Made in China, Hecho en Bangladesh, Fabricado en la India, son algunos de los mensajes que podremos encontrar en las etiquetas de nuestras prendas, un mensaje alusivo a su origen.
En estas zonas, muy lejanas al glamour de las pasarelas y del retail, crecen las familias que trabajan en los talleres textiles que prestan servicios a grandes marcas.
A principios del 2023, Nasreen Sheikh, una niña de nueve años en ese momento, contaba al medio El País su experiencia en el trabajo infantil, una práctica habitual en la industria textil lejanas a occidente.
“Me sangraban los dedos, pero me obligaban a seguir trabajando por menos de dos dólares y un turno agotador”, dice Nasreen.
Este no es el único testimonio en que el origen de nuestra ropa se marca en condiciones laborales riesgosas, en una industria que requiere el uso de químicos peligros y procesos que limpian la ropa, dejándolas sin evidencia alguna sobre los costos humanos que alguna vez tuvieron.
En la historia países como Mali, Benín, Burkina Faso, China, India, Kazajstán, Pakistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán, han sido investigados y sentenciados por trabajos forzosos e infantil.
¿Qué tienen en común? Todos estos países podrán ser encontrados en la mención de las etiquetas en nuestra ropa.
Tras las investigaciones y el rechazo de la comunidad internacional, son muchas las empresas que se han comprometido a no abastecerse de materias primas ni prendas de los países sancionados.
Puntada por puntada
Lejos de la manufactura de los países cuestionados, las condiciones laborales de quienes hacen la ropa son parte del ciclo de nuestro consumo, en que los consumidores pagan por prendas elaboradas en esta cadena de producción.
Hoy la cultura de consumo arrastra cuestionamientos sobre muchos ámbitos, que ahora también son parte de las decisiones de consumo en todos los establecimientos.
La responsabilidad corporativa de los proveedores es una de las medidas que tomaron ante los cuestionamientos del consumidor.
Etiquetas que aseguran a los usuarios que los productos a punto de comprar cumplen con normativas laborales y con la sustentabilidad del medio ambiente, son cada vez más frecuentes.
En un mercado laboral compuesto principalmente por mujeres, es crucial observar cercanamente las condiciones en que realizan sus labores.