“Retiro de Fondos Previsionales en tiempos de pandemia” por Álvaro Gallegos publicada en Diario Financiero
“Cuando las entradas monetarias de los hogares han sido impactadas tan intensa y extensamente por el frenazo en la actividad económica derivado de la crisis provocada por la pandemia, no se puede descartar que los afiliados al sistema de pensiones sean autorizados a retirar fondos para reemplazar la caída en el ingreso acostumbrado.
En ausencia de un apoyo fiscal decidido, el retiro de fondos previsionales es necesario ahora. Es un medio expedito para resolver la situación particular de cada hogar. Por su amplia cobertura, estimula el consumo agregado de la economía y apoya el funcionamiento de la cadena de abastecimiento. No presiona las cuentas fiscales y supera de modo eficiente las limitaciones y problemas de la actual solución a través del Fondo de Cesantía (FC).
Su puesta en ejecución es sencilla. Con una simple solicitud, la respectiva AFP determina el monto y lo transfiere a la cuenta que se haya indicado. Tal monto, que se pagaría por 6 meses, sería proporcional al ingreso mensual del afiliado. Su piso debiera ser un salario mínimo y su tope mensual del orden de UF 25.
Es una fórmula fiscalmente sustentable. El retiro sería compensado por el Fisco mediante la emisión de bonos de reconocimiento en UF y con un interés de 4% anual, redimibles cuando se pensione cada afiliado. Una obligación fiscal razonable en términos de costo, plazo, moneda y exigibilidad.
Es financieramente sensata, pues la incorporación del bono a los fondos reduce la volatilidad de su rendimiento con una tasa similar a su rentabilidad de los últimos 10 años. Ello, sin esperar la recuperación de las pérdidas actuales, recordando que el Fondo A demoró 6 años y 6 meses en volver a su nivel previo a la crisis de 2008.
La solución vía FC es insuficiente. Tal mecanismo está diseñado para tiempos normales y plazos breves de reenganche, no para un alza abrupta y extendida en el tiempo del desempleo. Las mujeres trabajadoras, que serán las principales afectadas por esta ola de desempleo, tienen solo el 36% del FC.
Provee de un reemplazo decreciente, desde 70% hasta 30% en el séptimo y último mes, lo que suple mal el ingreso acostumbrado por un período largo. Consume el ahorro, pues el saldo medio de $ 600 mil por cuenta es exiguo ante el salario medio de $ 830 mil, y dejará desamparados a sus afiliados de cara al futuro.
No tienen acceso varias categorías de trabajadores. No solo los trabajadores independientes e informales sin contrato, pues la ley excluye expresamente a trabajadores del sector público, trabajadoras de casa particular y trabajadores pensionados. Tampoco acceden empresarios Mipyme que viven del sueldo patronal o de retiros.
Implica riesgos de contagio. La limitada capacidad de atención remota obliga a los beneficiarios a aglomerarse por horas en largas filas.
El reciente plan de emergencia del gobierno conservador de Australia permite retirar 10.000 dólares por persona del sistema previsional. ¿Qué esperamos?