Noticia | 12 Enero 2014

Vodka, gimnasios y endulzantes, los nuevos hábitos de consumo en Chile

La actualización de la canasta con que se calcula el IPC muestra la transformación en el consumo de productos y servicios en el país.Se come menos apio y repollo, se usan menos fósforos y las cosas no se reparan, pero cobran relevancia el snack, los postítulos e insecticidas.
Hoy, si algo se descompone, difícilmente se repara: se cambia. Ya casi nadie pone la tetera ni prende el calefont con fósforos. Algo similar ocurre con los azucareros, hoy desplazados por endulzantes líquidos o en polvo. Menos aún son los que mandan cartas y ocupan estampillas. Son sólo algunos de los cambios en el consumo de las familias chilenas, reflejados en la actualización de la canasta del IPC, a la que ingresaron 16 nuevos productos como vodka, snack, endulzantes, gasto en gimnasios, posgrados y postítulos, y de la que fueron retirados otros 19, como gasto en zapatero, fósforos o correos, que ya no son relevantes en el consumo familiar.
Se trata de una modificación que el Instituto Nacional de Estadísticas hace cada cinco años a la canasta de productos con la que se calcula el IPC, actualización hecha sobre la base de los resultados de la Encuesta de Presupuestos Familiares (ver recuadro), que se realiza cada 10 años. La actual canasta se presentó el 31 de diciembre y comenzará a regir desde este mes. El primer IPC calculado con la nueva canasta será dado a conocer el 7 de febrero.
Los cambios reflejan las nuevas tendencias de consumo de las familias chilenas, fruto de la llegada de nuevas tecnologías, los cambios sociales -como la incorporación de la mujer al trabajo- y, en algunos casos, como el vodka, que en el último año aumentó su consumo en 20%, simplemente por una sofisticación en el consumo.
Son una radiografía de cómo hemos cambiado.
NADIE REPARA
Octavio Avendaño, sociólogo de la U. de Chile, indica que son modificaciones que se dan más aceleradamente gracias a que hoy un producto puede ser fácilmente reemplazado. “Desde que se masifican los créditos en la primera mitad de los 90, desaparecen oficios como el zapatero y la costurera. Hoy es muy difícil encontrar un relojero, un reparador de radios, oficios que hace tres décadas estaban vigentes”, indica. Ya no se repara, se compra un artículo nuevo.
TECNOLOGIZACION
El avance también va condenando a algunos productos, como, por ejemplo, los fósforos. “Si necesitas calentar agua no se necesita tetera, no se requieren fósforos, el calefón y la cocina tampoco se encienden con fósforos”, sostiene Avendaño.
Y en la era de internet el gasto en estampillas se ha desplomado. “¿Cuántas personas hoy escriben cartas? La comunicación ha cambiado y radicalmente, y con ella los hábitos de gasto se modificaron y la canasta tiene que estar lo más actualizada posible”, explica Joseph Ramos, del Departamento de Economía de la U. de Chile.
En la medida que más gente gasta en un producto, dice Ramos, toma relevancia y se establece como promedio de los chilenos. “La ponderación que se le entrega en el IPC refleja la proporción del ingreso que se destina a ese rubro”, dice.
Si hace dos décadas el gasto en celulares era restringido y representativo de familias con más altos ingresos, sostiene, hoy ya es normal. Es lo que ocurre actualmente con servicios como el transfer o la banda ancha móvil.
Algo similar ha ocurrido con las ceras y cremas depilatorias (retiradas de la actual canasta), obsoletas ante las depiladoras eléctricas. Y con los escritorios, que con el aumento de notebooks y tabletas pierden relevancia.
MENOS ALIMENTOS
Los alimentos, uno de los principales gastos, hoy pierden representación. “Antes el gasto de alimentos pesaba 30% y hoy es menos del 20%”, aclara Ramos. En 1957 representaba el 47,6%. Hoy, la mayor parte del presupuesto de los hogares está en el ítem otros (43,59%), que agrupa a las bebidas alcohólicas, tabaco y estupefacientes; ropa y calzado; salud y comunicaciones, entre otros.
Fernando Vio, experto del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (Inta) y presidente de la campaña “5 al Día”, admite que los productos que ingresan muestran claramente cómo comen los chilenos hoy. La carne de cordero, por ejemplo, según la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa), en 2009 tenía un consumo per cápita de 32 kilos al año, el que ahora apenas alcanza 0,5 kilos.“Ha sido reemplazada por carnes más suaves, como la de ave y pavo, que tienen un consumo per cápita de 37 kilos al año”, dice Vio.
¿Por qué se consume menos apio y repollo, productos que también salieron de la canasta? El experto del Inta indica que cuando las personas hacen ensaladas, prefieren tomate, palta y lechuga, por sobre el apio y el repollo. “Son más difíciles de preparar. Hay que instruir a la población a hacer ensaladas saludables que tengan buen sabor, pero estos son indicadores del comportamiento de la población, y es preocupante”, indica Vio.
Para el experto, el consumo de bebidas isotónicas es contradictorio, ya que el 80% de la población en Chile es sedentaria. “Se toma, primero porque es una moda en que creen que con eso se van activar más, y en segundo lugar, para contrarrestar el cansancio y el estrés sin haber hecho el ejercicio correspondiente al consumo. Es sólo para un grupo reducido que participa en maratones, en ellos se justifica”, dice Vio.
CAE LA NATALIDAD
La reducción de la tasa de natalidad (1,89 según las últimas Estadísticas Vitales del INE) también genera cambios, como mejorar la posibilidad de acceder a estudios de posgrado. Según el Consejo Nacional de Educación, el 50% de las matrículas por sexo en la totalidad de doctorados, magísteres y especialidades médicas que impartieron las universidades chilenas en 2011 fueron mujeres. A su vez, entre 2004 y 2009, el número de estudiantes de doctorado aumentó 84%, según cifras del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (Cruch). Variaciones que reflejan, además, la relevancia que hoy tiene la educación. Juan Carlos Oyanedel, director del Programa de Estudios Cuantitativos y Opinión Pública de la Usach, indica que la expansión de la educación superior ha hecho cotidiano el tema de posgrado y postítulo. La educación, dice Oyanedel, no sólo se expande hacia estudios superiores, sino también, en la base. La actualización de la canasta incorpora ahora, por ejemplo, el servicio de sala cuna, pues muchos padres hoy trabajan y estudian.
SALUD
La preocupación por la salud y los altos índices de obesidad en el país también han traído modificaciones. La incorporación de los edulcorantes es un ejemplo. “La obesidad y diabetes han aumentado de forma impresionante. La gente tiene que empezar a cambiar algunos hábitos, y uno de los más fáciles es cambiar el azúcar por edulcorantes”, dice Vio.
La Tercera Online, 12, Enero, 2014

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