El sector eléctrico y el de la salud están en la mira de la Fiscalía Nacional Económica (FNE) hace años. Son dos mercados que el persecutor definió como prioritarios en su monitoreo y análisis de la economía nacional. Los resultados de esas indagaciones, al menos en el segundo caso, están de a poco develando riesgos a la libre competencia en una industria sensible para la población, como la de los laboratorios.
En efecto, el miércoles de la semana pasada la FNE presentó un requerimiento contra G.D. Searle LLC, una compañía farmacéutica filial de la multinacional Pfizer, por abuso de posición dominante. En concreto, la FNE acusó a la firma de instrumentalizar la patente de invención de medicamentos que contienen el principio activo Celecoxib, donde participa principalmente con su fármaco Celebra.
El persecutor pidió al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) que aplique una multa de US$ 15,5 millones a G.D. Searle LLC, la más alta del mercado. Pero su arremetida en esta industria no quedó ahí. Dos días después, la FNE obligó a otros dos laboratorios a terminar anticipadamente contratos de comercialización conjunta, que involucran 14 medicamentos.
Se trata de las compañías Merck Sharp and Dohme (MSD) y Laboratorios Saval. Ambas tenían contratos a 10 años, que obligaban a la segunda a comercializar, promocionar y distribuir los productos de MSD.
A juicio de la FNE, dichos contratos resultaban riesgoso para la competencia, por debilitar la intensidad competitiva en tres mercados de moléculas específicas donde MSD y Saval eran competidores actuales, y que reunían altas participaciones de mercado.
El titular de la FNE, Felipe Irarrázabal, resolvió archivar la causa tras el acuerdo de ambas compañías de poner fin a los contratos, que habían entrado en vigencia el 1 de diciembre de 2013.
Cooperación horizontal
Los contratos entre ambos laboratorios fueron calificado por la FNE como acuerdos de cooperación horizontal, que no necesariamente causan perjuicios para los consumidores si generan sinergias para ellos y se llevan a cabo con transparencia.
Pero “la operación suscitaba riesgos a la competencia, al debilitar la intensidad de la misma en mercados donde MSD y Saval eran competidores”, dijo la FNE en su resolución. “Esta situación se daba puntualmente en los mercados de mometasona de uso tópico (75% de participación), mometasona de uso nasal (83%), y desloratadina (53%)”, agregó.
La FNE también detectó riesgos en el acuerdo de co-marketing entre las empresas y de coordinación en otros mercados de medicamentos en los que compiten. “Estos riesgos no eran compensados suficientemente con las eficiencias presentadas por las partes, lo que posibilitaba el ejercicio de acciones ante el TDLC”, dijo la FNE. Pero la voluntad de ambas firmas de poner término a los contratos, el 25 de mayo, hicieron desistir al persecutor, quien manifestó en su resolución que “el término de los acuerdos eliminará de forma integra la causa generadora del riesgo”.
Fuente: LaTercera
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19 Dic 2024