Más de veinte muertos en carretera y el gobierno sin pronunciarse.
Se hace cada vez más común los accidentes de tránsito cuyos protagonistas son los buses de dos pisos. He publicado varios artículos sobre el tema consignando su peligrosidad y alta tasa de siniestros, varios de ellos sin saber mayormente las causas que los generaron y generalmente con resultados fatales. En varios países ya se ha prohibido su uso en carreteras.
Lo preocupante, es el aumento de este tipo de buses en Chile, que por sus características y mayor capacidad de pasajeros, privilegia la inversión de las empresas de transportes, no así el cuidado y la seguridad de los traslados. Aquí el rol del Ministerio de Transportes es fundamental y no ha sabido escuchar la opinión de expertos que hicieron mención a su alta tasa de siniestralidad o a la necesidad de establecer velocidades máximas acotadas para dichos buses. Cada vez estamos logrando mayor productividad por hombre empleado, favoreciendo la reducción del empleo. Ya antes me he referido a la línea 6 del Metro de Santiago, en que se ha eliminado el conductor humano; incluso uno observa ausencia de personal de servicio en largas zonas por recorrer entre el ingreso y la llegada al tren o viceversa; las nuevas líneas apuntan en esa dirección.
En mi opinión todo vehículo de transporte público debe tener siempre un “capitán humano”, muy importante en momentos de riesgo, donde no bastaría un robot. También preocupa que bajo esta modalidad de mayor rentabilidad, son cada vez más las compañías de transporte que apuestan por los buses de dos pisos, resultando un problema no menor, para quienes preferimos viajar en el bus convencional. El punto, es que por hacer valer tu preferencia de viaje, puede que el traslado se retrase una o más horas en espera que llegue el bus tradicional.
Conviene recordar porqué el bus de dos pisos es más riesgoso:
- Posee una mayor masa, por lo tanto más riesgo de accidente, especialmente en el control de velocidad en las rutas de mayor pendiente y con más curvas, como son los descensos de cuestas.
- Su centro de gravedad tiene mayor distancia respecto del suelo, haciéndolo proclive a volcar si no se considera el factor velocidad y curvas. Si a ello sumamos que la mayor cantidad de pasajeros ocupa el segundo piso, la tasa de accidentabilidad crece.
- Están expuestos a mayor efecto de los vientos, especialmente en los que afecten lateralmente al vehículo.
- Estos buses tendrían una estructura más débil para lograr un menor peso total.
- Al volcarse, los pasajeros del segundo pisos caen con mayor velocidad por el brazo más largo que tiene el arco de volcamiento.
Temas de Estado
Cuál es el rol del Gobierno en esta jugada comercial de la industria del transporte. Lo cierto, es que el Ministerio no ha puesto atención a las voces expertas que alertaban respecto de estos buses y que han sido claros en establecer la necesidad de velocidades máximas restringidas, acotar su uso a ciudades y sus altas tasas de siniestralidad. Aquí existen responsabilidades y se deben establecer culpables. Por omisión o falta de rigurosidad, se debe establecer responsabilidades que busquen enmendar la legislación que regula el desplazamiento de esta nueva flota de dos pisos, que al parecer llegó para quedarse.
Si el Ministerio de Transportes hubiese escuchado a los expertos en seguridad vial – respecto del uso y normativa de tránsito para los buses de dos pisos- muchas de estas muertes se pudieron evitar. Una nueva tragedia carretera nos vuelve a golpear, alguien no está haciendo bien la pega y las consecuencias son fatales.
“La normativa actual es insuficiente e implica inseguridad”, afirma Álvaro Miranda, encargado del programa de Transportes y Logística de la Utem.
A juicio de Alejandro Torres, académico de Ingeniería de la U. Central, “tiene que haber restricciones de velocidad para los distintos tipos de vehículos que transitan porque no es lo mismo un automóvil que un bus de uno o dos pisos”.
Por su parte el Ministerio de Transportes asegura que los buses de uno y dos pisos, se rigen bajo normas de seguridad acordes a las más altas exigencias internacionales.
El experto del Programa de Seguridad Vial de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica Francisco Fresard afirmó en el programa Nueva Mañana en Cooperativa que se debería prohibir la circulación de buses de dos pisos en las carreteras
«Se usan normalmente en ciudades o cuando no se sobrepasen velocidades de 60 kilómetros por hora. Cuando tienen que ser operados en carreteras en que la velocidad es de 100 kilómetros por hora evidentemente es un riesgo permanente. Debería prohibirse«, argumentó Fresard.