Los taxis existen hace muchos años…
Son un servicio conocido y tradicional
Están normados: se requiere cumplir una serie de requisitos tanto del chofer como del vehículo para tener permiso para conducir uno.
– Licencia de conducir clase A-1
– Características técnicas determinadas para el vehículo
– Estar pintado de negro y amarillo
– Tener contratados ciertos seguros
– Instalación de taxímetro
– Compra de derechos otorgados por Ministerio de Transportes
Además de un creciente mercado paralelo de vehículos piratas.
Esto ha provocado un mercado negro de los derechos que ha llevado que estos se trancen a precios muchas veces superior a lo que fueron originalmente comprados. Alcanzando por ello hoy sobreprecios de hasta $8.000.000.
Desde hace años el parque automotriz está estancado, ya que el Ministerio de Transporte no ha dado nuevos permisos a taxis.
En este marco y dada la brecha que dejaba el mercado del transporte de pasajeros al mantener su parque automotriz estático durante años y sin actualizarse a las nuevas tecnologías de la información, es que llegan a Chile al igual que a otros países, las empresas UBER y CABIFY basados en su aplicación en redes sociales.
De este modo, UBER y CABIFY han captado un importante nicho de mercado. Son eficientes, seguros, baratos. Además, la gente los prefiere según demuestran las cifras de usuarios y diversas encuestas realizadas.
En este contexto, debiésemos plantearnos las externalidades negativas que conlleva el uso de estos nuevos servicios de transporte asociados a aplicaciones tecnológicas.
Las lagunas legales en torno a la seguridad de los pasajeros, puesto que no existe la obligatoriedad de tener seguros comprometidos al respecto. Así, corresponde preguntarse ¿Quién responde en caso de eventual accidente?
El ministro de Transporte, Andrés Gómez-Lobo ha advertido que se trata de un servicio “pirata”, que contraviene las normativas vigentes en materia ya que los vehículos UBER y CABIFY no están inscritos en el Registro de Servicios de Transporte Público de Pasajeros y no están afectos al pago de impuestos.
Por tanto serían piratas en lo que vehículos de transporte de pasajeros se refiere.
El principal argumento que proponen los partidarios de UBER y CABIFY es definir el funcionamiento de estas empresas en la lógicas de la economía colaborativa. En un mundo globalizado y constante cambio , actualmente asi se entiende a las iniciativas basadas en las tecnologías de la información y comunicación, que permiten la creación de redes sociales, donde se pueden realizar intercambios entre individuos de forma masiva. Pero aparte de esta característica común, no hay nada más que les asemeje.
En el caso las aplicaciones en cuestión –UBER y CABIFY- es fácilmente cuestionable desde este punto de vista. El académico Leonardo Schvarstein, de la Universidad de Buenos Aires, advierte: “Este tipo de plataformas se venden como un movimiento colaborativo, donde todos cooperan y ganan, pero allí no se comparte nada. Esta empresa factura 2 mil millones de dólares al año y duplica su facturación casa seis meses. En este momento obtiene ganancias netas por 400 millones de dólares al año, sólo por una tarea de intermediación”.
No podemos cerrar el mercado a nuevos actores del transporte público ya que es una necesidad.
Se agradece se incorporen nuevas tecnologías y mayor eficiencia en los servicios
Sin embargo, los nuevos actores deben cumplir la misma normativa que se les exige a los transportistas ya autorizados.
Para ello debe implementarse un sistema de mayor nivel de fiscalización, tanto para los taxis tradicionales como los vehículos asociados a estas nuevas aplicaciones.
Fuente: Laura Medel
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21 Nov 2024