No hay duda de que la instalación de la Convención Constituyente y la puesta en marcha del trabajo de las y los convencionales han sido procesos complejos, como toda acción humana, donde los acuerdos, negociaciones y acercamientos de posturas tan diversas, no han estado exentas de controversias, aciertos y desaciertos.
Pero lo importante es que estamos comenzando a ver avances y más que nunca debemos, la ciudadanía, estar dispuesta y activa a la construcción de esta casa común que nos pertenece a todos y todas. Creo que mientras avanzamos, las posturas más radicales, la falta de experiencia en varios convencionales, van quedando atrás y entramos en una ruta de un mejor diálogo y eso es muy valioso para el proceso.
La inmensa mayoría de las y los chilenos queremos cambios profundos y no estamos dispuestos a perder esta oportunidad única en nuestra historia. Desde el sector que yo represento, anhelamos una Constitución donde en el centro del desarrollo del país, estén las Mipymes, que nuestra economía esté libre de concentración económica, que se garantice la libertad para emprender y un Estado que proteja, desarrolle servicios y cuide a la pequeña empresa.
La discusión de la Convención Constituyente en esta nueva etapa nos aproxima al momento en que tendremos una propuesta definitiva. El proceso paulatino de constituir comisiones temáticas, en ellas escuchar una voz representativa de la ciudadanía, luego llevar las opciones elaboradas a la Asamblea Plena y en ella discutir en general su aprobación o rechazo, para en caso de su aprobación, abrir un espacio a la discusión en particular para entrar en los detalles y precisiones, nos parece una metodología que asegura agotar la búsqueda de acuerdos representativos.
Si las votaciones, además, consideran la necesidad de llegar a los dos tercios, para considerarse aprobadas, se asegura con eso una fiel representatividad.
En los primeros artículos se aplica esta metodología y valoramos tanto su aprobación en general, como la necesidad de en la discusión en particular, precisar que lo que se quiere establecer sea plenamente correcto y representativo.
Las Mipymes ven con confianza este proceso y estaremos y estamos intentando influir en la moderación que necesitan los acuerdos y decisiones que saque el organismo.
En estos primeros artículos tenemos interés que la discusión en particular ponga bien el foco y supere visiones un poco extremas, que puedan representar el sentir de algún sector de la ciudadanía, pero no de la sustancial mayoría de los dos tercios. Esperar construirla en base a un consenso es ilusorio, lo definido es más que suficiente.
Pero llama la atención que ya hay quienes sin que siquiera esté hecha la propuesta constituyente, ya están en campaña para su rechazo ciudadano. No estamos de acuerdo en planes B, estamos dispuestas y dispuestos a dialogar y colaborar con los consensos que ayuden al éxito del proceso, lo demás es de una mezquindad y de una irresponsabilidad democrática que me asombra. Nosotros/as estamos por cambios constitucionales, somos parte de ese 80% que demandó este proceso democrático y participativo.
El Estado Regional es un paso gigante hacia la equidad y justicia territorial en las últimas décadas, pero aún falta la redacción del texto y cómo este desarrollo logra contribuir con la verdadera descentralización que necesita el país. Es muy pronto para hablar de tributos, dejemos los fantasmas de lado y mi llamado sería a estar más pendiente e involucrados en cada discusión, la ciudadanía organizada debe ser activa en todo el proceso, nos merecemos lo que estamos viviendo, cuidemos la Convención.