Noticia | 7 Mayo 2016

La acidez de la sangre y la generación y desarrollo del cáncer

Rolando Chateauneuf
Días atrás escribí un articulo titulado “La acidez del organismo, sus efectos en la salud y especialmente en cáncer”. En él abordé sin mayor profundidad la relación de la acidez con el cáncer.
En éste pretendo avanzar algo más en ese terreno.
Está bastante aceptado que la acidez del organismo, apreciada especialmente por la de la sangre, genera diferentes problemas de salud. Se señalaba que la sangre debía ser ligeramente alcalina, de un pH alrededor de 7,4 (entre 7,35 y 7,45). Recordemos que un pH inferior a 7 señala acidez y superior, alcalinidad. Se mencionaba la presencia de acideces incluso inferiores a pH 5,5.
Se ha planteado que las causas que más influyen en la acidez de la sangre y del cuerpo en general están en torno a desequilibrios en la alimentación consistentes en el consumo excesivo de alimentos que provocan reacciones ácidas y por un funcionamiento deficiente de los órganos encargados de filtrar y eliminar desechos del metabolismo (hígado, riñones y pulmones; también a través de la piel).
Se señala en general que los alimentos de origen animal como leche y carnes, junto con las harinas, especialmente las refinadas,y muy en particula la azúcar refinada, generan acidez; también lo hacen el tabaco, café y alcohol. Por el contrario, son alcalinizantes especialmente frutas y verduras crudas y además las algas.
No es la acidez del alimento el que genera acidez orgánica. Por ejemplo el limón es un alimento alcalinizante. Son más bien las características del alimento mismo.
Por otra parte la calidad de la respiración es muy importante contra la acidez. Es necesario respirar bien y buen aire por lo menos en algunas horas en la semana.
Hay dos teorías sobre el desarrollo del cáncer. Una que señala que el desarrollo de células cancerosas es un proceso de fermentación, que tiene su origen únicamente en la ausencia de oxígeno.
La otra, descansa en la acidificación de la sangre. Frente a ello el organismo deposita los elementos ácidos en algún lugar del organismo, para mantener la alcalinidad de la sangre. Ello motivaría mayor acidez en ciertas localizaciones que ocasionan la muerte de las células, lo que aumenta aún más la acidez; algunas células se van a adaptar a esta nueva situación transformándose en células anormales, que se conocen como células malignas; crecen indefinidamente sin morir, como lo hacen las normales. Así se genera el tumor canceroso.
La solución ácida es deficiente en oxígeno, lo que favorece la generación del cáncer. Con una solución alcalina sucede exactamente lo contrario.
La bibliografía menciona: Los alemanes tratan de mejorar la condición suministrando oxígeno para eliminar los síntomas, mientras que los japoneses reducen la acidez, como causa del cáncer, mediante una dieta alimenticia alcalina.
El hecho de que las células malignas cancerosas sean ácidas y que las células sanas normales, sean alcalinas, probaría que el cáncer es producto de la acidez.
Las medicinas alemana y japonesa sin dudad que son muy buenas medicinas.
Otra mención bibliográfica: Aún en el caso en que los tumores han sido eliminados con éxito, mediante una intervención quirúrgica, si la condición del medio ambiente en que viven las células continúa siendo ácida y no se vuelve alcalino, se desarrollarán nuevos tumores creándose de nuevo el problema.
Hemos comenzando a darnos cuenta que la dieta tiene que ver con el cáncer. El cáncer es producto del exceso de ácidos en el cuerpo, y ese ácido se origina en los alimentos que comemos. Es muy probable que el cáncer no sea producido solamente por los radicales libres, sino por el ácido radical H+, el ion de hidrógeno.
Debe recordarse que la acidez orgánica también es generada por el exceso de desechos ácidos en el cuerpo; uno de los mejores métodos para prevenirlo sería aumentar la ingesta de agua y alimentos alcalinos. Importante es el consumo del agua alcalina que neutraliza los ácidos y además mejora la circulación de la sangre.
Se afirma que “Con una sangre alcalina circulando a través del cuerpo se impide el desarrollo de células malignas cancerosas y aún más, se eliminan las que puedan existir”.
Las células cancerosas son ávidas de acidez y no pueden sobrevivir en un medio ambiente alcalino.
El azúcar, dulce veneno
En 1957, el Dr. William Coda Martin Martin clasificó al azúcar refinada como veneno porque carece de toda fuerza viva, vitaminas y minerales.
Al azúcar se le ha mencionado como aportante de calorías vacías.
“…Lo que queda [después del proceso de refinación] son carbohidratos refinados que el cuerpo no puede utilizar porque no contienen proteínas, vitaminas ni minerales. La naturaleza los provee en cada planta en cantidades suficientes para metabolizar los carbohidratos específicos de dicha planta. No sobra para otros carbohidratos añadidos. Cuando un carbohidrato se metaboliza de forma incompleta da lugar a la formación de metabolitos tóxicos como el ácido pirúvico y azúcares anormales que contienen cinco átomos de carbono.
El ácido pirúvico se acumula en el cerebro y el sistema nervioso y los azúcares anormales en las células rojas de la sangre, interfiriendo la respiración celular.
Como no pueden obtener suficiente oxígeno para sobrevivir y funcionar normalmente, con el tiempo, algunas de las células mueren, lo que interfiere con el funcionamiento de una parte del organismo y es el comienzo de una enfermedad degenerativa…”
Se ha llegado a señalar en la bibliografía revisada que “El azúcar refinada es letal para el hombre porque suministra únicamente lo que los nutricionistas describen como calorías “vacías” o “desnudas”. Carece de los minerales naturales presentes en el azúcar de caña (se debe entender que es la sin refinar como la denominada panela o chancaca).
El azúcar refinado para ser digerido requiere purificación en el hígado y para ello utiliza vitaminas y minerales de sus reservas. Algo similar sucede con la acidificación de la sangre, que demanda en grado importante calcio, lo que favorece la descalcificación orgánica, entre ella la de huesos; se plantea como paradoja que mientras la leche aporta calcio como alimento, al generar acidez, hace extracción de él.
La acidez de la sangre motivaría movilización de algunos minerales como el sodio (de la sal), el potasio y el magnesio (de los vegetales), y el calcio (de los huesos) y son utilizados por transformación química; el organismo, en un intento de restaurar el equilibrio ácido-alcalino de la sangre hacia un valor más normal produce sustancias neutralizantes.
Cuando se consume azúcar refinada diariamente se produciría una situación de continua “sobre-acidez” y cada vez para a extraer más minerales de la reserva del cuerpo para aminorar el desequilibrio.
Recordemos que la acidez favorece la aparición de células cancerosas (malignas) como también la alimentación de éstas.
Finalmente, se señala que: para proteger la sangre, el organismo retira tanto calcio de los huesos y dientes que da lugar al inicio de un proceso de deterioro y debilitamiento generalizado.
El exceso de azúcar acaba afectando cada órgano del cuerpo. Inicialmente, se almacena en el hígado en forma de glucosa, pero como su capacidad es limitada, el consumo diario de azúcar refinada (por encima de la cantidad necesaria de azúcar de fuente natural) pronto consigue que el hígado se hinche como un globo. Así, cuando alcanza su máxima capacidad, el exceso de glucosa es devuelta a la sangre en forma de ácidos grasos que son transportados a cada parte del cuerpo y almacenado en las áreas más inactivas: estómago, nalgas, pechos y caderas.
Esto termina generando obesidad, la que a su vez es una de las causantes de cáncer.
En general los amplios efectos negativos de la acidificación deben debilitar el sistema inmunológico, con lo cual favorecer la presencia de enfermedades entre ellas los cánceres. Además de la presencia de éstos, favorecería su desarrollo.
Cuando las células y tejidos del organismo son ácidos (pH inferior a 6,5 a 7,0), pierden su capacidad para el intercambio de oxígeno y así van expulsando oxígeno, aumentando sus probabilidades de convertirse en cancerosas. La falta de oxígeno y la acidosis van asociadas en sus efectos negativos a favor del cáncer.
El ganador del Premio Nobel Dr. Otto Warburg descubrió que las células cancerosas sólo crecen en un estado de bajo consumo de oxígeno.
Así que cuando las células de tu cuerpo y sus tejidos son alcalinos (por encima de pH de 7.0), las células cancerosas tienen dificultades para sobrevivir debido a la alta cantidad de oxígeno presente. Un tejido alcalino tiene 20 veces más oxígeno que los tejidos ácidos. En un pH de 8.0 o mayor, las células cancerosas y el cáncer que causan los microbios patógenos (virus, bacterias, hongos), no pueden sobrevivir.
Los tejidos cancerosos son tejidos ácidos, mientras que los sanos son tejidos alcalinos; indicaba el experto. Por lo tanto, el cáncer no es nada más que un mecanismo de defensa que tienen ciertas células del organismo para sobrevivir en un entorno ácido y carente de oxígeno.
La mayoría de la gente nace con un pH cercano o neutro. Si tú pudieras mantener el pH de los tejidos de tu cuerpo en alguna parte entre 6.5 a 7.40 sería muy improbable que te enfermaras. Pero hoy en día el estrés y la mala alimentación han hecho que casi todos vivan en estados de acidez.
Un cuerpo que vive en acidosis tiene la adrenalina empobrecida. Los niveles de adrenalina empobrecida son causados principalmente por la tensión interna prolongada, como resultado de una fuerte carga emocional y mental causada por episodios traumáticos o estresantes en la vida de una persona.
Suprimir la ira, el odio, el resentimiento y el dolor que crean un desagüe y posible agotamiento de las reservas de adrenalina. Por eso es importante que te expreses y liberes la tensión de manera permanente. El deporte es una de las mejores opciones o el acudir a ayuda profesional para ayudar a eliminar los dolores emocionales existentes.
Existen críticas en torno a lo dañino de la acidosis.
Se basan en que en el estómago todo se acidifica y que en el duodeno todo se alcaliniza por las secreciones del páncreas y del hígado. La dieta solo podría acidular la orina.
Por otra parte se plantea que la ausencia de oxígeno en las células tumorales se debería a su elevada tasa de crecimiento: unas 200 veces más que las células normales. Al no poderse abastecer de energía, se genera un proceso de glicólisis anaeróbica que genera mucho ácido láctico lo que crea un microentorno ácido.
Eso generaría la acidosis y no sería producto de la dieta. Además se afirma que no podría generarse en el organismo una acidez mayor a 7.35 (un pH más bajo) ya que generaría la muerte.
No soy especialista en estas materias, pero la revisión de antecedentes señala hasta casi acidosis normales las que muestran un pH 6,5 y se informa hasta de pHs 5.
También la crítica señala que debe reconocerse la multicausalidad del cáncer. En eso puede tener razón; no es posible todo atribuirse a la acidificación del organismo.
Lo que sí creo conveniente destacar es el extraordinario resultado que he conocido del consumo de bicarbonato de sodio con agregado de un ácido orgánico contra el cáncer.
Resultados a su vez rápidos e incluso positivos en situación de cáncer muy avanzado.
__

Publicado por
Conadecus

¿Necesitas ayuda?

Entregamos asesoría legal gratuita, denuncia para proteger tus derechos.

Valentín Letelier #16, Santiago

[email protected]
+56 2 26960420

Agenda Conadecus