Conmemoramos un nuevo 8M en medio de alarmantes cifras de retroceso económico para la autonomía de las mujeres. El último informe del Banco Mundial nos muestra que más de 2.400 millones de mujeres en el mundo en edad de trabajar, no cuentan con igualdad de oportunidades económicas. Se estima además, que más de 200 millones de niñas y mujeres entre 15 y 49 años han sido víctimas de mutilación genital y según los últimos estudios de UNFPA hoy, se encuentran en riesgo cerca de 4 millones de niñas en distintas partes del mundo. En América Latina las cifras de femicidios por cada 100 mil mujeres subieron su recurrencia en casi 4 puntos, agravadas por la pandemia. En Chile cerramos el 2021 con 55 mujeres muertas y un aumento del 70% en las denuncias de violencia.
Hoy las mujeres de Chile y el mundo son más pobres, sufren mayor violencia, la crisis de la pandemia nos he hecho retroceder en derechos casi dos décadas, seguimos siendo víctimas de atrocidades por sesgos culturales, religiosos, económicos y falta de voluntad política.
Este 8 M Día Internacional de las mujeres trabajadoras, se hace un fuerte llamado, “No a la Guerra” pues más de 11 conflictos bélicos mantienen activos el mundo hoy y los datos indican que las más perjudicadas son las mujeres y los niños y niñas.
Los gobiernos de todos los países deben extremar los esfuerzos frente al desastre que significa el retroceso de los derechos de las mujeres; deben acelerar las leyes que generen acceso y erradicar la violencia machista; deben garantizar la igualdad salarial; promover la corresponsabilidad y establecer sistemas de cuidados universales. La crisis económica que nos deja la pandemia golpea más fuerte a las mujeres. Se debe acelerar la puesta en marcha de políticas públicas de fomento para nosotras, que incluyan desarrollo de competencias tecnológicas, empoderamiento y financiamientos prioritarios que se traduzcan en prosperidad y autonomía, en Chile cerca del 60% de mujeres que emprenden solo ganan un sueldo mínimo.
Este es sin duda, un día de profunda reflexión, no de banalidades. Debemos ser capaces de entender que el retroceso de las mujeres es un retroceso para el mundo en su conjunto, por lo tanto, constará mucho alcanzar lo perdido. Esperamos, entonces, señales más fuertes de los estados. Esperamos también para nuestro país que el nuevo gobierno, que ha dado señales de transversalidad feminista en la construcción de la política, a través del ministerio en su comité político, haga todos los esfuerzos y pueda en forma decidida avanzar en alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres.