El economista británico-estadounidense Angus Deaton de 69 años galardonado con el Nobel de Economía por sus estudios sobre consumo y pobreza, que pusieron el foco en el consumo concreto de los hogares y no en las grandes magnitudes, se mostró sorprendido con el anuncio, pero dentro de su particular jerga de las ciencias duras.
Al recibir la llamada de parte de la Academia Sueca dice que pensó: “Si es una broma está realmente muy bien” dado que había dicho en ocasiones anteriores que ganar el galardón es como recibir un rayo. “Si tienes mi edad y has estado trabajando durante bastante tiempo sabes que es una posibilidad, pero también hay mucha otra gente que se lo merece. Que te caiga ese rayo parece una posibilidad muy remota. En el momento pensé: Dios mío, ¡de verdad está sucediendo!”, dijo a la web de la Universidad de Princeton.
Deaton, de 69 años, es oriundo de Edimburgo, Escocia y ejerce desde 1993 como profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton en EEUU. Sus investigaciones han estado marcadas por poner de relieve la “relación entre las opciones individuales y sus efectos en el conjunto de la economía, contribuyeron a transformar la macroeconomía, la microeconomía y la economía del desarrollo”, explicó el jurado de los Nobel sobre el reconocimiento.
3 grandes aportes a la economía
La Real Academia de Suecia de las Ciencias agregó que para elaborar políticas económicas que promuevan el bienestar y reduzcan la pobreza, “debemos comprender en primer lugar las opciones individuales de consumo. Angus Deaton, más que nadie, mejoró esta comprensión”, para sintetizar el nombramiento.
En detalle los aportes del profesor Deaton abarcan 3 grandes ítems. En los años 80, elaboró junto a su colega John Muellbauer el concepto de AIDS, Sistema casi ideal de demanda que estudiaba en detalle el comportamiento de los consumidores. Más tarde, en los 90, estudió el vínculo entre consumo e ingresos. Y posteriormente midió los estándares de vida y pobreza en países en desarrollo, mediante una metodología de encuestas en hogares.
Esa metodología permitió arrojar nueva luz sobre la relación entre ingresos e ingesta de calorías o sobre la discriminación de género en el seno de las familias. Gracias a este trabajo conjunto la economía del desarrollo pasó de ser un campo teórico de datos acumulados a un campo empírico, basado en datos individuales detallados, subrayó el jurado.
Deaton se ha mostrado históricamente optimista respecto al progreso económico en el mundo y la erradicación de la pobreza, metas que publicó en su libro “The Great Escape” donde destaca los avances del bienestar, sobre todo en materia de longevidad y prosperidad. Tras recibir el Premio Nobel reafirmó ante la prensa su convicción de que la pobreza seguirá retrocediendo. “Preveo que seguirá disminuyendo. Pienso que hemos asistido a una notoria reducción en los últimos 20 a 30 años y mi expectativa es que continuará”, declaró aunque reconoció que aún falta mucho por hacer, dada la existencia de 700 millones de personas que siguen viviendo en condiciones de extrema pobreza, según estadísticas del Banco Mundial.
El Nobel de Economía es un incentivo que actualmente consta de 8 millones de coronas suecas (unos 950.000 mil dólares) y es el último anunciado. El año pasado, recayó en el economista francés Jean Tirole, por sus análisis sobre las grandes empresas y los mecanismos del mercado.
Fuente: LaNación