Sólo hay 30 geriatras en todo el sistema de salud pública… y más de 2 millones de personas de 60 años o más. En pensiones, el Gobierno prepara mecanismos de incentivo para que las personas ahorren más. Los negocios que se abren… y los con mal pronóstico.
Desde 1980, las expectativas de vida en Chile crecieron notoriamente. Ahora las mujeres viven en promedio 6 años más que en esa década. Y los hombres, un quinquenio.
Buenas noticias, aunque con un pero.
El sistema de AFP fue creado en los ’80. O sea, con la idea de gente que vivía menos y con menos tiempo de jubilación que financiar. Por eso actualmente puede darse el caso de que quienes tuvieron sueldos entre $350.000 y $800.000 mensuales, en algún minuto se queden sin fondos previsionales.
Esa es sólo una de las repercusiones del paulatino envejecimiento de la población chilena. Según reveló la Casen, hoy hay 2 millones 638 mil personas mayores de 60 años. Hace 21 años, eran la mitad de esa cifra.
“Los avances en salud permiten atacar enfermedades que eran mortales y que ahora no existen; por tanto, las personas viven más”, dijo el ministro de Desarrollo Social ,Joaquín Lavín , para indicar el factor esencial que explica que hoy en Chile haya más adultos mayores
Antes la población chilena se distribuía más como una pirámide (los jóvenes están en la base y los mayores en la cúspide) “y ahora se va pareciendo más a un rectángulo”.
Hacia mediados de siglo, un cuarto de la población estará en los “años dorados”, semejando lo que ocurre en los países de Europa occidental… salvo por el hecho de que esos estados ya han alcanzado el desarrollo y en Chile se trata de una meta aún por cumplir, donde los jóvenes suelen jugar un rol clave.
Aunque no existe consenso entre autoridades y expertos sobre el real impacto sobre nuestra sociedad, nadie niega que el envejecimiento demográfico puede afectar el crecimiento económico, el sistema de pensiones y la salud pública. De hecho, ya está produciendo cambios en el mercado de las viviendas y mano de obra. “Bono demográfico” podría estar retirándose
Porcentualmente, los “viejos” eran el 10,1% del total de chilenos en 1990. Ahora, son el 15,6%, lo que ha implicado acortar la brecha con quienes tienen entre 20 y 24 años. Algunos economistas temen que Chile podría estar terminando su “bono demográfico”, la etapa en que la distribución de la población favorece el crecimiento económico, en la medida en que hay más personas en edad potencialmente productiva (15 a 65 años) y menos que sean inactivas.
En uno de los pocos artículos académicos sobre el tema, en 2008 el actual asesor de Hacienda, Rodrigo Cerda, planteó que en el largo plazo el envejecimiento tendría efectos negativos sobre el crecimiento del país, aunque habría ciertos paliativos, como que la menor oferta de mano de obra nacional tendería a elevar los sueldos.
No hay acuerdo para resolver si el bono demográfico ya terminó. La experta de LyD Rosita Camhi afirma: “Ya pasamos el peak y va a empezar a cambiar la relación”. Mientras, el experto del PNUD Osvaldo Larrañaga afirma que “estamos en pleno bono. Es difícil tener una fecha precisa de cuándo se terminará. Son procesos continuos, no son bruscos”.
Mayores siguen trabajando y jóvenes son más educados
Se plantean dos paliativos. “En la medida que la expectativa de vida ha ido cambiando, un mayor porcentaje de adultos mayores sigue empleado. En 1990, de quienes tenían entre 60 y 69 años, un 23% decía seguir trabajando. Hoy, la cifra llega a 30%. Además, hoy cada generación que llega al mundo del trabajo tiene más capital humano, lo que hace que su productividad sea mayor.
En 1990 la escolaridad promedio de los mayores de 60 era sexto básico, ahora es de séptimo. Puede parecer poco, pero es un mundo de diferencia para lo que viene para más adelante”, explica Flores.
Otro elemento a favor, según Larrañaga, es que el sistema de pensiones chileno está basado en ahorro individual, “lo que quita presión a cómo el país va a financiar a los adultos mayores cuando se retiran. Aquí no existe el problema que habrá en otra naciones, donde las pensiones dependen de los aportes de la población activa, que al disminuir hacen que el sistema entre en déficit”.
La amenaza de la pensión para los ingresos medios
Lo que no quiere decir que una persona, que ha trabajado y cotizado toda su vida, tenga su pensión asegurada. Según estimaciones, puede darse el caso de que aquellos que tuvieron ingresos promedio entre $350.000 y $800.000 agoten sus fondos previsionales al vivir más años.
Bajo esa cifra, la reforma previsional de 2008 permite recibir una asistencia fiscal en torno a los $ 255 mil. Por sobre los $ 800.000 de ingreso, se estima que las personas tienen ahorros adicionales para enfrentar el tema.
El subsecretario de Seguridad Social, Augusto Iglesias, afirma que “junto con la Superintendencia de Pensiones se ha estado trabajando en el tema y dentro de poco le presentaremos al Presidente propuestas para incentivar mecanismos que le permitan a la gente ahorrar más dinero para adelantarse a cuando lleguen a la edad de jubilación”, indica Iglesias.
De hecho, si bien el subsecretario recalcó que este Gobierno no tiene en su agenda atrasar la edad de jubilación o aumentar las cotizaciones, es conocido que la idea ha sido puesta sobre la mesa y evaluada en varias ocasiones desde hace ya tiempo.
Crecientes costos para la salud pública
Otro problema en ciernes es el de la salud. Los mayores de 65 años se enferman más (consumen un promedio de 4 medicamentos distintos). En la actualidad, Fonasa tiene 13,3 millones de asegurados. De ellos, 2.111.000 son adultos mayores. “El 91% del total de ese segmento”, aclara el director del organismo, Mikel Uriarte .
Es decir, pocos ancianos se quedan en las isapres. Por ello, Uriarte advierte: “Hay que tener planes de salud que consideren períodos más largos. Estando en el mundo privado no puede ser que se estén cambiando los planes todos los años”, advierte Uriarte.
El director del Departamento de Salud Pública de la Universidad de Chile, Oscar Arteaga, recalca que el gasto en salud será crecientemente más alto.
-En los 60, los países de la OCDE gastaban en promedio 4% de su presupuesto en salud. Treinta años después el gasto había llegado al 8%. Según se estudió, la principal razón era el envejecimiento de la población. Eso también va a pasar en Chile.
Y este problema va más allá de tener un geriatra más o un geriatra menos que, por lo demás, escasean bastante: sólo hay 30 en todo el sistema público y se espera llegar a cien el 2014. “Existe un déficit de camas y deben considerarse los cupos para personas -como los mayores- que van a tener una estada mayor en los hospitales, con los crecientes costos que eso implica”.
El subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, explica: “El 30% de los mayores tiene hipertensión, el 15% sufre de depresión y 68% tiene problemas dentales. Además, entre los mayores de 85 años un número significativo sufre desnutrición (debido a la falta de dientes que les impide alimentarse y, en ocasiones, a la soledad)”.
Igual hay factores positivos. Actualmente los adultos mayores en situación de pobreza son el 7,9% de ese grupo etario. En 1990 eran el 20,6%. Y, los mayores de 75 años tienen un índice promedio de 7,1 de satisfacción con la vida… (En una escala de uno a 10); 0,1 puntos más que quienes tienen entre 35 y 44 años.