Nombrado por David Cameron para realizar un informe con la causas del alto costo de enfermedades provocadas por bacterias comunes que se han hecho resistentes a los antibióticos, el intelectual británico concluye que en parte se produce por el abuso de ellos por parte de la industria alimentaria. De esto y de la importancia de la inversión en educación pública de calidad y de la idea de convertir a Valparaíso en la capital de la start up de América Latina conversó el hombre famoso en todo el mundo por haber inventado el término BRIC para denominar a los países emergentes como Brasil, Rusia, China e India. “Una de las cosas que he aprendido en mi vida es que nunca hay que dejar de aprovechar una crisis” para aprender, señala.
Trabajó durante largo tiempo en el sector financiero privado, fue Secretario Comercial del Tesoro Británico (nombrado por David Cameron), se ha hecho un experto en el alto costo de enfermedades a causa de bacterias resistentes debido al uso y abuso de antibióticos, apoya la educación pública y cree que es clave para que Chile alcance el desarrollo. De esto y de la importancia positiva y negativa de las regulaciones, de las normas de etiquetado de los alimentos que alaba con entusiasmo, del efecto Trump y el Brexit en la economía mundial, conversó El Mostrador C+C con el economista británico Jim O’Neill, famoso en todo el mundo por haber inventado el término BRIC para denominar a los países emergentes como Brasil, Rusia, China e India.
O’Neill (Manchester, 1957) vino a Chile invitado por el Congreso del Futuro, un evento que congrega a científicos e intelectuales, en Santiago y regiones, desde este lunes y hasta el domingo.
Con larga experiencia en el sector financiero, como integrante de las firmas mundiales Goldman Sachs y Morgan Stanley, también es parte de la Cámara de los Lores.
Polémica salmonera
En el día inaugural, en el ex Congreso, participó en el panel “Bacterias, ¿enemigas o aliadas?”, donde causó polémica al afirmar que si Chile sigue produciendo salmones con un exceso de antibióticos, pronto en los mercados internacionales les van a dejar de comprar.
Estas aseveraciones tienen relación a su expertice en el campo luego que Cameron le encargara un profundo estudio para determinar el costo y las causas del por qué muchas enfermedades que eran producidas por bacterias comunes, hoy resultan resistentes a los tratamientos. Entre las diferentes recomendaciones que emanó del informe fue dejar de usar masivamente de estos por parte de la industria alimentaria, y en el caso de Chile, específicamente por parte de los productores de salmones.
“Lo que he destacado es que, ya hace dos o tres años, hemos empezado a ver empresas estadounidenses que dicen comprar menos salmón por los antibióticos. Si Chile no cambia, esa tendencia podría continuar y extender a otros mercados
– ¿Quién es el responsable de este problema? Porque hay empresas noruegas, por ejemplo, que en su país producen con mucho menos antibióticos que en Chile.
– La respuesta es muy simple: las autoridades chilenas deben crear normas más estrictas, porque las empresas simplemente siguen las leyes.
– A veces las exigencias son bajas para atraer la inversión. ¿Cuál es el punto de equilibrio?
– Ése es siempre el dilema. Por ejemplo, hoy me reuní con algunas autoridades de salud. Es alentador que Chile está desarrollando una agenda en salud, siguiendo el plan de acción de la Organización Mundial de la Salud para personas, en la agricultura y la pesca, bajo un marco común. Eso es muy importante, en mi opinión, porque hoy la industria en general tiene una forma de pensar muy independiente del Ministerio de Salud, por ejemplo. Chile debe ajustar su normativa y no sólo preocuparse. Deben tener más confianza en sí mismos y no temer lo que vayan a perder. Si tomas un ejemplo contrario, como he escuchado de Brasil, usualmente en la comida los estándares son mayores para los productos de exportación que los del mercado interno. Así que si quieres fijarte en los mejores estándares a nivel mundial… debes hacer las cosas que implican.
– ¿Cree que es una señal de los tiempos de que los consumidores son más y más conscientes?
– Creo que sí. Es muy interesante. En mi equipo solíamos bromear sobre lo que llamábamos el “Shake Shack Factor”. En Estados Unidos hay una cadena de hamburguerías de moda llamada Shake Shack, y los más jóvenes que yo van a este lugar, donde le dan mucha importancia al tema de la comida libre de los antibióticos. Grandes cadenas como Mc Donald’s han empezado a perder terreno y comenzado a competir, por ejemplo, con grandes anuncios en Estados Unidos sobre el origen de la carne de pollo que usan. Y creo que sin Shake Shack jamás habría sucedido. Creo que este fenómeno es, en parte, un reflejo de la sofisticación de los consumidores. Por eso al llegar a Chile me alentó ver las etiquetas negras en los alimentos. Ni siquiera tenemos eso en Inglaterra.
– Fue una gran discusión con la industria…
– Seguramente. Tiene que ver con las normas. Supongo que una de las razones por las que me invitaron al Congreso del Futuro es porque alguna autoridad chilena importante cree que el tema de los antibióticos debe ser más importante.
– En ese sentido, ¿qué tan importante será en veinte o treinta años el tema del origen de los productos? Por ejemplo, no sabemos si nuestra ropa es fabricada en Asia por niños.
– Tengo la sospecha de que será cada vez más importante, aunque no es algo sobre lo que haya reflexionado mucho. Si miro a los jóvenes británicos, tienen una mente más sofisticada sobre el bienestar general, así que tendrán opiniones más de peso sobre derechos humanos. Creo que serán grandes temas.
Economía mundial
– ¿Cómo cree que afectará el fenómeno Trump y el Brexit la economía mundial? Venimos de una década de crecimiento bajo.
– Acabo de estar con algunos economistas y les dije que, aunque sea sorpresivo, si miras los indicadores de alta frecuencia, que salieron esta semana, incluidos el Reino Unido y Estados Unidos, la economía mundial terminó el 2016 más fuerte que al comienzo, a pesar de Trump y el Brexit. Aunque las élites intelectuales digan estar preocupadas, no hay ninguna evidencia hasta ahora de que consumidores o productores lo estén. Eso es muy interesante, aunque sea temporal. No descarto la posibilidad, particularmente en el caso de Trump, de que se estén liberando ciertos sorprendentes espíritus animales.
– ¿Espíritus animales?
– Llamo espíritus animales un crecimiento oculto que debe aflorecer, y que ha estado retenido hasta ahora. Sospecho que la gran sorpresa en el primer semestre de este año es que el crecimiento será mayor al esperado por el consenso económico. Aunque no sé cuanto durará.
– ¿Podríamos decir entonces que a los consumidores y productores no les importa Trump o el Brexit?
– Hay que recordar que Trump ganó una elección democrática, igual que el Brexit. A veces uno olvida que hay gente que quería esto. Ellos están contentos. Tal vez porque no entiendan, pero en el futuro inmediato son felices, y creo que muchos comentaristas intelectuales ignoran este hecho. Además hay una política fiscal generosa, tanto en Europa como Estados Unidos, que también podría ayudar al crecimiento.
– En el caso particular del Brexit, ¿cómo afectará el crecimiento? ¿Es optimista o pesimista?
– Soy esquizofrénico (risas). Quiero insistir que, a seis meses del Brexit, sorprendentemente el crecimiento se ha incrementado de forma consistente. No sé por qué, creo que nadie lo sabe, pero es así. Ha sido mucho más de lo esperado en el gobierno. Sospecho que es algo temporal, por el optimismo, y si empezamos a ver un alza de precios, podría ser más difícil para que los consumidores gasten, pero es muy incierto. No descarto la posibilidad de que hay varias fuerzas desatadas que mantendrán el crecimiento un año más a pesar del Brexit, que en mi opinión es un shock negativo para el Reino Unido.
– ¿Cómo explica que el Brexit haya ganado con un 53%?
– Es muy complicado, muy complejo. Primero, no se pensó en profundidad en el tema del referéndum. Para algo tan importante, podrían haber fijado una mayoría en el 60%. Por otro lado, cuando le das a la gente de votar un referéndum -no habíamos tenido uno en una generación- termina respondiendo a muchas razones. Para mucha gente de bajos ingresos, fue la oportunidad de expresar decepción con sus propias vidas. No rechazaban la Unión Europea, necesariamente. La UE es una tema de octava importancia, si miras las encuestas, no es tan importante. Para muchos de ellos los ingresos no habían mejorado (con la membresía de la Unión), así que les daba lo mismo (la permanencia). Pensaban que el Brexit podría ser un riesgo para otros, pero que su propia vida ya era miserable, y que a lo mejor las cosas podían mejorar con un cambio. Creo que fue una razón para votar así, y creo que es una gran lección para las autoridades. A eso se sumó un genuino descontento con la inmigración cuando termina en comunidades fragmentadas, como en las afueras de Londres, donde hay muchos inmigrantes que no son integrados. Algo inapropiado, que a mucha gente en Gran Bretaña no le gusta. Otra cosa es que, tal vez, parte de la política nacional perdió el contacto con la gente. El plebiscito de Escocia dejó la impresión de que eso pasó con Westminster (sede del Parlamento), en un país extremamente centralizado. Por eso tal vez haya un mensaje más profundo sobre la relación entre los políticos y la gente en Gran Bretaña. Intelectualmente es muy intrigante.
Crecimiento mundial
– Podemos decir que en los últimos años el crecimiento mundial ha sido mediocre.
– Desde 2007, en comparación a la década previa, ha sido muy decepcionante y probablemente inferior a su potencial. Una de las razones es el exceso de regulaciones.
– ¿Exceso de regulaciones? ¿Se refiere al sector financiero?
– Sí. Ahora al parecer Trump las va a reducir. Si eso sucede, tal vez ayude al crecimiento económico. Muchos de mis ex colegas se quejan de que muchos de sus empleados pasan más tiempo llenando planillas regulatorias que haciendo algo productivo, lo que es una locura. Una de las razones por las que dejé el sector hace cuatro años fue la obsesión con el cumplimiento (de las normas). Era muy aburrido. Cada mes había que realizar un test normativo online. Si eres inteligente, puedes responder una prueba en media hora, pero eso no significa que cuando algo vaya mal, actúes correctamente. No es un tema de calidad, sino de cantidad. Muchos reguladores creen que si tienes muchas normas, estás bien, pero no es así. El tema es tener buenas leyes.
– Las regulaciones son la respuesta a la crisis de 2007
– Hay una frase famosa, ‘los reguladores siempre responden a la última crisis’. Creo que en 2007 deberían haber introducido lo que llamo una política contracíclica, pero simplemente terminó con una gran cantidad de normas que impiden al sistema financiero tener la importancia que debiera.
– ¿Cree que estas regulaciones permanecerán?
– Estimo que parte de ellas, como la ley Dodd-Frank en Estados Unidos, serán reducidas significativamente.
– ¿Cree que también en el Reino Unido o la Unión Europea hay un exceso regulatorio?
Claro. Lo dije cuando fui ministro, hace año y medio: la productividad del sector financiero colapsó desde la crisis. Algunas personas, que odian el sector financiero, se alegran, porque dicen que nunca contribuyó, pero esa no es una razón para hacerlo deliberadamente menos productivo, especialmente en el Reino Unido, donde es uno de los más importantes. En el sector financiero, Londres es el centro mundial.
– ¿Tiene alguna recomendación para invertir durante los próximos diez años, a nivel mundial?
– Hace algunos años que no hago esto de forma profesional, pero yo diría que el tema económicamente más relevante en el mundo es el auge de los consumidores en China. Creo que las mejores inversiones en el mundo se vinculan a ellos.
Los desafíos de Chile
– ¿Se anima a hablar de Chile?
– Poco.
– Porque muchos tienen la sensación de que estamos en la trampa del ingreso medio
– Almorcé con unos economistas chilenos y discutimos mucho de esto.
– En los últimos años hemos tenido un crecimiento bajo. ¿Podemos convertirnos en una economía desarrollada exportando sólo materias primas?
– Yo diría que las autoridades chilenas se deben fijar en Canadá, Australia, Noruega, en naciones productoras de commodities que son ricas, aunque no debemos olvidar que en el contexto sudamericano Chile ha sido muy exitoso. Sin embargo, por mi experiencia, el curso de las commodities es un serio desafío. Una vez pude compartir con el presidente israelí Shimon Peres y le pregunté qué era lo mejor de Israel, y él respondió que era el hecho de no tener nada, con excepción de ellos mismos. Creo que es una de las cosas más poderosas que nunca escuché. Significa que no podían ser perezosos. Un problema de Chile es que hace un tiempo creyeron que los precios del cobre subirían por siempre, hubo un exceso de inversión, y ahora están viviendo la resaca. De alguna forma, Chile tiene que salir de ese ciclo.
– En ese contexto, ¿cuál es la importancia de la educación? En los últimos diez años hemos debatido si debe ser gratuita o no, quién debe financiarla, etc.
– Es de primera, de segunda y de tercera importancia. En mi opinión, lo más importante es la calidad de la enseñanza, más que el tipo de escuela. Estuve en una organización llamada Enseñanza para todos y mucho tiempo en filantropía educativa. Hay que tratar de convencer a los mejores de ser profesores, esa debe ser una política gubernamental. Chile debe trabajar duro en mejorar la calidad de la enseñanza. Si quieres salir de la trampa del ingreso medio, necesitas tener más gente educada y con más habilidades. Es la única forma. Corea del Sur, Singapur, lo hicieron, tienen excelente logros educativos.
– ¿Quien debiera financiar la educación? En nuestro país la educación básicamente depende de cuanto dinero tienes
– Creo que es una muy buena inversión del Estado, porque la educación es central para la productividad en el largo plazo. Es la única manera en que la gente pueda alcanzar su potencial. Yo mismo vengo de una familia no tan rica, mi padre tiene orígenes humildes. Mis padres estaban obsesionados con mi educación y la de mi hermana, incluso se endeudaron, aunque en esa época a mí sólo me interesaba jugar al fútbol. Sabían que la educación era clave. Soy una persona que tuvo éxito como privado, pero hay ciertas cosas que el Estado debe hacer, como ser un ancla para una buena calidad en la educación. Es clave.
– Pero en Chile o países como España hay mucha gente calificada que no tiene trabajo, o trabaja en otra cosa.
– En el caso de España, tiene más que ver con el ciclo económico. En las últimas décadas sus políticas fueron problemáticas, básicamente tenían un boom en la construcción, que era insostenible. Aunque soy optimista sobre España. Una de las cosas que he aprendido en mi vida es que nunca hay que dejar de aprovechar una crisis. Tal vez la crisis europea fue buena para España, porque le obligó a realizar importantes reformas, y si miras las cifras, el año pasado tuvo uno de los crecimientos más fuertes entre los países desarrollados, más de 3%.
– Pero aún así tienen un desempleo de 19%.
– Cierto, no quiero minimizar eso. Es especialmente grande entre los jóvenes. Pero la tendencia es a la mejora.
– En ese sentido, ¿cuál es la importancia de la start ups y las facilidades para crear una empresa para desarrollar una economía y crear empleo?
– Hay una idea loca que he tenido al respecto. Hace cuatro años estuve en Valparaíso de vacaciones, por tres días. Me pareció un lugar cool. La gente me decía, ‘pero está en decadencia’. Es lo mismo que decían de Berlín, y hoy es la capital de las start up de Europa. ¿Por qué no tener una política para convertir a Valparaíso en la capital de las start up en América Latina? Lo mismo con las facilidades para abrir una empresa, es muy importante. Y eso también depende de las normas. Los británicos no somos buenos para muchas cosas, pero en eso somos uno de los mejores países del mundo.
Fuente: ElMostrador