La explotación de los recursos marinos es un pilar de la economía mundial, también de su alimentación y salud, en todo el globo.
Una triste noticia ocurrió en la Amazonía brasileña, durante la última semana de septiembre, producto de la sequía en la zona, en una sola semana más de 150 delfines perdieron la vida.
Estos ejemplares corresponden al 10% de la población que habita en el lago Tefé, que durante la última semana de septiembre murieron por la sequía extrema.
Los 153 delfines, junto con una enorme cantidad de peces, murieron tras el aumento de la temperatura del agua alcanzara los 39,1°C, más de 7°C por encima del límite habitual.
Este suceso es una evidencia reciente del peligro a que se enfrenta la biodiversidad marina, que habita un medio ambiente que no solo aporta recursos sino también ayuda a la descomposición molecular.
Los océanos y lagos, imponentes a lo largo de la historia de nuestra especie, son verdaderos amortiguadores para reducir la contaminación, daños y el cambio climático.
Ante la gran demanda de recursos, las autoridades de distintos países han protegido algunas áreas marinas, con fin de permitir la adecuada mantención de recursos acuíferos.
Los medios marinos albergan miles de especies y criaturas hermosas, únicas que van desde organismo unicelulares hasta los animales más grandes de nuestro planeta.
Sin duda es un patrimonio al que se debe proteger ante todo pronóstico, por el futuro de las generaciones que vienen y por el planeta en que vivimos.
Los problemas
La contaminación, el principal enemigo de nuestro sistema, en que lo desechable se oculta cuando se utiliza, como consumidores debemos ser conscientes del paradero de nuestros residuos.
Un problema en crecimiento, que impacta directamente al medioambiente y a la economía global, se estima que al año son 12,7 millones de toneladas de plástico las que terminan en el mar.
Chile es un país largo, repleto de climas preciados por su variedad y que tiene mar en toda su extensión, un deber nacional es cuidar de este recurso que forma parte de nuestra idiosincrasia.
Pese a lo anterior, la industria de la pesca es un bien necesario para la alimentación de las personas, para el desarrollo farmacéutico, para los combustibles y tantos otros sistemas de producción.
Estas industrias inyectan al sistema económico materias primas en los que se sostiene la producción, la creación de empleos y el abastecimiento de los consumidores.
Una mala gestión solo puede llevar a la sobreexplotación, sino también a la perdida de inversiones que pueden superar los 200.000 millones de dólares al año.
La gran mancha
En el océano pacifico, que por medio de su inmensidad conecta a Europa con América, tiene dos grandes concentraciones de basura, que desde el espacio se aprecian como dos manchas.
Manchas que se componen 100% de basura, ambas convergen junto con la corriente subtropical por medio del pacifico norte.
Fuente: NOAA
La Gran mancha de basura del Pacífico, también conocida como el Vórtice de basura del Pacífico, abarca las aguas desde la Costa Oeste de Norteamérica hasta Japón.
Esta consta de la mancha de basura occidental, cerca de Japón, y la mancha de basura oriental, entre los estados de Hawái y California.
Tristemente, esta realidad es producto de nuestro consumo.
A muchas personas, la idea de una “mancha de basura” les evoca imágenes de una isla de basura flotando en el océano.
En realidad, estas manchas están compuestas, casi en su totalidad, por pequeños trozos de plástico, llamados microplásticos.
Los microplásticos no siempre se perciben a simple vista. Incluso las imágenes satelitales no muestran una mancha gigante de basura.
En el caso de la Gran mancha de basura del Pacífico pueden hacer que el agua parezca una sopa turbia. Esta sopa se entremezcla con objetos más grandes, como aparejos de pesca y zapatos.
¿Qué podemos hacer?
La respuesta es sencilla. Cuidar los océanos, reducir los desechos, reutilizar los recursos e incentivar la cooperación internacional para evitar que la basura llegue al mar.
De igual manera, la reducción de gases de invernadero es fundamental, el aumento de temperaturas producto del calentamiento global es una de las grandes amenazas.
Mientras los océanos se calientas, la sequía se expande en los territorios, proteger los hábitats naturales se puede lograr por medio de la sostenibilidad de la actividad productiva.
Como consumidores debemos replantear la idea de consumir, las compras que realizamos y los desechos que terminan en nuestros depósitos.
La huella de carbono es otro elemento que debemos perseguir, como afecta al medio ambiente el hecho de mantener enchufado un electrodoméstico, el uso de los vehículos y de la cadena de distribución.
Debemos conocer cómo funciona la cadena, de donde vienen los productos que compramos y como estos llegan a nuestras manos.
