La pesca ilegal en Chile es una lamentable y creciente realidad que nos preocupa por su impacto en la pesca artesanal y la sustentabilidad de recursos marinos que disminuyen cada año.
Un ejemplo de aquello es la situación actual que enfrenta la merluza común donde tres de cada cuatro ejemplares provienen de la pesca negra o ilegal. Al no ser declaradas, aumenta el esfuerzo pesquero sobre un recurso que actualmente está en condición de colapso, agravando su condición. Justamente en septiembre se aplica la veda biológica de la merluza común que prohíbe su extracción y comercialización para asegurar el peak de su período reproductivo y desove: huevos que tardarán 3 a 4 años en alcanzar la edad reproductiva para la preservación de esta especie. Siendo optimistas, los especialistas estiman que la recuperación de la merluza respetando vedas, cuotas y controlando la pesca ilegal, podría tomar 10 a 12 años.
Quien es parte hoy de la cadena de comercio ilegal no se preocupa ni de las cuotas ni de las vedas: vende más barato a costa de una sobreexplotación del recurso marino que luego se hace escaso y va reduciendo la fuente de ingresos para los pescadores que sí cumplen con las medidas de administración pesquera. Para proteger a estos últimos el proyecto de modernización de Sernapesca apunta a fortalecer nuestros recursos humanos y facultades fiscalizadoras, perfeccionando las sanciones y la tipificación de infracciones con nuevas herramientas para combatir la pesca ilegal y proteger a los pescadores que hacen las cosas bien. Asimismo convierte en delito el procesamiento, elaboración, almacenamiento y comercialización de pesquerías sobreexplotadas o colapsadas como la merluza, ajustando además las actuales multas en proporción al volumen, tipo de recurso e impacto de dicha captura ilegal en el medio marino. Todas estas medidas permiten sancionar de manera más eficaz a aquellos actores que a través de la demanda, estimulan la pesca negra.
Estamos conscientes de que la actividad pesquera tanto artesanal como industrial es una fuente importante de empleo, ingreso y alimento para miles de familias de nuestro país. Se estima que la pesca y la acuicultura son medio de subsistencia para el 8% de la población mundial.
Por ello, es precisamente su continuidad ambientalmente sostenible, justa desde lo social, rentable desde lo comercial y con productos sanos y seguros para los consumidores finales, lo que como Sernapesca junto a todas las instituciones involucradas, vemos en el horizonte; un desafío posible sólo en un trabajo conjunto con pescadores artesanales, industriales, organizaciones no gubernamentales y consumidores.
Educar, impulsar y promover buenas prácticas para una pesca responsable y sustentable es por cierto un cambio cultural no menor, pero estamos convencidos de que es posible porque cuando hablamos de combatir la pesca ilegal, estamos hablando de proteger la pesca artesanal.
Fuente: RadiodelMar
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21 Nov 2024