Columna de opinión del director de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Central y socio de Conadecus, Mg. Paolo Castro Villarroel.
Sofisticadas tecnologías basadas en inteligencia artificial, están cambiando la forma de relacionarnos con los alimentos, la alimentación y nutrición.
Hoy es posible replicar estructuras de alimentos de origen animal tales como, leche, carne de hamburguesa, mayonesa, entre otros, a partir de ingredientes no tradicionales, basados en vegetales. Esto se logra con algoritmos que en procesos iterantes, consiguen a prueba y error digital, fórmulas que replican alimentos tradicionales a partir de materia prima no convencional, por ejemplo, vegetales, que, mezclándose entre sí, logran y aportan con la estructura química deseada. Esto no tiene nada que ver con los alimentos transgénicos (biotecnología), por lo tanto, incluso podríamos estar en presencia de nuevos alimentos mínimamente procesados originados por la inteligencia artificial.
La inteligencia artificial logra identificar y personalizar las preferencias respecto del sabor de las personas. Es decir, la comprensión sensorial, de los sentidos del gusto. Asimismo, sensores de cámaras 360° son capaces de enviar la información para el análisis con una precisión en desarrollo, que por ahora ya logra el 80% de las imágenes de captura. Cabe destacar que este tipo de tecnologías permiten capturar y revisar en tiempo real los sitios donde almorzó, alimentos que compró, reconocer gestos faciales relacionadas con las expresiones propias de cuando comemos y dentro de los desarrollos existentes, podrían ser complementados con el análisis del sonido de la masticación y deglución, el movimiento de las manos cuando llevamos alimentos a la boca, entre otros.
Esto proyecta una mudanza también para el mercado y la asistencia en salud, dado que actualmente la proyección de tecnologías asociadas a la salud y bienestar, como son los sensores portátiles reportan un valor de mercado global de 24,2 mil millones de dólares pudiendo alcanzar los 100 mil millones de dólares para el 2024. Cifras que contrastan con el gasto económico del 2,8% del PIB a nivel mundial, producto de la obesidad.
Desde ya, podríamos llamar a este fenómeno como, Nutrición 4.0, dado que pertenece a la continuidad de la revolución industrial, pero ahora de la mano de la inteligencia artificial que se expande en todas las áreas.