Hace algún tiempo, localidades nortinas del país comenzaron a producir su propia electricidad, ahorrándose el tema de pagar las cuentas de luz.
Hasta el año 2010, Huatacondo, un pequeño poblado de la comuna de Pozo Almonte en la región de Tarapacá, tenían luz de manera intermitente, pero un proyecto les cambió la vida.
Expertos de la Universidad de Chile, con ayuda de la minera Collahuasi, instalaron una planta de energía solar, la cual hoy en día proporciona energía durante todo el día.
Hilda Salazar, tesorera del comité de la luz Huatacondo, indicó que en la zona no había energía y no había agua potable. Sin embargo, actualmente, tienen “luz todo el día”.
Este proyecto fue pionero en ese entonces y cambió la vida de los habitantes, pero no solo eso, el éxito de la iniciativa radicó en cómo se involucró a la comunidad capacitándolos y haciéndolos autosuficientes en el manejo de su nuevo recurso energético.
” Hay que mantener los equipos, baterías, paneles, limpieza, y operación en la planta”, indicó Juan Hidalgo, operador de la planta solar local.
Ocho años después, las lecciones aprendidas en Huatacondo son esenciales a la hora del desarrollo de energía solar a gran escala, tarea que se torna vital en términos económicas y medioambientales.
La gran cantidad de energía que se podría generar en el norte del país, especialmente en la zona del desierto, hace que Chile pueda convertirse en un gran exportador de energías renovables.
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Fuente: Chilevisión