La Estructura del Sistema impositivo chileno, diseñado para que ciertos sectores no paguen impuestos. La propuesta que el Gobierno, no cambia en nada estos dispositivos.
¿Por qué los ricos no pagan impuestos? Conozca las principales triquiñuelas para evadir y eludir los tributos.
En diálogo con Cambio21 Hernán Calderón Presidente de Conadecus hace hincapié en que los ricos no pagan impuestos y que el FUT es desastroso para las arcas fiscales: “El Estado ha sido un mero observador, un patrocinador de esta desigualdad y no ha tenido voluntad de empezar a terminar con esta inequidad en el trato entre ricos y pobres.
Mientras un pobre tiene que pagar 19% de IVA, que es todos sus alimentos, el rico paga 17% cuando tiene utilidades en la empresa y solamente de lo que retira, porque no se paga por las utilidades efectivamente ganadas, sino por lo que retiran. Por lo tanto, hoy una empresa puede obtener una utilidad de miles de millones, pero solamente paga el impuesto por lo que retiraron los accionistas o los dueños de la empresa, lo demás lo manda al FUT y puede declararlo como reinversión y nunca pagó impuestos.
Conadecus señala los siguientes datos históricos, entre 1974 y 1984 se diseñó un traje a la medida de la elite nacional.
En Chile se ha articulado un esquema donde los impuestos que pagan las empresas sirven de crédito para los impuestos que pagan sus dueños como personas naturales. Al mismo tiempo se crea el Fondo de Utilidades Tributables (FUT), que permite diferir el pago de impuestos mientras no se retiren las utilidades. Ambos dispositivos posibilitan que, en términos proporcionales, los que más ganan no sean los que más pagan impuestos en Chile y que se haya constituido una verdadera Zona Franca para la elite nacional.
Que los más acaudalados de Chile no paguen los impuestos como corresponde ya no es un misterio para nadie. Existen una serie de triquiñuelas perfectamente legales que permiten no pagar tributos o derechamente eludirlos. El gobierno es un simple espectador que deja que esto siga ocurriendo.
El país tenía una gran oportunidad con la reforma tributaria para lograr que los ricos también pagaran impuestos como todos los chilenos, es decir, combatir en algo nuestra desigualdad. Sin embargo, lo propuesto por el gobierno de Piñera no es más que un “ajuste” tributario, porque los acaudalados seguirán evadiendo y eludiendo impuestos.
Muchos se han preguntado si es posible que el gobierno esté conforme con recopilar -con suerte- US$700 millones adicionales por año, que sólo alcanzarían para cubrir la reforma educacional. Esta cifra, según la compararon los economistas de la Fundación Sol, equivaldría a 0,28% de nuestro PIB, al 75% de las utilidades generadas por la Banca en los primeros tres meses de 2012 o al 42% de las utilidades del Banco Chile y el Banco Santander durante 2011.
¿Voluntad de eliminar el FUT?
Se calcula que desde 1985 hay acumulado en el FUT alrededor de 200 mil millones de dólares. “Ellos (los empresarios) los han dejado empozados en el FUT, porque nunca las han sacado, ya que cuando lo hacen es para reinversión y, por lo tanto, no pagan y eso solamente deriva en impuestos no pagados por utilidades de cerca de 40 mil millones de dólares. Por eso, cuando uno habla del FUT mucha gente no lo entiende, pero esa es la verdad, eso es lo que hay acumulado y seguiría así si no hubiera sido porque en algún minuto le pusieron término al negociado que se estaba haciendo y que consistía en comprar empresas con pérdidas, en quiebra, pero que tenían FUT. Los tipos fusionaban las empresas y retiraban las platas de adentro a cargo de las pérdidas y no pagaban nada Calderón.
Hay muchas omisiones. Si no hay un IVA diferenciado, que es importante para la gente de menos recursos, no sacamos nada. En Chile no existe el impuesto al lujo y nosotros hemos propuesto que se pague al menos el 25% por este. El IVA es igualitario y todos pagamos igual por todo. Entonces, el que se compró un Mercedes Benz último modelo paga el mismo 19% que el kilo de pan”.
Conadecus señala que el FUT debe eliminarse para que las empresas paguen realmente por las utilidades obtenidas en el ejercicio anual. La verdad es que hoy sale más rentable tener una empresa que ser un ciudadano común y corriente, porque como ciudadano pago el 19, pero como empresa el 17%”.
Para Conadecus la diferencia entre ricos y pobres “es sin parangón en este país: los pobres pagan impuestos y los ricos no. Además, disponen de un sinnúmero de franquicias por las cuales el propio Estado tiene instaurada la disminución y no pago de los impuestos correspondientes. Esto hace que los ricos cada día obtengan más utilidades por lo que invierten y por sus negocios, y los pobres seguimos pagando más impuestos. Aquí hay cosas que son paradójicas, como los que ganan más van al supermercado a comprar los alimentos y se los cargan a las empresas y los pobres tiene que pagar el impuesto sagradamente, porque no tienen cómo evadirlo, cómo descontarlo.
El Estado, un mero observador
Esta es la desigualdad que tiene nuestro país, donde las riquezas que hoy acumulan los empresarios y todos lo que nos están prestando es a tasas de usura. Es lo mismo que ahorramos los trabajadores en las AFPs, que nos están prestando la plata con más interés. Ya nos están cobrando por mantenerla en la AFP, pero esa misma plata después nos la vuelven a prestar como crédito y con grandes intereses. Eso es lo que significa que tengamos un círculo vicioso y los ricos sigan siendo más ricos y la gente de menos recursos no ve realmente un retorno efectivo a todo su sacrificio para poder tener mejor educación, salud, calidad de vida. Es una sociedad construida en base a la desigualdad.
Así funciona
Un empresario que decide no retirar utilidades de su empresa puede crear otras sociedades de responsabilidad limitada que funcionan como sociedades de inversión y, a través de éstas, por ejemplo, comprar una casa en la playa para un miembro de su familia sin pagar impuestos por esa compra. Aunque los impuestos a las utilidades de las empresas suban a 20 o 25%, este es el problema del FUT, que inmoviliza y priva de recursos para Chile, pero que beneficia a los segmentos más ricos de la población con la excusa de fomentar la inversión y el crecimiento de la economía.
Supongamos que este mismo empresario retira las utilidades que genera su empresa, las que equivalen a $200 millones anuales. Si es dueño del 50% de la empresa, le corresponden $100 millones y supongamos que el impuesto a las utilidades proporcionales a su participación es de $20 millones. Estos $20 millones le sirven como crédito para el pago de sus impuestos personales. Por lo tanto, si consideramos estos $100 millones como base tributable, sólo hubiera tenido que pagar impuestos adicionales por $4.850.000, lo que equivale a los impuestos que paga un trabajador asalariado que hoy impone por $925.000 al mes.
Sobran fórmulas para no pagar impuestos
Así como existe el FUT, también hay otra serie de triquiñuelas y mecanismos legalizados para que eludan el pago, porque la elusión también es muy fuerte.
Tal es el caso de las empresas productoras de recursos naturales que no pagan royalties, favoreciendo sus utilidades. Por otra parte, el sistema impositivo contempla variados beneficios, como exenciones, franquicias y diferimientos que han facilitado una elevada elusión tributaria.
Otros beneficios con que cuentan las empresas y que favorece una elevada elusión y genera injusticia es, por ejemplo, el crédito a la construcción de viviendas, la exención al arrendamiento de viviendas DFL2 (hasta 140 m2), la depreciación acelerada, exenciones impositivas a la salud y educación privadas, entre otras, que representan una cifra cercana al 4% del PIB, vale decir, US$ 10.000 millones. Si sólo se eliminaran estos beneficios, incluso sin aumentar los impuestos, se tendrían recursos para dos y media reformas educacionales, públicas y gratuitas, como han solicitados los estudiantes.
Sobre aquellos beneficios tributarios a las empresas que no se justifican destacan el absurdo que significa no cobrar impuestos a las compañías de seguro, Isapres y clínicas privadas, en que tanto los pagos de cotizantes como los costos en que incurren los enfermos son superiores a los de muchos países.
También se da la arbitrariedad que implica que las escuelas y universidades particulares (que también son empresas) no paguen impuestos, cuando las familias deben cancelar aranceles entre $ 200.000 y $ 400.000 mensuales por cada hijo.
El fisco pierde millones
Según la Dirección de Presupuesto, en todas las exenciones al impuesto a la renta se van alrededor de 10 mil millones de dólares anuales.
En los últimos años la ley tributaria permitió a los más ricos no pagar impuestos por más de U$ 20 mil millones: cinco veces lo necesario para financiar la educación superior gratuita. El gobierno anunció para marzo un “ajuste tributario”, concitando rechazo en distintos ámbitos.
El sistema tributario chileno tiene tres grandes fallas: es ineficiente, inequitativo e insuficiente para proveer al Estado de recursos. Estas fallas tienen un denominador común: un sesgo dramáticamente favorable hacia los súper ricos en detrimento del resto de la población. Esto explica una parte significativa de la enorme concentración de la riqueza y del ingreso en Chile.
Otro foco de injusticia que se detectó es el relacionado con el pago de patentes comerciales, que se inicia en estos días, y que ha puesto en el debate público este tema, ya que son casi un millón de empresas en el país que deberán cancelar las patentes comerciales del segundo semestre de 2012. Una vez más, los que obtienen grandes utilidades terminarán pagando menos que cualquier micro o mini empresario de barrio.
Es así como algunas importantes firmas de retail, supermercados y farmacias llegan a pagar incluso $50 como patente a los municipios, mientras que un puesto de sopaipillas paga $36.00 semestrales.
¿Cómo es posible? Muy simple: las leyes están hechas para que los ricos no paguen impuestos.