En medio de la emergencia climática en nuestro planeta, un aspecto clave de los usuarios es el consumo de bienes digitales que, aunque no lo parezca, también contaminan.
Durante el desarrollo del Congreso Futuro, una instancia que reúne a expositores de las ciencias de todo el mundo, el tema de la contaminación digital se tomó las portadas.
La arquitecta Marina Otero, directora del Máster en Diseño Social de la Academia de Diseño de Eindhoven en Países Bajos, expuso sobre el consumo de bienes digitales y sus recursos.
La nube, una creación que permite a los usuarios acceder a servicios digitales en donde sea que esté tiene costos para nuestros recursos y el planeta.
Un espacio intangible consume electricidad, petróleo y agua. Son nuestros datos y su acumulación la que llevan este precio.
Esta nube no se encuentra sobre nuestras cabezas, están construidas en la profundidad, en servidores que parecen ciudades, que emiten calor grandes proporciones consumiendo electricidad y agua.
El almacenamiento de datos puede ser un aspecto del consumo digital que no conocemos, pero la verdad es que estamos muy cerca de ellos, todo el tiempo.
Mi foto, mi vídeo, mis aplicaciones, cuentas, streaming, música, toda esta información se encuentra en una parte, un lugar en que comparten espacio con los datos de todos los usuarios.
De igual manera, María Rodríguez, en su reciente artículo compartido en Conadecus, “Yo contamino, tú contaminas. Nosotros, ¿influimos para producir cambios” indica los mismos dilemas con el consumo digital.
“Debido a su apariencia inmaterial, la tecnología digital suele percibirse como una herramienta sin impacto directo en el medio ambiente”, sostiene Rodríguez.
Según la experta en Consumo Responsable y Consejera del CERSE, “ver 1 hora de vídeo en streaming en Netflix equivale a emitir 36gCO2”.
Sin duda, el consumo de bienes digitales activa una larga cadena de ingeniería que se sostiene en la explotación de recursos, desde materias primas a servicios básicos, como la electricidad y el agua.
Ante esto, los consumidores en sus acciones futuras deberán priorizar su consumo, en el momento que los recursos puedan dejar de proveer un consumo inmediato e indispensable las 24 horas del día, todos los días.
Puedes revisar el artículo de María Rodríguez aquí.
También puedes encontrar la exposición de Marina Otero en Congreso Futuro aquí.
