Como Ministerio de Desarrollo Social hemos llamado a la tranquilidad sobre el hecho de que el mecanismo de la hipoteca revertida representaba un camino riesgoso para los adultos mayores y sus familias, ya que buscamos que las pensiones sean mejores por derecho y no por la vía de hipotecar o vender un patrimonio, que ha significado el esfuerzo de toda una vida.
Quisiera enfatizar que, desde el punto de vista conceptual, esta idea se aparta de los principios más sustantivos de la seguridad social y de los esfuerzos por mejorar las pensiones a través del fortalecimiento del sistema de protección social, lo que supone reforzar los mecanismos solidarios por sobre las soluciones de carácter individual.
Además, se debe consignar que por la misma época en que se discutían los fundamentos de lo que sería la Reforma Previsional del año 2008, durante el primer Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, el ex senador Carlos Ignacio Kuschel (RN) presentó la idea de la hipoteca revertida ante la Comisión Especial para el Estudio de Reformas al Sistema de Administración de Pensiones, como quedó consignado en el “Informe de la Comisión Especial para el Estudio de Reformas al Sistema de Administración de Fondos de Pensiones”. Sin embargo, en esa oportunidad, esta idea no prosperó.
Para una enorme proporción de las capas medias de nuestro país, la casa propia suele constituir el único patrimonio acumulado tras toda una vida de trabajo, el que además, legítimamente, aspiran a heredar a sus hijos e hijas. Poner en riesgo ese patrimonio significaba agregar un factor de precariedad e incertidumbre inexcusables a sus vidas, bajo el espejismo de una liquidez que, como todo espejismo, suele traer más amargura y frustración que beneficios reales.
Ahora bien, es cierto que el proyecto de acuerdo de los diputados planteaba que el sistema de hipoteca revertida lo gestionara un operador público como la Dirección General de Crédito Prendario (popularmente conocida como “La Tía Rica”), u otro creado con tal propósito. No obstante, a este respecto cabe decir que la gestión del sistema irrogaría un fuerte gasto fiscal.
Esa es una de las razones por las que hemos señalado que este es un camino peligroso, ya que, de hecho, en un país de referencia donde este mecanismo funciona, los Estados Unidos, participa también el sector financiero, y se han generado muchos riesgos reales para las familias, como ha alertado oportunamente el Consumer Financial Protection Bureau, organismo equivalente a nuestro Sernac Financiero.
Entre otros problemas, existe el peligro de dejar deudas a los herederos, por seguros asociados. A ese respecto, la institución mencionada ha llamado también la atención sobre los problemas que presenta la opción de la hipoteca revertida para las personas con escasa educación financiera. Es un factor importante a considerar, pues en Chile tanto la educación financiera como la educación previsional son bajas, lo que está atestiguado en varios estudios.
Como país, tenemos que perseverar por la vía de la protección social y el enfoque de derechos. Para una enorme proporción de las capas medias de nuestro país, la casa propia suele constituir el único patrimonio acumulado tras toda una vida de trabajo, el que además, legítimamente, aspiran a heredar a sus hijos e hijas. Poner en riesgo ese patrimonio significaba agregar un factor de precariedad e incertidumbre inexcusables a sus vidas, bajo el espejismo de una liquidez que, como todo espejismo, suele traer más amargura y frustración que beneficios reales.
Fuente: El Mostrador
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21 Nov 2024