Noticia | 11 Octubre 2011

FIN DEL LUCRO EN LA ELECTRICIDAD.

En ningún sector económico la privatización llegó tan lejos y con resultados tan absurdos como en el sector eléctrico.El Estado se quedó sin ninguna participación, en la generación, en la transmisión y en la distribución eléctrica. Nadie tiene la obligación de invertir y las leyes del sector se han ido parchando para atender las peticiones de los grupos económicos. La última participación estatal en la generación eléctrica, la central Colbún, se terminó por privatizar, durante el gobierno de Frei. Los esfuerzos por mantener siquiera una mínima participación en su propiedad, para conocer los costos verdaderos de su operación, fueron rechazados, “por ir contra el modelo de libre mercado y estado subsidiario”.

Para coordinar las operaciones de generación, transporte y distribución entre la multiplicidad de empresas eléctricas, se hizo funcionar en 1985 el llamado Centro de Despacho Económico de Carga(CDEC) que tiene un presupuesto anual de $4.715 millones que se trasladan a las tarifas de los consumidores de acuerdo con el principio de garantizar una rentabilidad mínima a cada inversión, lo que permite llevar a los costos el aporte al CEDEC hecho por cada empresa. A eso se suma, la mantención del Panel de Expertos, que dirime los conflictos internos entre las empresas. Cuesta más de 1.000 millones anuales y también se lleva a tarifas a través del costo de cada empresa .

Para contrapesar este sistema totalmente privado, existe la Superintendencia de Electricidad y Combustibles, sin atribuciones técnicas para planificar el sector y con misiones regulatorias que siempre intervienen después de las fallas.

Lo ocurrido el sábado 24 de septiembre va a dar origen a un sumario cuyo resultado, en promedio, va a demorar 2 años y que va a originar una multa irrisoria, a favor del fisco, a pagar entre las varias empresas responsables. A todo esto hay que sumar un sistema de fijación de costos diseñado al gusto de las empresas que se basa en calcular la expectativa del costo marginal, es decir de cuánto costaría producir una unidad adicional de energía dentro de seis meses , con las distintas variables de costos que se pueden predecir .Si el año se proyecta seco y se dispondrá de menos agua en las represas , el costo sube ; si el costo del petróleo o el gas natural sube , de acuerdo con su precio internacional , el costo sube, etc.

Pero si las variables bajan, el costo sólo puede bajar hasta un 10%, para proteger los intereses de las generadoras .Así el costo para los consumidores este año ($103el kwh) , en Santiago , ha más que duplicado el costo de hace 5 años. Así como las leyes que evitan todo intento de planificación eléctrica se han ido parchando así las líneas de transmisión se van extendiendo por parches a medida que se incorporan más centrales al sistema.

Este sistema provoca efectos perversos. El más evidente ha sido diferir la interconexión entre el Sistema Interconectado Central (SIC) con el Sistema Interconectado del Norte (SIN), pues al incorporar la gran capacidad de ese segundo sistema, la expectativa de aumentos del costo marginal podría bajar. Y el más perjudicial para los consumidores es tener un sistema frágil expuesto a eventualidades que no garantizan un suministro seguro y confiable a los hogares chilenos.

¿Tendremos que esperar una reacción masiva de los usuarios del sector eléctrico , con características similares a la de los estudiantes , padres y maestros , para que se modifique el modelo económico y se establezca electricidad segura , sustentable y a precios económicos?.

Para empezar hay que dotar de facultades a la Superintendencia de Electricidad y Combustibles para establecer un Plan del Sector energía, que determine las Centrales mínimas y básicas que aseguren la generación de electricidad y las líneas de transmisión y distribución. El Estado debe llamar a licitación los puntos claves del sistema y restablecer la obligación del Estado de invertir en empresas propias cada vez que las licitaciones no aseguren el suministro en forma aceptable para los consumidores domésticos y para el desarrollo industrial y minero del país.

La generación de energía es un factor tan relevante para la vida y trabajo de los chilenos que los partidos y coaliciones que gobiernan o están en la oposición  deberán forzosamente pronunciarse y a la brevedad posible.

*Benado es ingeniero civil y socio fundador de CONADECUS

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