En Chile nos adelantamos con varias iniciativas, sellos en los alimentos, cargador universal y electromovilidad son algunas de las discusiones que se toman el Congreso Nacional, pero hay otro detalle importante, la durabilidad de los bienes y su obsolescencia.
Hoy en día son muchos los productos que no están diseñados para durar, la rapidez con que se desechan es alarmante, generando toneladas de residuos que pocas veces se reciclan o reutilizan.
La última reforma a la Ley del Consumidor se realizó con un proyecto denominado “pro consumidor”. Entre distintas normativas se incluyó una de gran interés, la obligatoriedad del proveedor de informar al consumidor la vida útil en condiciones normales de uso del producto que le ofrece.
Esta reforma se traduce en que el proveedor le informará la duración estimada del producto que ofrece. Por ejemplo, un refrigerador, una lavadora, un par de zapatos o una corchetera. No importa el bien que se trate, el consumidor sabrá cuánto tiempo debiera durar dicho producto.
Esto se traduce en otro criterio comparativo para el consumidor, es decir, ya no sólo comparará el precio entre dos bienes similares y sus principales características, sino también qué durabilidad le ofrece o asegura el proveedor. Entre dos refrigeradores, un proveedor podrá decir que la duración es de 5 años y otro de 15 años y entonces, se tratará de un criterio relevante para elegir cuál adquirir.
Lamentablemente, basta asistir a cualquier tienda del retail o simplemente cotizar por internet para constatar que los proveedores no han dado cumplimiento a esta normativa que entró a regir a finales de agosto. Hoy los proveedores no están informando la duración de bienes en condiciones normales de uso.
Es importante que los proveedores transparenten esta información, más aún cuando se trata de una de las medidas contra la obsolescencia programada y contra la generación de basura tecnológica. En Europa esta legislación ya es una realidad, permitiendo a consumidores acceder a esa información y, además, tener la posibilidad de reparar sus productos, con servicios técnicos y con la disponibilidad de repuestos para evitar la generación de residuos y el sobre consumo de bienes.