A tres semanas del ingreso de las indicaciones al proyecto que moderniza el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), la comisión de Economía de la Cámara Alta se prepara para retomar el debate el próximo miércoles, el cual se presume será intenso. Y quizás un factor sea la disconformidad que generaron algunos de los ajustes en el sector privado.
El principal “pero” apunta a la estructura corporativa del organismo, que ha sido criticado por ser “juez y parte” a la hora de mediar en la resolución de conflictos. Lo anterior se habría solucionado, según los privados, con la transformación de la entidad en un organismo colegiado, que le otorgaría la independencia y autonomía necesaria.
Sin embargo, en las indicaciones del Ejecutivo solo se estableció la creación de un consejo para el ejercicio de las atribuciones normativas de la institución fiscalizadora, lo que para empresarios y expertos no solucionará los vacíos detectados en su funcionamiento actual.
Los argumentos
Para la abogada y ex jefa de la División Jurídica del Sernac, Ximena Castillo, la figura del consejo no soluciona el cruce de facultades y funciones sin límites concretos del organismo y persiste su facultad de dictar normas, interpretarlas, fiscalizar su cumplimiento, iniciar el procedimiento por infracción y aplicar la sanción.
“No se visualiza, por ejemplo, respuesta a la interrogante acerca de cual sería, finalmente, el rol de Sernac en una mediación colectiva: defensor del consumidor y/o mediador”, plantea Castillo.
Esta perspectiva es compartida desde el mundo empresarial. Así lo expresa el secretario general de la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), Cristián García Huidobro, quien argumenta que el avance en términos corporativos fue “tenue”, ya que la figura del consejo, como está propuesta, “no tiene iniciativa propia porque actúa a instancia y consulta del director ejecutivo del Sernac”. Además, según el ejecutivo, existe una gran cantidad de inhabilidades e incompatibilidades para ser miembro del consejo. “No sé de dónde los van a sacar”, anticipa, tomando en cuenta que es incompatible con haber ejercido varios cargos públicos.
De aprobarse los cambios ingresados, el nuevo Sernac tendría un sistema de graduación de multas que se considera más complejo.
Para el abogado y ex director de la Dirección del Trabajo, Marcelo Albornoz, en este tema es en el que más se ha retrocedido, ya que podría traducirse en la aplicación de multas “gravosas”, especialmente para las pequeñas empresas y para aquellas grandes con un alto número continuo de transacciones.
El secretario general de la CCS ve un impacto negativo en el comercio si el proyecto se aprueba tal como está, especialmente por las multas: “Son figuras demasiado drásticas, algunas draconianas, que van a ser un castigo mortal para algunas empresas”.
El debate
Albornoz aboga por un cambio más estructural para el organismo y pese a las indicaciones ya ingresadas cree que no todo está perdido.
“Estamos frente a la oportunidad de perfeccionar un proyecto, de tal manera que quedemos con una entidad fiscalizadora tan potente como va a ser el Sernac, pero con razonabilidad y equilibrio de poderes”, postula.
“Me parece que no se han explorado lo suficiente los beneficios de la prevención y de la educación, no solo desde y hacia las empresas, sino también desde y hacia los consumidores”, añade Castillo.
“Al Sernac se le está generando un gobierno corporativo de segunda clase y eso a nivel de parlamento probablemente sea muy atractivo de discutir”, comenta el abogado y ex jefe de la División Jurídica del Ministerio de Economía, Eduardo Escalona.
García-Huidobro es optimista frente al debate que resta en el parlamento. “La esperanza es lo último que se pierde” y asegura que ve espacio entre los parlamentarios para perfeccionar aún más la figura del nuevo Sernac.
Eugenio Tuma: “Vamos a seguir abriendo espacios para introducir nuevas indicaciones”
El proyecto de modernización del Sernac está calificado con suma urgencia, lo que significa que debe ser conocido y despachado por la respectiva Cámara en un plazo de 15 días.
El presidente de la comisión de Economía del Senado -donde se discute el proyecto-, Eugenio Tuma, está consciente de ello, pero señala que la idea es compatibilizar los tiempos con una legislación de calidad y, por lo mismo, no se cierra al ingreso de nuevas indicaciones si se logran por medio de acuerdos y buscan mejorar el proyecto.
– ¿Cómo se recibieron las indicaciones en la comisión? ¿Han definido cómo encauzar el debate?
– Hemos estado en reuniones con los parlamentarios para despejar cuáles son las materias a debatir con el fin de simplificar el número de indicaciones, que son más de doscientas. Me dicen que las quieren reducir al orden de las treinta, lo que va a tener que ser dilucidado por la comisión.
Esperamos ahí establecer un diálogo para considerar todas las observaciones que permitan mejorar el proyecto.
– ¿Hay opción de incluir nuevas indicaciones? Los privados y algunos expertos no quedaron conformes con la nueva figura del consejo, ya que aspiraban a que el Sernac se transformara en un organismo colegiado.
– No sería lógico cerrar la puerta a cualquier indicación que permita mejorar el proyecto. Yo estoy en la línea también de que hay que perfeccionar lo que es el gobierno colegiado y creo que vamos a seguir abriendo espacios para introducir nuevas indicaciones a pesar de que está cerrado el plazo, el procedimiento y el fair play que existe en la comisión es bastante flexible como para permitir nuevas indicaciones y si hay acuerdos, poder mejorar el proyecto.
– Respecto a las multas, ¿hay espacio para mejoras para no perjudicar a las pymes?
– Hay indicaciones que mejoran ese punto, estableciendo tramos para hacer proporcional y más justo el tratamiento de las sanciones. Las indicaciones van en la línea de no perjudicar a las pequeñas empresas, ya hubo consenso en torno a establecer gradualidades.
– ¿Y cuáles son los plazos que se manejan? ¿La discusión se va a hacer con tiempo, no hay presiones desde el gobierno?
– Todos tenemos interés en sacar cuanto antes este proyecto porque sentimos que existe la necesidad de tener una nueva legislación, pero una cosa es sentir que es necesaria la legislación y otra cosa que nos apuremos tanto que no sea tan buena la norma.
Entonces, vamos a hacer compatibles los tiempos con una buena calidad de legislación.
Fuente: DF
