Tres compañías y el resto; así se muestra hoy el mercado móvil chileno. Si bien no es una condición propia del país más largo del mundo, las quejas del resto y las opciones que se barajan para sumar actores lo hacen un caso particular. En el medio, la Superintendencia de Telecomunicaciones (Subtel), que augura cambios positivos y la llegada de un cuarto operador a la mesa chica, pero no desarrolla una estrategia clara para que sus intenciones se reflejen en el mercado.
Cambios de dueños, portabilidad, mercado secundario de espectro y operadores con red que usan la de terceros para dar servicios; bienvenidos a Chile, donde la competencia múltiple está más en el discurso que en los papeles.
Según datos de Subtel, a marzo de este año, el país contaba con 23,03 millones de líneas móviles y dos tercios de ellas correspondían al segmento prepago. Entel lideraba el mercado con 8,2 millones de abonados, seguido de cerca por Movistar (Telefónica), con 7,8 millones; Claro (América Móvil), con 5,5 millones, y Wom (Novator), con algo más de 810.000.
Virgin Mobile y VTR continuaban la lista, con 325.000 y 129.000 clientes respectivamente. El primero funciona como MVNO de Movistar y el segundo también, aunque con una particularidad: tiene espectro propio. Otras cinco empresas participan del mercado como operadores virtuales: Falabella —sobre la red de Entel —, Telsur, Interexport, Netline y Simple —sobre Movistar—.
El espectro es, sin duda, el eje de los debates. Es que Chile celebró dos licitaciones en los últimos años. En 2012, subastó la banda de 2.600 MHz y, dos años después, la de 700 MHz. En ambas ganaron espectro sólo las tres compañías líderes del mercado, lo que desencadenó quejas de operadores más pequeños y hasta de organizaciones de defensa al consumidor, que tildaron el último proceso de ilegítimo y riesgoso para la competencia —las denuncias atrasaron más de dos años la autorización de uso para los concesionarios ganadores—.
Ante las consultas, el subsecretario de Telecomunicaciones, Pedro Huichalaf, dijo a Diario Financiero que su intención es favorecer que haya nuevos entrantes, porque eso genera competencia y “nosotros como subsecretaria lo hacemos entregando espectro o dando oportunidades para más actores”. Los dichos del abogado son amigables pero al menos alejados de la realidad del mercado chileno.
El cuarto en la discusión, Wom, de grupo Novator, es el operador que más apunta contra la dominancia de Entel, Movistar y Claro. Desde que el fondo británico compró Nextel, a principios de 2015, mantuvo su táctica: el ataque. Campañas de publicidad denostando a la competencia y a funcionarios líderes de la región son el sello de la compañía, que recibió varias denuncias por su intempestiva estrategia.
En pararelo, presentó reclamos formales en varias oportunidades. En el último de ellos, denunció a sus competidores por vender equipos únicamente compatibles con sus redes, coartando la posibilidad de que apliquen libremente la portabilidad. También pidió que el regulador libere una parte de los 20 MHz de espectro en 700 MHz que mantiene para emergencias. Argumentó que, de esa forma, Wom podría tener espectro en esa banda y lanzar así LTE. Finalmente, el regulador se lo negó y Novator decidió ofrecer 4G sobre la banda de AWS, que heredó de Nextel.
En este contexto, el regulador propuso algunas soluciones. Entre ellas, reducciones en los cargos de acceso, búsqueda de mejores condiciones para operadores virtuales y portabilidad numérica. También planteó la idea de un mercado secundario de espectro (aún en discusión), mediante el cual operadores móviles podrían vender, alquilar o ceder espectro. Sin embargo, otro punto controvertido es que esta idea tomo fuerza luego de que Subtel investigara subutilización de espectro por parte del entonces Nextel y después de que VTR definiera que, al no poder competir como deseaba, dejaría de usar su red para convertirse en MVNO de Movistar. Es decir, aunque se aplicara, podría no afectar la dominancia de los líderes.
En tanto, la portabilildad no parece arrojar los resultados esperados. Más del 10 por ciento de la base de usuarios móviles cambio de compañía manteniendo el número en Chile, pero aun así, la diferencia entre el tercer y el cuarto operador sigue siendo notoria: Wom cuenta con apenas el 15 por ciento de los usuarios que tiene Claro. La situación no parece atemorizar a Vodafone, que recientemente obtuvo licencia para operar en el país.
El cambio en el rumbo político chileno—la entonces opositora Michelle Bachelet asumió la presidencia en 2014— trajo consigo nuevos nombres en las autoridades regulatorias. Entre ellos, Huichalaf reemplazó a Jorge Attom al frente de la Subtel. Sin embargo, y a pesar de la buena fe de ambas gestiones, el mercado no presenta mayores cambios y la lucha tripartita, lejos de correr riesgo, se consolida en Chile.
Cambios de dueños, portabilidad, mercado secundario de espectro y operadores con red que usan la de terceros para dar servicios; bienvenidos a Chile, donde la competencia múltiple está más en el discurso que en los papeles.
Según datos de Subtel, a marzo de este año, el país contaba con 23,03 millones de líneas móviles y dos tercios de ellas correspondían al segmento prepago. Entel lideraba el mercado con 8,2 millones de abonados, seguido de cerca por Movistar (Telefónica), con 7,8 millones; Claro (América Móvil), con 5,5 millones, y Wom (Novator), con algo más de 810.000.
Virgin Mobile y VTR continuaban la lista, con 325.000 y 129.000 clientes respectivamente. El primero funciona como MVNO de Movistar y el segundo también, aunque con una particularidad: tiene espectro propio. Otras cinco empresas participan del mercado como operadores virtuales: Falabella —sobre la red de Entel —, Telsur, Interexport, Netline y Simple —sobre Movistar—.
El espectro es, sin duda, el eje de los debates. Es que Chile celebró dos licitaciones en los últimos años. En 2012, subastó la banda de 2.600 MHz y, dos años después, la de 700 MHz. En ambas ganaron espectro sólo las tres compañías líderes del mercado, lo que desencadenó quejas de operadores más pequeños y hasta de organizaciones de defensa al consumidor, que tildaron el último proceso de ilegítimo y riesgoso para la competencia —las denuncias atrasaron más de dos años la autorización de uso para los concesionarios ganadores—.
Ante las consultas, el subsecretario de Telecomunicaciones, Pedro Huichalaf, dijo a Diario Financiero que su intención es favorecer que haya nuevos entrantes, porque eso genera competencia y “nosotros como subsecretaria lo hacemos entregando espectro o dando oportunidades para más actores”. Los dichos del abogado son amigables pero al menos alejados de la realidad del mercado chileno.
El cuarto en la discusión, Wom, de grupo Novator, es el operador que más apunta contra la dominancia de Entel, Movistar y Claro. Desde que el fondo británico compró Nextel, a principios de 2015, mantuvo su táctica: el ataque. Campañas de publicidad denostando a la competencia y a funcionarios líderes de la región son el sello de la compañía, que recibió varias denuncias por su intempestiva estrategia.
En pararelo, presentó reclamos formales en varias oportunidades. En el último de ellos, denunció a sus competidores por vender equipos únicamente compatibles con sus redes, coartando la posibilidad de que apliquen libremente la portabilidad. También pidió que el regulador libere una parte de los 20 MHz de espectro en 700 MHz que mantiene para emergencias. Argumentó que, de esa forma, Wom podría tener espectro en esa banda y lanzar así LTE. Finalmente, el regulador se lo negó y Novator decidió ofrecer 4G sobre la banda de AWS, que heredó de Nextel.
En este contexto, el regulador propuso algunas soluciones. Entre ellas, reducciones en los cargos de acceso, búsqueda de mejores condiciones para operadores virtuales y portabilidad numérica. También planteó la idea de un mercado secundario de espectro (aún en discusión), mediante el cual operadores móviles podrían vender, alquilar o ceder espectro. Sin embargo, otro punto controvertido es que esta idea tomo fuerza luego de que Subtel investigara subutilización de espectro por parte del entonces Nextel y después de que VTR definiera que, al no poder competir como deseaba, dejaría de usar su red para convertirse en MVNO de Movistar. Es decir, aunque se aplicara, podría no afectar la dominancia de los líderes.
En tanto, la portabilildad no parece arrojar los resultados esperados. Más del 10 por ciento de la base de usuarios móviles cambio de compañía manteniendo el número en Chile, pero aun así, la diferencia entre el tercer y el cuarto operador sigue siendo notoria: Wom cuenta con apenas el 15 por ciento de los usuarios que tiene Claro. La situación no parece atemorizar a Vodafone, que recientemente obtuvo licencia para operar en el país.
El cambio en el rumbo político chileno—la entonces opositora Michelle Bachelet asumió la presidencia en 2014— trajo consigo nuevos nombres en las autoridades regulatorias. Entre ellos, Huichalaf reemplazó a Jorge Attom al frente de la Subtel. Sin embargo, y a pesar de la buena fe de ambas gestiones, el mercado no presenta mayores cambios y la lucha tripartita, lejos de correr riesgo, se consolida en Chile.
Fuente: Telesemana