas pistas que pueden resultar relevantes para entender el contexto de la compra de la CGE por parte de GNF. Así, por ejemplo, Felipe VI señala en su discurso que “Chile es un socio estratégico para España, y España es actualmente el primer inversor europeo en vuestro país”. También, con posterioridad, la Presidenta se reunió, en el Palacio Real de El Pardo, con la Confederación Española de Organismos Empresariales (CEOE) y empresarios inversionistas en Chile, en tanto el jueves 30 de octubre participó en el Seminario “Invertir en Chile”, organizado por el grupo PRISA.
Fue allí donde la Presidenta pronunció la frase del día: “Hemos tomado decisiones clave, como invertir poderosamente en energía, a fin de asegurar el suministro, diversificar nuestra matriz y reducir los costos… En esta área hay grandes oportunidades para las inversiones españolas”. Y remató señalando que “quiero decirles personalmente, que los inversionistas pueden seguir confiando en nuestro país para invertir. Contamos con la estabilidad política, social y económica, que da seguridad a sus inversiones” (www.gob.cl). Al concluir su presentación, la ministra de la Segpres puso en su cuenta de Twitter que “empresarios españoles han felicitado a Pdta. de Chile por la certeza y confianza q les otorga nuestro país” (sic).
Con posterioridad, el 11 noviembre de 2014, el consejero delegado de Gas Natural Fenosa (GNF) para Chile, Rafael Villaseca, lograba entrevistarse con el ministro de Energía Máximo Pacheco, y el 14, tres días después de la entrevista, en la propia web de la multinacional, se anunciaba la compra: “Gas Natural Fenosa cierra con éxito la compra de CGE y se hace con el 96,5% de la mayor distribuidora de electricidad y gas en Chile” (www.gasnaturalfenosa.com). La operación se había cerrado solo unos días después que la Presidenta y el ministro habían estado en España y a un precio estratosférico, como lo resaltó la prensa económica nacional.
LOS DETALLES DE LA VENTA: EL INICIO DE LOS PROBLEMAS
Como se sabe, antes de la venta las acciones de CGE estaban a un precio de $2.300, pero desde que se hizo la primera oferta por parte de la transnacional española estás comenzaron a dispararse, llegando al momento de la venta (OPA) a alcanzar una cifra de $ 4.700, récord para ese mercado. ¿Qué fue lo que explicó ese cambió en menos de seis meses y qué llevó a un significativo medio a señalar que “es la mayor OPA que el país ha experimentado”?
La respuesta puede encontrarse, nuevamente, en la propia declaración que está en la web de GNF: “La compra de CGE es un hito que le permite entrar en el mercado energético de Chile desde una posición de liderazgo, a través de la principal empresa de distribución de electricidad y gas del país, que tiene más de 2,5 millones de clientes y que distribuye electricidad al 40% del mercado chileno”. El control absoluto que GNF pretende ha sido tan evidente que los propios sindicalistas de CGE señalan que “hasta en los cerros andan persiguiendo viejos para que les vendan sus acciones”.
Y es que el tema no es menor y los peligros que se desprenden de la venta pueden hacerse efectivos muy pronto. Desde luego no son pocos los especialistas que indican que lo que hizo Fenosa no fue una inversión (“aquí no hay creación de puestos de trabajo, no hay inversiones de verdad”), sino que lisa y llanamente se trata de la compra de un monopolio.
Es más, a diferencia de CGE, GNF no solo es distribuidor sino que también productor de gas y generador eléctrico, lo que puede resultar aún más amenazante para el raquítico o débil mercado interno. Off the record se dice que “el verdadero compromiso del Gobierno, dado su cambio de posición respecto del tema de Metrogas, es que no habría ningún cuestionamiento en Chile a la operación, de allí que el Ministerio haya abandonado completamente sus primeras declaraciones –la reunión de Pacheco con Conadecus– y ante el TDLC haya presentado la misma línea argumentativa de Metrogas”.
LOS DESPIDOS Y LOS RECORTES
En diciembre se hacen públicos los primeros cuestionamientos a la venta de acciones y uno de los involucrados es nada menos que uno de sus gerentes principales, Eduardo Morandé, a quien se le acusa de haber usado información privilegiada para vender acciones de la CGE justo en medio del proceso que concluyó con la venta a GNF (El Mostrador Mercados, 30 de enero de 2015) y donde se presume “que algunas de sus compras ocurrieron cuando se preveía que en el futuro ocurriría la venta de una empresa que venía con la acción altamente subestimada”.
Hermano del ex ministro Felipe Morandé, es a quien varios dirigentes sindicales de los distintosholdings que componían CGE responsabilizan de haber iniciado los despidos que han acompañado el cambio de propiedad de la eléctrica. De hecho en la reunión sostenida el pasado 3 de febrero con el representante de los nuevos propietarios, Rafael Villaseca, el propio vicepresidente de la CUT, Nolberto Díaz –quien había conseguido la entrevista a través de Máximo Pacheco y acompañó a los dirigentes sindicales del holding–, le señaló a Villaseca lo siguiente: “Me sorprende ver que el señor Morandé continúe a la cabeza de estas empresas, particularmente cuando está siendo investigado por la compra de acciones de CGE y por uso de información privilegiada”, lo que generó al reacción de Villaseca y la solicitud de excusas del representante de la multisindical ante Morandé.
NO QUEREMOS PROBLEMAS CON LA CUT
Es fines de enero de 2014 y la incertidumbre que rodea el ambiente laboral de la CGE por el cambio de propietario lo sufren los trabajadores y principalmente sus dirigentes, que son llamados a conversar por separado con la nueva administración que sigue encabezando Eduardo Morandé y a la que se acusa de implementar un diseño político que reduce trabajadores sin que estos aparezcan como despidos. En ese contexto de mucha incertidumbre uno de ellos recibe una pista de parte de uno de los ejecutivos: “No quieren problemas con la CUT”.
Eso explica que, en ese creciente ambiente de alarma y ante la negativa de Morandé de recibirlos –se lo reprocharán en la reunión del 3 de febrero–, sea el propio ministro Pacheco quien gestione una entrevista con el representante del nuevo controlador. La preocupación entre ellos es mayor, pues antes del proceso de venta Eduardo Morandé despidió a más de 200 trabajadores –una de las representantes de estos le dirá que a su llegada reestructuró Conafe y CGED– y, como ya he dicho, mediante un proceso encubierto, ya que la gerencia ofrece retiros voluntarios con el propósito de que GNF no aparezca teniendo problemas laborales. De hecho, en la misma reunión con Rafael Villaseca los sindicalistas le reiteran que “si han estado despidiendo a ejecutivos ni pensar lo que iba a suceder cuando la reestructuración llegara al estamento de trabajadores”. Otro de los dirigentes presentes en aquella reunión le manifiesta que “se había informado de la ocurrencia de desvinculaciones después de una negociación colectiva, en este caso TUSAN, abusándose del Artículo 161, y que posteriormente algunos trabajadores pasaron a trabajar como contratistas”.
El mismo sindicalista en la comentada entrevista intenta sacarle una definición a Villaseca sobre el futuro de CGE y la respuesta de este no puede ser más explícita: “Quiere una estructura limpia y sencilla, con lo cual se interpreta que cabe esperar aún muchos cambios”. A buen entendedor, pocas palabras. Por lo pronto, se continúa desvinculando gente bajo la figura del retiro voluntario, en tanto la empresa ya anuncia el cierre de oficinas con menos de 10 mil habitantes –ya lo hizo en Isla de Maipo–, lo que Conadecus ya comunicó al ministro en la reunión del pasado 9 de febrero (DF, 09 de febrero de 2015), no obteniendo ninguna respuesta de él. Lo anterior perjudicará notablemente a los chilenos más vulnerables de zonas aisladas, pues tendrán que viajar ahora a otras comunas para hacer efectivo el pago de su cuenta de luz o ingresar al negocio de los pagos en línea que controlan los bancos.
SIN COMPETENCIA
Como se sabe, el mercado energético chileno es uno de los menos competitivos del mundo, en que la producción, distribución y comercialización están en manos de las mismas empresas. Por si fuera poco, la estructura regulatoria, o depende del Gobierno de turno –Secretario de la Comisión Nacional de Energía (CNE) o el mismo TDLC, que cambió su composición y con ello se ha modificado el criterio, suscribiendo ahora la tesis de que solamente pueden reclamar los incumbentes, lo que no solo deja fuera a las organizaciones de consumidores sino a la propia FNE–, o las instancias especiales creadas para resolución de conflictos son financiadas por “los agentes del sector” (Energía y regulación en Iberoamérica, CNE), lo que hace que en general no desempeñen un rol neutral.
Si a lo anterior sumamos el papel pasivo de Chile en el tema (Energía y geopolítica en América Latina, Paul Isbell), que lo posiciona solo como un “país consumidor e importador neto”, a diferencia de Brasil o Venezuela, que han decidido jugar un rol activo en energía, más la concentración de la propiedad que se solidificará con el ingreso de GNF, tenemos que el panorama del sector no sea el más alentador para los consumidores. Hasta ahora la industria gasífera chilena es un importadora de energía, sin embargo, Fenosa es también el tercer productor mundial con yacimientos en distintos países.
Como Metrogas va a pasar a ser controlado por GNF, y que al comprar CGE ya se hizo con Gasco, y además, a través de Metrogas –que son dueños de gaseoductos y redes–, controla parte del terminal Quinteros, así como Copec controla parte de Metrogas, tiene la propiedad de Abastible, el 65% del mercado de los combustibles y es además productor de carbón (Isla Riesco), y el tercer actor en la propiedad de Metrogas es Trigas, que es propietario de Lipigas, asistiremos pronto a la concentración absoluta de la energía con una participación dominante de GNF, lo que lo convierte en un actor incontrarrestable .
De allí la molestia de las organizaciones de consumidores con el cambio de opinión del ministro y las causas abiertas en el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) –roles NC 427-12 y NC-426-14, www.tdlc.cl)– en que, primero, Conadecus solicita al tribunal pronunciarse sobre los “asuntos que incidirían en el mercado relevante conformado por los productos gas licuado de petróleo y gas natural licuado: (i) conocer de las integraciones verticales y horizontales que existirían en dicho mercado y, en su caso, fijar las condiciones necesarias para evitar que ellas dañen o pongan en peligro la libre competencia; (ii) conocer de la adquisición de CGE por Gas Natural Fenosa, pronunciarse sobre su conformidad con las normas de defensa de la libre competencia y, en caso que corresponda, fijar las condiciones que debieran ser cumplidas en tal operación; (iii) dictar instrucciones de carácter general para dicho mercado; y, (iv) solicitar al Ministerio de Energía la fijación de las tarifas del suministro de gas y servicios afines de todo consumidor que consuma mensualmente menos de 100 Gigajoule en la zona de concesión de Metrogas S.A.”.
Hay que recordar que en el transcurso de los alegatos el abogado de la CNE, Javier Veloso, demostró que, en el caso del aumento de tarifas promovido por Metrogas, según Conadecus sin justificación, no estuvo acompañado de la inversión que indicaba la empresa. De acuerdo al abogado, el 2012 los servicios complementarios comprendían el 20%, en tanto subieron en 2013 en un 50%. Se debe entender que estos servicios son las redes internas de las casas, las cuales no han crecido en nada, por lo tanto, no es inversión.
El pasado 9 de febrero se reunieron los diputados Daniel Farcas y Daniela Carvajal, junto a Hernán Calderón, con el ministro Máximo Pacheco, por el requerimiento en contra de Metrogas. A su salida, el parlamentario PPD dijo, respecto del tema, que “mantenemos las divergencias con este Ministerio”, en tanto el presidente de Conadecus remató diciendo lo siguiente: “No nos causa problema que la empresa sea nacional o internacional. Lo que nos preocupa es qué vienen a hacer las empresas internacionales; en este caso, GNF me parece que vino a comprar un monopolio y que probablemente va a haber problemas de competencia mucho mayores de los que hay hoy día. No nos debemos olvidar que GNF no es solo distribuidor, es el tercer productor de gas en el mundo y, por lo tanto, va a tener efectos no solo para los consumidores de gas natural sino que va a tener efectos también para los consumidores de electricidad. Quiero hacerles presente que ya hay muchas comunas que ya están notificadas de que se van a cerrar las oficinas en aquellas con menos habitantes por parte de CGE, propiedad de GNF, primer efecto. Segundo, ¿cuáles son los efectos que va a tener para los generadores de electricidad la adquisición de una gran empresa? Y tercer efecto, el propio Metrogas podrá hacer licitaciones para comprar al que le ofrezca más barato o tendrá que comprarle al que es su propio dueño?” (Hora 20, La Red, 9-02-2015).
En el programa de Gobierno de Michelle Bachelet, 2014-2018, respecto de Energía se decía lo siguiente: “La generación eléctrica en Chile se encuentra concentrada. Tres empresas generan el 90% de la energía del SIC”, y se abogaba por una mayor competencia en el sector. En esa línea fueron las declaraciones que emitió el ministro en su estreno. Sin embargo, en la medida que avanzó la gestión del Ejecutivo, fue modificando su discurso inaugural y ya hemos visto su papel en la compra de CGE por GNF, junto con los comentarios positivos sobre la gestión del Gobierno en la compra de CGE que hacían los ejecutivos de la eléctrica ante los representantes sindicales.
Considerado lo anterior, lo más probable es que Energía sea otra área donde se evidencien más disonancias entre lo que dijo el Ejecutivo en su programa y lo que terminó implementándose en la práctica. Peor aún, que el país solo haya cambiado de monopolio. ¿Se entiende, a la luz de los primero, el alto precio que GNF pagó por acción?
Fuente: ElMostrador