Este jueves 22 de marzo se conmemora un nuevo Día Mundial del Agua. Esta efeméride fue establecida por Naciones Unidas como incentivo a la reflexión de la importancia del agua dulce y la necesidad de una gestión sostenible de ésta.
A continuación, replicamos la columna de opinión de Eduardo Peña, titulada como “LA DURA REALIDAD DE LA CRISIS DEL AGUA: ES DE ORIGEN ANTRÓPICO”.
La amenaza de la pérdida de abastecimiento de agua para la ciudad del Cabo (Sudáfrica) es una situación que muchas comunidades rurales de la zona centro sur de Chile lo están viviendo desde hace años, en febrero de 2018 la DGA informa de 61 comunas con problemas, que deberá incrementar hasta abril. Es tan grave la situación de escasez de agua que ya no se soluciona con la construcción de pozos profundos porque definitivamente no hay agua o esta a mayor profundidad por lo que no resulta económico y ni es técnicamente realizable su aprovechamiento. Aun cuando parezca extraño la falta de agua se extiende en algunos casos hasta comunidades de Osorno e incluso algunas zonas de Chiloé. La solución momentánea la asumen las municipalidades realizando abastecimiento con camiones aljibes.
La sequía que ha sufrido Chile en los últimos años nos ha mostrado esta cruda realidad, lo cual también se relacionó con el gran mega incendio de enero de 2017. Ante situaciones extremas, inmediatamente surge la búsqueda de culpables como la solución más rápida, pero en la mayoría de los casos se actúa erradamente porque se carece del conocimiento completo del ciclo hidrológico y de los factores que lo alteran. En el ciclo hidrológico, el flujo que ha sufrido la mayor reducción es la infiltración de agua al suelo y por ende el abastecimiento de vertientes, esteros, ríos y napas freáticas, favoreciéndose el incremento superficial que genera inundaciones y avalanchas. Por ello se requiere desde ya ir entendiendo este servicio ecosistémico a cabalidad y aceptar que los únicos causantes de este gran problema es el ser humano que no cambia sus niveles de consumo del recurso y no acepta regulaciones severas para su conservación.
Asumo que uno de los primeros culpables que aparecerá serán las plantaciones forestales, no es que no sean parte del problema, pero son algo insignificante ante el consumo de otros demandantes. Por ejemplo, muy pocos saben que en Chile el 74% del agua la utiliza la agricultura y que a nivel mundial al menos el 90% tiene este uso, demanda de agua que se satisface principalmente a través de desviación de esteros y ríos, acumulación en tranques y captación desde pozos profundos.
Según el “Water Footprint Network” (Red de la Huella del Agua) cada habitante de Chile, en promedio consume 3200 litros/día, huella de agua que se utiliza para producir los productos silvoagropecuarios y viene incluida en cada producto que se consume. Para comprender esto, mencionaré que la producción de carne de vacuno utiliza en promedio 15.000 litros de agua/kg y por ello al consumir 333 g de carne en un asado o comida cualquiera, solo en ese producto el ser humano esta consumiendo 5,000 litros de agua y aún no hemos agregado lo utilizado para producir las papas, los tomates, el vino o cerveza.
Si regresamos a las causas de esta crisis del agua, sin duda que el cambio climático y consumo de agua para satisfacer nuestras necesidades son las razones principales de la escasez del recurso. A continuación, se describirá algunos de los factores principales:
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El cambio climático
Genera variación en los patrones de precipitación, algunas zonas se hacen mas secas y otras más lluviosas. Tal como ocurre en la zona norte de Chile donde ha incrementado la precipitación y disminuido en la zona centro sur, pero en muchos casos cuando la precipitación aumenta, esta tiende a ser de alta intensidad por lo cual no ocurre buena infiltración hacia las napas freáticas y se favorece el escurrimiento superficial, generando inundaciones y avalanchas como ha sido frecuente en los últimos años. En otros casos la precipitación se mantiene, pero llueve en corto tiempo sobre suelos y ciudades que cada día son más impermeables o existe dificultad para una buena infiltración perdiéndose el agua. Otro elemento muy importante del cambio climático es que por la mayor temperatura genera una mayor evaporación de los suelos y mayor evapotranspiración desde la vegetación, ocasionando una mayor salida de agua de los ecosistemas en general.
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Mayor demanda de agua
El incremento del número de habitantes significa ya una mayor demanda, pero el mejoramiento de las condiciones de vida también incrementa la demanda individual, esto se refleja al comparar el consumo entre los países desarrollados que por lo general superan los 5000 L/día por habitante y tan alto como 7800 L/día en USA. Chile está entre los países de bajo consumo de agua (3.200 L/día), pero está incrementando su demanda.
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Baja recarga de las napas freáticas
La vegetación genera materia orgánica que mejora las propiedades del suelo, especialmente la capacidad de infiltración del agua hacia las napas freáticas. El uso de los suelos, en actividades productivas, genera el efecto contrario especialmente la corta de bosques y el uso agrícola va disminuyendo esta capacidad de infiltración. En el mundo ya se ha cortado la mitad de los bosques, perdiendo buena parte de su capacidad de infiltración y la situación extrema la constituyen las ciudades que presentan suelos impermeabilizados. En este aspecto, hechos que se ven como muy simples como es la cosecha de tierra de hojas están afectando la capacidad de infiltración de los suelos forestales, afortunadamente se prohibió en Chile. A nivel de ciudad se requiere hacer una ciudad mas permeable y menos pavimentada en las viviendas, el uso de adocésped es una buena alternativa.
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Bajo control de la cosecha de agua de pozos
Hay un desbalance entre abastecimiento de las napas freáticas y la cosecha de agua, producto de las sequías y mayor uso de piscinas, la extracción a través de pozos ha aumentado significativamente. Por ello a través de todo el mundo el nivel de las napas freáticas es cada vez menor, esto también dificulta el riego capilar que es aquel que cada día sube por los poros del suelo y mantiene a los árboles y arbustos vivos aun cuando no ha precitado en largo tiempo. Para China e India se reporta que la napa freática baja a tasas superiores a 1m al año, informándose que en algunas zonas de India la napa ha bajado hasta 20 m desde el año 1995.
¿Cuáles pueden ser las posibles soluciones? Son acciones múltiples y complementarias pero la mayoría dependerá de un cambio de actitud del ser humano, a continuación, se explican algunas acciones:
5 Reducir el consumo de agua
Ante la crisis del agua y la demanda constante de agua por el incremento de la población, la mejor medida es lograr una reducción del consumo, principalmente haciendo un uso más eficiente de ella. Menor uso en toda actividad donde se utilice el agua y rápida reparación de las pérdidas de agua por falla en los sistemas de distribución. Actualmente, se estima que cada chileno utiliza 170 litros de agua por día (no incluye producción de alimentos) y se asume que podría realizar sus actividades con 100 litros, valor que es doble de los 50 litros como el máximo establecido para la ciudad del Cabo en el momento de crisis.
6.Cosechar agua
Sin duda que acumulación en grandes tranques es la primera opción que aparece en cualquier propuesta, pero esto se debe complementar con la construcción de pequeños tranques a nivel predial, con el propósito de retener los excedentes de la época invernal y recuperar los humedales que se han drenado. Esto tiene varias ventajas, la primera es proveer directamente de agua, pero también se favorece la recarga de las napas freáticas y un aumento de la humedad relativa del aíre, lo que puede ayudar a atenuar las condiciones extremas de clima que genera el cambio climático. Pero a pesar de estar preparados para acumular agua, si no hay precipitación ninguna de estas acciones sería de utilidad. A nivel domiciliario, la cosecha de agua de lluvias desde las techumbres es una medida que puede ayudar al menos para el riego y lavado de autos
7.Recarga de las napas freáticas
Como se mencionó anteriormente, el sistema de tormentas de alta intensidad que no permiten una buena infiltración de agua al suelo se debe enfrentar con suelos que favorezcan la infiltración. Para ello, se deberán recuperar superficies boscosas y los humedales, a nivel mundial ya se han drenado el 60% de los humedales con consecuencias severas para la recarga de las napas freáticas y aún más significativo sobre la biodiversidad. En muchas zonas, para retener el agua, habrá que desarrollar redes de tranques e incluso los sistemas de zanjas de infiltración que se utiliza en suelos inclinados y de reducida infiltración mejorando el abastecimiento de las napas freáticas.
8.Reciclaje de agua y doble sistema de abastecimiento de agua
Dado que un alto porcentaje del agua se utiliza para regar jardines de viviendas, parques urbanos y huertas locales que son un auge en las opciones de autoabastecimiento de verduras, este consumo varía entre 40 a 70% del agua potable en los países más desarrollados. Por ello, deberá utilizarse un sistema de aguas de menor calidad para estos fines y reservar el agua potable para el consumo y preparación de alimentos y para uso en lavamanos y ducha. El excusado debiera activarse con agua de segunda calidad. Los nuevos centros urbanos se deberán desarrollar con doble sistema de distribución de agua, un sistema de agua potable y otro donde se aproveche las aguas grises debidamente tratadas.
9.Uso de especies más eficientes y resistentes a la sequía
En la producción silvoagropecuaria se deberá optar por las especies de menor consumo de agua, por la selección genética orientada a especies más resistentes o de menor demanda de agua. En el caso de Chile, esto es de vital importancia ya que el país es una potencia exportadora de productos silvoagropecuarios, pero eso significa también exportación de agua. Por ejemplo, por cada litro de vino exportado se van más de 800 litros de agua y por cada kilogramo de madera unos 400 litros. En Chile se exportan anualmente 700 millones de litros de vino que utilizan 800 litros de agua por cada litro de vino, se obtiene un total de 560.000.000.000 de litros que al dividirlo por la huella anual de agua de cada chileno (1.150.000 litros) equivale al consumo anual de una ciudad de 486.596 habitantes, o al consumo anual de agua de Concepción-Talcahuano-San Pedro de la Paz que en conjunto tienen 505.000 habitantes según censo de 2017. Para parques y jardines se debe utilizar la misma política de utilizar especies de bajo consumo de agua.
Como se logra apreciar en lo presentado anteriormente hay muchas razones en el origen de la crisis del agua y a su vez las posibles acciones para resolver el problema son múltiples y de diversa efectividad y complementariedad, pero nada de ello funcionará si no se reconoce que se está en crisis y que el principal responsable es el ser humano por la alta demanda de agua que genera y el uso ineficiente de un recurso que es vital para la vida del planeta y de los seres humanos en particular.
Fuente: El Mostrador