Se aprobó en el Congreso, entró en vigencia en febrero pasado y este 31 de marzo vencía el plazo para que concluyera el “cambio cultural” que haría que todas las farmacias cumplieran con la normativa. Sin embargo, esto en la práctica no se cumplió. La razón es que, tras aprobarse la ley, la administración anterior no se encargó de redactar los reglamentos que facultaban al ISP para multar a los locales infractores. Esto derivó en que, en la actualidad, la norma se aplique sólo por “buena voluntad”.
La Ley de Fármacos fue uno de los proyectos estrella del ex ministro de Salud, Jaime Mañalich. Entrada en vigencia el pasado 14 de febrero, la normativa obliga a todas las farmacias a disponer de los 341 medicamentos catalogados como bioequivalentes. Además, a partir de esa fecha, todos los médicos están obligados a incluir en las recetas el nombre del medicamento genérico y, si lo estiman conveniente, el nombre oficial. De esta forma, el consumidor puede solicitar en la farmacia cualquiera de los dos productos: el de marca o el con certificado de Bioequivalencia.
Tras su entrada en vigencia, el ministro de Salud advirtió que hasta el 31 de marzo se cursarían “partes de cortesía” para quienes no cumplieran con los requisitos de la ley. Esto teniendo en cuenta que las modificaciones requerían de un “cambio cultural” para ser realmente implementadas. Así, a partir del 1 de marzo, debía ser posible multar a las farmacias que no cumplieran con la disposición de que todos los medicamentos incluyeran su valor en la caja, un stock mínimo de bioequivalentes y recetas médicas prescritas que no contuvieran el principio activo del remedio.
Sin embargo, un artículo del diario La Segunda consignó una serie de locales donde los cambios, a la fecha, aún no se han adoptado. No sólo eso. “En ninguna parte se han instalado aún las góndolas para venta de medicamentos que no requieran prescripción”, señala la nota. El motivo es claro: desde el gobierno informaron que no es posible exigir que se cumpla con la normativa, ya que no se han dictado ninguno de los reglamentos necesarios.
“El ex ministro Jaime Mañalich debió dictar estos documentos, pero no lo hizo. Sin estas disposiciones la ley sólo tiene carácter interpretativo. Los reglamentos establecen las reglas del juego, es decir, cómo, cuándo y bajo qué modalidad operará”, señala el ex diputado PPD Enrique Accorsi, hoy asesor del Ministerio de Salud.
“Las fiscalizaciones realizadas por el ex director del ISP, Stephan Jarpa, a tres farmacias de la comuna de Santiago en febrero no fueron más que una puesta en escena de carácter político y mediático”, agregó.
En tanto, el jefe del departamento de política farmacéutica y profesiones médicas de la Subsecretaría de Salud Pública, Patricio Huenchuñir, explica que la ausencia de estos reglamentos dificulta la fiscalización “porque la ley redactada por la administración anterior es bien compleja. Hoy, la autoridad sanitaria puede fiscalizar, pero no sancionar a las entidades que no cumplen”.
Huenchuñir señala que no cuentan con un “plazo perentorio” para tener listo el reglamento. “Esperamos que estas disposiciones estén listas y operativas pronto, para que la ley entre en vigencia a mediados de año”.
En la actualidad, el Ministerio de Salud se encuentra en proceso de elaboración y redacción del polémico reglamento. Tras ser redactados, éste y otros vinculados a la fiscalización por parte del ISP y a las medidas de seguridad que deberán presentar los medicamentos disponibles en la góndolas, serán despachados a la Contraloría para su posterior promulgación y publicación.
El Mostrador, 7 Abril, 2041
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