Publicado en El Soberano
Nadie sabe qué puede estar pasando para que productos alimenticios y materiales de construcción experimenten un alza tan sostenida, afectando aún más a los hogares chilenos. ¿Colusión?, ¿especulación?, ¿acaparamiento? Atendiendo la realidad chilena, lo más conveniente es no descartar nada. Por de pronto, y en una mirada larga, sería conveniente, a juicio de Hernán Calderón, “constitucionalizar” la discusión sobre la defensa del consumidor.
¿Y si los productores o distribuidores están reteniendo productos para conseguir que los precios se disparen? La respuesta del presidente de Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios Conadecus, Hernán Calderón, llega después de varios segundos de silencio, uno que habla más de sospechas y dudas sobre lo que está ocurriendo que de estupor por lo absurdo que pudiera sonar la pregunta. Porque, digámoslo, no es absurdo considerando el largo historial de trampas que realiza el empresariado chileno, y más aún considerando que en nuestro país hay antecedentes de carácter histórico al respecto.
Y la respuesta de Calderón es contundente: Lo descrito se llama “acaparamiento”, y, según el titular de Conadecus, “esto consiste en esconder productos y hacer una entrega fraccionada para disminuir el stock de un producto, de tal manera de forzar un alza de precios. Yo creo que si alguien observa algo semejante debe denunciarlo, y las autoridades, con denuncia o sin denuncia, deben investigar las causas que están detrás de estas excesivas y abusivas alzas de precios”. Y agrega: “¿hay desabastecimiento? ¿Por qué hay desabastecimiento? ¿Las alzas de precios son artificiales? ¿Hay baja producción? ¿Por qué hay una baja en la producción y qué hacer para corregirla? Lamentablemente, no veo a un gobierno preocupado de esta inquietante situación”.
De momento, Calderón pidió al gobierno de Sebastián Piñera -sin grandes esperanzas, huelga decir- que intervenga el mercado “pues existen las herramientas legales para hacerlo en conformidad con el estado de excepción decretado por él mismo (Piñera). El gobierno puede congelar y fijar precios para poner atajo a esta escalada escandalosa de precios, pero es una decisión política que ha de tomarse en casos muy especiales. Ahora vivimos un momento excepcional. Se lo hemos pedido al gobierno en todos los tonos, pero hasta ahora ha hecho oídos sordos. Hay un proceder demasiado ideológico en todo esto”.
“Las alzas de alimentos y productos de construcción son abusivas. El aprovechamiento llega a nivel de escándalo. La madera está al doble, los tableros subieron en un 50%. La plancha terciada pasó de unos 14 mil pesos a 23 o 25 mil pesos. El fierro subió un 100%. El kilo antes está a 1.200 pesos, y antes estaba a 500 y 600. Usted ya no va a feria con 10 mil pesos, sino que debe llevar 20 mil. El kilo de paltas está más caro en Chile que en Nueva York, y nuestra canasta de productos básicos está casi un 50% más cara que en países desarrollados. Y el kilo de pan ya pasó los 1.500 pesos”, indica más tarde.
“Primero, necesitamos herramientas para proteger a la ciudadanía, y es necesario consagrar la función protectora del estado respecto del consumidor, y que esta en todos los países latinoamericanos. Chile es el único país que no lo tiene. Lo segundo: necesitamos también un defensor de la ciudadanía, o del pueblo, el “Ombdusman” o lo que sea, que no lo tenemos, que es el llamado a defendernos del estado y los servicios públicos; y tercero, el estado debe asumir un rol más activo en términos de producción y en términos de regular las actividades empresariales”, concluye.