Cada 22 de abril, las naciones del mundo llaman a cuidar el planeta, en medio de una emergencia climática en la que urge tomar acciones.
Cada vez los océanos se llenan de plásticos y se vuelven más ácidos, el calor, los incendios forestales, las inundaciones y otros eventos climáticos serán más extremos.
La contaminación del aíre, agua y suelo, la pérdida de biodiversidad y la explotación desmedida de recursos son actividades humanas que se deben detener.
Hoy, en todo el mundo se siente el cambio climático, inundaciones que arrasan ciudades, incendios que devoran los bosques y asentamientos, sequías cada vez más extremas son alertas que todo consumidor debe tomar en cuenta.
¿Cuándo comienza el Día de la Tierra? fue del senador estadounidense Gaylord Nelson. G. Nelson realizó la primera manifestación que tuvo una excelente participación y acogida entre universidades, escuelas y organizaciones.
La primera celebración tuvo como resultado la instauración de varias leyes que amparaban la conservación del medio ambiente y la creación de la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
Dos años más tarde tuvo lugar la Conferencia de Estocolmo, que fue la primera cumbre mundial sobre medio ambiente.
En esta Cumbre, los representantes de todo el planeta se confrontaron sobre la problemática medio ambiental y sus posibles soluciones.
No fue hasta 1990 cuando el Día de la Tierra se celebró a nivel mundial en 140 países.
En esta ocasión se manifestaron más de 1000 ONGs y participaron alrededor de 20 millones de personas.
¿Cómo celebrarlo?
Plantar más árboles y cuidarlos es una excelente forma de comenzar, mientras que optar a tener el hábito de reducir tus residuos es una iniciativa mucho mejor.
En el fondo, el gran problema de la emergencia climática, es el consumo desmedido, si bajamos nuestro consumo podremos depredar menos recursos y generar menos residuos.
Lo más importante que debes recordar es que cada pequeña acción repercute.
Si crees que ahorrar agua es lo más común, es verdad, pero hacerlo contribuye a mitigar el calentamiento global.
Cosas tan sencillas como desconectar los electrodomésticos que no estés usando o tu celular cuando ya está cargado.
También, apagar la luz de la habitación en la que ya no hay nadie. O reciclar tu aceite de cocina usado.
Son todas pequeñas contribuciones que, si las haces a diario todo el año, ayudan a reducir tu huella de carbono.