La industria está en crecimiento, tiene una población de 490 mil inscritos en el país, 188 gimnasios solo en la Región Metropolitana y cinco empresas concentran el 57% de las sedes.
La vida sana y el deporte cada día cobran más importancia y eso se ha representado en la industria de los gimnasios en Chile, la cual se encuentra en constante crecimiento. De hecho, según el reporte para Latinoamérica de la International Health, Racquet & amp; Sportsclub Association, en 2017 facturó US$ 176 millones. Con dicho monto, el rubro se ha expandido 12% desde 2015, cuando totalizó US$ 157 millones, según la misma institución. Además, en los 1.969 gimnasios que existen a lo largo del país, hay una población de 490 mil inscritos, expresa el reporte.
A pesar de lo anterior, el negocio enfrenta un desafío crucial: la deserción de sus clientes. Según trabajadores, administradores y ejecutivos de los principales gimnasios de la capital, de cada cien matriculados en una sede solo 60% son clientes recurrentes y renuevan contrato anualmente. El resto, cuenta un entrenador de Sportlife, son “público flotante”, es decir, que dejan de asistir o que cancelan sus suscripciones. Un entrenador de Energy Gyms del sector oriente coincide con la cifra de 60% y detalla que esto es algo común y que incluso “existe gente que paga planes completos anuales, con servicio de personal trainer pero no asiste a clases, aunque hace cinco años era peor: llegaba solo 50%”. El subjefe de una sucursal de Pacific Fitness en Las Condes, Daniel Urriola, reafirma que solo 6 de cada 10 matriculados entrena. “Los otros tienen cosas que hacer, o se desmotivan. Esto es una disciplina, y si no tienen la constancia y no ven los resultados pronto, se van”, explica.
Estrategia y problemas
La inasistencia es un desafío para los gimnasios durante todo el año, pero en particular durante el verano. Por eso, han optado por propiciar un estilo de vida deportivo y medidas que desincentiven la deserción. José Manuel Espinosa, gerente de ventas de la sede Club Energy de Vitacura, admite un alto porcentaje de deserción. Explica que “si bien las máquinas se devalúan menos si la gente deserta, para el retorno de la inversión es más importante que las personas asistan habitualmente y nos recomienden”. La estrategia de su filial es generar planes anuales que logren comprometer a sus inscritos en el largo plazo. Manifiesta que, en general, el número de suscriptores aumenta en marzo con el efecto del “regreso de vacaciones”.
Felipe Zuloaga, gerente de operaciones de Smart Fit Chile, apuesta por un plan de gestión simple y de bajo costo. “La estrategia de la compañía ha sido ofrecer permanentemente -y no por promociones- los precios más convenientes”, señala y añade que “nosotros inculcamos la práctica de la actividad física a nuestros alumnos como un estilo de vida, logrando que estos lo incorporen como un hábito. La industria, en general, tiene estaciones más fuertes, donde aumenta la demanda a principios del segundo semestre, ya que la gente se motiva por la cercanía del verano”.
En Sportlife tienen dos estrategias, según la gerenta de márketing Andrea Kannegiesser. Una de ellas es el Club Elite, que permite a los matriculados utilizar varias sedes en el país y “en verano nos enfocamos en planes de corto plazo, un mes, por ejemplo, para aquellos estudiantes que quieran entrenar durante sus vacaciones”, señala. Además, desde Sportlife aseguran que marzo es el mes con mayor alza de contratos (15%), superando incluso a la época de preparación para el verano (11%).
Fuente:El Mercurio