Consumo de hortalizas con residuos de plaguicidas tóxicos.
Se señala más adelante en letra cursiva los primeros párrafos textuales del artículo
Un análisis de residuos de plaguicidas en alimentos realizado para Canal 13 mostró que los chilenos estamos consumiendo hortalizas contaminadas con plaguicidas que causan severos efectos crónicos, capaces de generar cáncer y otras graves enfermedades. Esto constituye una seria amenaza para la salud, en especial para los bebés y sectores más vulnerables.
Las muestras de hortalizas provienen de los proveedores que aparecen identificados y que fueron adquiridos en la Vega Central y en dos de los más grandes supermercados.
El análisis, realizado en abril de 2010 por el laboratorio Andes Control en espinacas, pimentones, lechugas y tomates muestra un 20% de incumplimiento de la norma chilena sobre Límite Máximo de Residuos de Plaguicidas Permitidos (LMR). Revela que la normativa nacional es menos preventiva que la de países desarrollados a los que Chile exporta. Ello explica que se registre además un 44% de muestras que no podrían ser consumidas en la Unión Europea por violar esas normas, y un 61% de muestras que no cumple con las normas vigentes en Estados Unidos.
En el caso de las lechugas, un 67% de las muestras analizadas presenta concentraciones de plaguicidas que sobrepasan la norma chilena, un 100 % sobrepasa la norma de la UE, y un 78% de las muestras analizadas supera la norma de EEUU. En espinacas, un 11% de las muestras analizadas sobrepasa la legislación chilena, mientras que un 22% y un 33% sobrepasa los límites máximos establecidos para la UE y EEUU respectivamente.
Aunque en tomates y pimentones se cumple con la norma chilena, en tomates, 11% no cumple con legislación de la UE y un 67% no cumple con la legislación de EEUU. Mientras que en pimentones, un 44% sobrepasa los LMR de la UE y un 67% sobrepasa la norma de EEUU.
Según María Elena Rozas, coordinadora de RAP-Chile, “Los análisis demuestran que estamos muy lejos de acercarnos a las normas de Estados Unidos y de los países europeos en la mayoría de las hortalizas analizadas. En lechuga, por ejemplo, una de las muestras presentó residuos de tiofanato de metilo en una concentración que sobrepasa en 64 veces el límite máximo permitido en la Unión Europea para esta sustancia”.
Bebés en riesgo
En espinacas, alimento preferencialmente usado para bebés, se detectan permetrina y carbendazim, dos plaguicidas con efecto crónico que pueden afectar la salud y el desarrollo de los lactantes provocándoles secuelas graves de por vida. Esto es más serio que en la ingesta por adultos, debido a que por su peso corporal los bebés concentran más plaguicida en su organismo.
En las muestras analizadas se detectan, asimismo, residuos de siete plaguicidas potencialmente cancerígenos: boscalid, buprofezin, carbendazim, clorotalonil, kesoxim metil, difenoconozole, tebuconnazole, permetrina, iprodione y tiofanato metil.
Como se ha señalado anteriormente, el artículo es bastante extenso y preciso, En sin dudas una voz de alarma que debe tener resultados, respuestas del Ministerio de Salud y de ACHIPIA. Que ojala desvirtúen estas denuncias, pero que hay base que ellas estén relacionadas con una triste realidad.
Conadecus participó de actividad “Cenas de fin de año con alimentos de temporada obtenidos en ferias libres” en Quinta Normal
Noticias
19 Dic 2024