Santiago, 26 de noviembre de 2020.– El estudio se realizó entre el 12 y 19 de octubre en 21 comunas del Gran Santiago y levantó información sobre la diversidad de formatos de venta de productos en mercados de abasto, ferias, panaderías y supermercados, sumando un total de 241 locales, así como el cumplimiento de medidas sanitarias por la epidemia del COVID19.
Los resultados demuestran la existencia de productos con diversidad de formatos, lo que hace muy difícil la decisión de compra y que incluso los formatos más pequeños, atractivos a primera vista, resultan ser más caros. Esta situación es preocupante, más aún en contextos de pandemia, con un mercado laboral que se hace cada vez más informal, una disminución en los ingresos, sumado al aislamiento físico necesario, lo que no hace deseable permanecer mucho tiempo en los comercios.
El estudio reveló que en 12 de los 26 productos estudiados se observan diferentes formatos de venta. Destaca el caso del papel higiénico que presenta 6 formatos según cantidad de rollos y 13 formatos por metraje.
Otros productos con gran cantidad de formatos son la lavalozas y las toallas higiénicas. Como se ve, los tres productos de higiene personal y aseo del hogar, son de consumo necesario en los hogares. Esta diversidad de formatos hace muy difícil una buena decisión de compra.
Además, en varios de los productos se observó que la marca de venta más barata, al homologar en una unidad estandarizada, pasaba a ser la más cara, destacando los casos del alcohol gel, lavalozas, cloro, leche en polvo, margarina, té y toallas higiénicas.
Por ejemplo, para la leche en polvo, se observa que la marca más barata que se encuentra en el comercio es máxima a $2.990 con un formato de 800 grs, la que al pasarla a una medida de un kilo sube a $3.737, en comparación a la Nestlé en formato de 1,4 kilos con un precio de venta de $4.190, pero que al pasarla a un kilo su precio es de solo $2.992.
Algo similar ocurre con el “cloro” donde la marca más económica es Precio Uno, con formato de 1 litro, a $540, en comparación un producto “sin marca” de 5 litros, con un precio de venta de $1.000, que al pasarlo a litro, su precio es de $200. En ambos casos, se observa que el formato más grande 1,4 kilos y 5 litros para leche en polvo y cloro, respectivamente, resultan a la larga más económicas, pero son mucho más caras, por lo tanto, menos atractivas para la compra final.
La “táctica” de poner formatos pequeños con precios baratos, los hace atractivos, porque al compararlos con los otros precios de la góndola son más económicos. Sin embargo, al ser de formatos más pequeños a la larga es más caro.
Esto castiga a los más vulnerables, reflexiona la nutricionista Teresa Boj, a las personas que no cuentan con un salario estable o que no pueden programar y ordenar sus gastos. Esto último, es más sensible en estos tiempos donde el mercado del trabajo ha sido muy golpeado por la pandemia y ha aumentado la cantidad de trabajadores informales y hogares que no cuentan con ingresos. Por otra parte, por la pandemia no es deseable salir tan regularmente a comprar, lo que hace necesario comprar formatos más grandes, pero estos son poco accesibles porque son más caros. Además, se ha visto disminuido el tiempo destinado a la compra y la posibilidad de cotizar en distintos tipos de comercio.
Por último se hace necesario que el comercio exponga con claridad, no solo sus precios por unidad de venta, sino que también por unidad estandariza (unidad, litro, kilo), cosa que actualmente no ocurre en todos los comercios, ya que cuando esto sucede la información se encuentran con un tamaño de letra muy pequeño e ilegible para parte importante de la población.
Finalmente, en relación a la implementación de medidas de prevención del COVID-19 en los distintos tipos de comercio, se observó que las medidas con mayor porcentaje de cumplimiento en los 4 tipos de locales son: el uso obligatorios de mascarillas para quienes atienden y los clientes; y que son los supermercados los que implementan mayor cantidad de medidas, en contraste a las ferias libres, que presentan una menor cantidad de medidas implementadas.
Comparados los resultados de este monitoreo respecto a lo observado a fines de septiembre, se observa una baja en el cumplimiento tanto en panaderías, como mercados de abasto y supermercados, y un mantenimiento en las ferias libres.
Las medidas que bajaron en su implementación fueron principalmente: el mantenimiento de la distancia entre clientes fuera del local (filas), control de cantidad de personas que ingresan a los locales, desinfección de manos con alcohol gel en la entrada y señalética que indique el número de personas permitidas en el local (aforo).
Resultado Informe Precios 2 editado.docx